¿Qué distingue a 'un Balenciaga'?. ¿Qué le hace reconocible sobre prendas de otros creadores?. Son las cuestiones a las que responde la exposición Carácter, una invitación a conocer el interior de las piezas del maestro de la costura y a acercarse a los detalles que hacen de sus trajes y vestidos una oda a la armonía.
El Museo Balenciaga ha presentado esta muestra que organiza con motivo del 50 aniversario del fallecimiento de Cristóbal Balenciaga, el 23 de marzo de 1973 en Jávea (Alicante), donde se retiró una vez cerradas sus casas de París y Madrid.
Son 90 piezas procedentes de los fondos del museo, tres cuartas partes de las cuales no han sido expuestas, que tratan de aportar "algo nuevo, una nueva perspectiva" del trabajo del couturier, ha indicado la directora del museo, Miren Vives, en la rueda de prensa de presentación en la que ha estado acompañada del viceconsejero de Cultura, Andoni Iturbe, la directora foral de Cultura, María José Tellería, y el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso.
"Todo en Balenciaga responde a la filosofía de la simplicidad, el objetivo de la comodidad y el ideal de la elegancia y la armonía", ha señalado Vives.
Los trajes de chaqueta, vestidos de noche, de tarde y de cóctel que se muestran incluyen etiquetas, enaguas, corpiños, forros, bocetos, botonaduras, bolsillos e incluso los plomos que contienen algunas prendas para que la caída del tejido fuera la perfecta y la más favorecedora.
"Es una manera de dar a conocer el carácter de los fondos del museo, tanto en los exteriores de las prendas como en sus interiores", ha indicado el comisario de la exposición y director de colecciones del museo, Igor Uria.
"El público está invitado a identificar las características que son inherentes y aportan ese carácter a una prenda Balenciaga. Al fin y al cabo su deseo era que la perfección y la armonía de sus trajes enfatizaran los movimientos de sus clientas", ha señalado.
Para conseguir este cometido utilizaba todos sus recursos como las hombreras, los plomos y su "corte magistral", siembre pensado para enfatizar la armonía de sus clientas.
El recorrido comienza con una sala que incluye referencias a las diferentes etiquetas Balenciaga desde Eisa Costura, el primer negocio que abrió en 1927 en la calle Okendo de San Sebastián, B.E. Costura, del que estableció en Madrid en 1933, y Balenciaga.10 Avenue George V, la etiqueta de su taller parisino desde 1937.
Una segunda sala muestra siluetas historicistas de noche y de sastrería que caracterizaron las creaciones en los años 40 en las que se pueden apreciar las fórmulas que empleaba para crear volúmenes sin renunciar a la comodidad, un concepto que refleja "la modernidad" de la visión de la moda de Balenciaga, ha indicado Uria.
Las hombreras que forman parte de la estructura de estas piezas "no son para marcar el hombro, sino para disimular imperfecciones de la clienta que se las iba a poner", ha explicado."Es la viga maestra sobre la que cae el traje para componer una silueta ideal".
Una de las vitrinas acoge los patrones de abrigos de los años 60 realizados en algodón dominados por el "minimalismo constructivo y el efecto envolvente que domina la sastrería de Balenciaga", ha explicado Uria.
Las siluetas comprimidas y ceñidas con corsé que constreñían a las mujeres dejaron paso a diseños pensados para resaltar el movimiento armónico de las que lo llevaban.
La quinta sala está dedicada a los volúmenes y la riqueza de tejidos propios de la alta costura de Balenciaga, como el vestido de noche en gasa de seda negra con escote palabra de honor y un lazo a la espalda o un conjunto de dos piezas que perteneció a Grace Kelly.
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