Por fin se desveló el secreto mejor guardado: Ralph Lauren es el autor del vestido que Melania Trump ha escogido para toma de posesión de su marido como 45º Presidente de Estados Unidos. Y lo ha hecho, vestida de azul bebé (también llamado azul celeste o azul cielo), igual que Jackie Kennedy cuando asistió a la toma de posesión de su marido como 35º presidente.
Con este gesto, Melania hace dos declaraciones, sin abrir la boca, con el lenguaje de la moda: primero, demostrar que iba en serio cuando, al ganar su marido las elecciones, manifestó que deseaba ser "la primera dama con más glamour desde los tiempos de Jackie Kennedy en la Casa Blanca". Además, hace un guiño al escoger el mismo tono con el que Jackie Kenedy asistó a la toma la posesión de su marido, John F. Kennedy.
En segundo lugar, al escoger al decano de los diseñadores americanos, acalla las voces de los muchos modistos del país críticos con ella. Ralph Lauren goza de gran predicamento entre ellos y así se asegura de que, incluso los más beligerantes (que se han negado públicamente a vestirla), no "hagan sangre" del tema. Y demuestra que pretende mantener la equidistancia, pues Ralph Lauren es uno de los diseñadores de cabecera de Hillary Clinton. Esta es una de las razones por las que, aunque era un nombre fijo en las quinielas sobre quién vestiría a Melania en la toma de posesión, nadie se atrevía a darlo por seguro.
Es sin duda un golpe de efecto de la nueva Primera Dama porque, de esta manera, muestra su apoyo a la moda del país, como hacía Michelle Obama, a pesar de las críticas recibidas por algunos de sus miembros más influyentes, que desde el pasado noviembre empezaron a declarar que se negarían a vestirla, si ella se lo pidiera.
Melania Trump también escogió un modelo de Ralph Lauren, el pasado 9 de noviembre, cuando su esposó realizó su discurso de aceptación. Entonces, la propia Melania compró el mono blanco en la gran tienda de la marca en el 888 de Madison Avenue.
La firma del diseñador estadounidense celebra este 2017 su 50º aniversario, y vestir a la primera dama en un día tan importante es la guinda de la tarta.
La declaración de Melania poniéndose a la altura de Jackie Kennedy sentó mal en un país en el que JFK y Jackie siguen siendo el epítome de la elegancia, el estilo y la aristocracia (en un país sin monarquía).
Como las comparaciones son odiosas, los detractores de Melania aseguran que Jacqueline Kennedy tenía un estilo, propio e inconfundible, que marcó una época. De hecho, durante su viaje a París en 1961, Jackie encandiló a los franceses (empezando por De Gaulle) y JFK declaró: "Soy el hombre que ha acompañado a Jacqueline Kennedy a París".
Ya durante la campaña electoral, se publicó que una de las estrategias del equipo de Donald Trump para ganar la Casa Blanca se basaría en presentarla como "la Jaqueline Bouvier del siglo XXI".
Como muy bien muestra en su cuenta de Twitter Pilar García de la Granja, corresponsal de Tele5 en Estados Unidos, el cuello del vestido de Ralph Lauren es "calcado" a uno de Jackie.
Y está claro que Melania se va a inspirar en ella y en otras ilustres primeras damas. De hecho, la idea de llevar el abrigo sobre los hombros se lo ha copiado a Anna Wintour, todopoderosa directora del Vogue USA, y ésta a su vez se lo copió a Grace Kelly, otra Primera Dama, procedente del show business, cuando se convirtió en pincesa de Mónaco.
En cuanto a ellos, hay una larga tradición, desde lo tiempos del presidente Dwight Eisenhower, de que los presidentes vistan trajes confeccionados en Estados Unidos. Barack Obama, para su toma de posesión en 2009, eligió al sastre Hart Schaffner Marx, de Chicago. Pero Trump viste siempre de la marca italiana Brioni y, que sepamos, no es un hombre dado a cambiar de costumbres... Lo prueba el hecho de que hoy no ha faltado su inconfundible corbata roja, que lo ha acompañado en todos los momentos importantes a lo largo de su campaña.
Está claro que va a ser Melania la que dé más juego que su marido en los temas relacionados con la moda y el estilo. En su cuenta de Twitter, el hashtag que más utiliza para acompañar sus selfies es #glamour. Hoy, enfundada en ese traje de chaqueta azul cielo, cuello chimenea y torera cruzada, la eterna discusión sobre si la elegancia nace o se hace queda fuera de lugar.