El fallecimiento del torero Víctor Barrio (29) en plena corrida trae al recuerdo la brutal cogida del maestro Francisco Rivera 'Paquirri' que también acabó con su vida. Tras la tragedia ambas viudas pasaron al primer plano mediático por la noticia de sus parejas, pero la forma de asumir esa posición ha sido muy distinta entre ellas.

Por aquel entonces, el 26 de septiembre de 1984, en la plaza de Pozoblanco, una desconsolada Isabel Pantoja (59) cubría su rostro de lágrimas al ver a su marido ser corneado frente a ella. Ella, tonadillera y cantante de vocación desde los 6 años de edad, no escondió su dolor ante los medios. Las portadas en los días próximos y el largo luto de la cantaora fueron protagonistas del duelo por el torero en diferentes medios de comunicación; y a día de hoy continúa el rastro de 'Paquirri' en las noticias de actualidad debido a la herencia bien o mal repartida entre los hijos que dejó el mataor.

Raquel Sanz (31), por su parte, no vive del espectáculo, no es artista, es concejala del PP en el Ayuntamiento de Sepúlveda. Periodista de profesión y gestora de contenidos de redes sociales entre su labor, queda lejos de los flashes de las cámaras y los paparazzi. La muerte de su esposo le ha venido de golpe, en plena juventud de ambos y apenas año y medio después de una boda soñada por los dos. Las aspiraciones de fama de la viuda de Barrio parecen nulas, siempre apoyó a su marido y por eso estuvo allí, junto a su torero, el resto era demás.

Ambos toreros, como bien indica su nombre, asumieron la valentía y la responsabilidad de su profesión en la que un solo gesto puede acabar en tragedia. Pero les separaban muchos números. Francisco Rivera llevaba tras sus espaldas casi 20 años en las plazas, mientras que Víctor Barrio apenas llevaba 4 años, tras tomar la alternativa en 2009 en la Plaza de toros de las Ventas. Todos conocían a 'Paquirri' y era un referente en el mundo del toreo, Barrio, sin embargo, no era tan reconocido públicamente pero entre el ambiente del toro era muy querido por todos los colegas de profesión como han demostrado las imágenes de su funeral esta mañana.

Además, a pesar de que ambos maestros cayeron en plena corrida, las circunstancias fueron distintas. Rivera murió de camino al Hospital Reina Sofía de Córdoba tras describirle al personal de enfermería su cogida con una frase que quedará para el recuerdo "la cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias, una para acá y otra para allá". Barrio llegó a enfermería derramando mucha sangre, con una cornada brutal en el tórax que le penetró en el pulmón y produjo su muerte pocos minutos después.

La tragedia, sin duda, es igual de dura en ambas familias, pero en cuanto a la exposición mediática las consecuencias se producirán de manera muy diversa. Los Pantoja siguen formando parte de las portadas de las revistas y continuamente se ven envueltos en asuntos de relevancia mediática. La viuda de Barrio y su entorno, no obstante, tienen una vida hecha apartada de los focos y les pesará, seguro, haber tenido que verse expuesto a los medios por una noticia como esta.