Los nuevos inquilinos del 10 de Downing Street cambiarán de vecinos esta semana. De Amal y George Clooney, con quienes han compartido calle hasta ahora, a los agentes de seguridad que suelen vigilar la casa del primer ministro británico. Primera ministra en este caso. Theresa May (59) y su marido, Philip (57), se han convertido por sorpresa en la pareja de moda en Reino Unido. Aunque según han contado sus amigos a la prensa, ellos ya lo sabían. Sobre todo ella.
"Mi memoria puede fallar pero aseguraría que fue en Oxford en 1974. Estábamos desayunando y ella dijo algo sobre qué quería ser primer ministro", recuerda Alicia Collinson, una de las amigas de May. La voz de Collinson ha aparecido en varios periódicos estos días. Tanto The Telegraph como The Independent han publicado artículos en profundidad en los que se ha dado cuenta de sus recuerdos. Y el resultado ha sido la construcción de una romántica historia alrededor de la nueva pareja 'presidencial'.
La primera ministra estudió en Oxford y allí, en una discoteca frecuentada por los 'tories' (conservadores), una amiga le presentó a quién sería su marido. Las conexiones de estos estudiantes eran de tan alto nivel que la 'celestina' en cuestión fue Benazir Bhutto, una joven paquistaní que con el tiempo se convertiría en presidenta de Pakistán. Bhutto fue asesinada en 2007 en su país.
Philip se convirtió, así, en 'the one and only'. Nadie es capaz de recordar a un solo novio de May; el único nombre es el de su marido. Se conocieron en 1976, en 1979 se comprometían y en 1980 se casaban. Parece que fue un flechazo que dura hasta estos días. Y una de las circunstancias que fortaleció la relación fue la muerte de los padres de la nueva primera ministra.
Fue en 1981 cuando su padre, Hubert Brasier, reverendo evangélico, tuvo un accidente de tráfico cerca de su iglesia. Chocó contra un Range Rover y perdió la vida –tenía 64 años- a las pocas horas. Al cabo de menos de un año, además, su madre, Zaidee, también moría afectada por una esclerosis múltiple. Así que de pronto, la joven se quedó sin familia –es hija única- y su apoyo fue su novio.
"Theresa tenía a Philip y Philip se convirtió en su roca", ha comentado Collins estos días. Años atrás fue la propia 'premier' quien definió a su marido como su base: "Mi marido ha sido un gran apoyo. Eso es muy importante. Es una verdadera roca para mí". Desde entonces se han mostrado siempre muy unidos y solo la imposibilidad de tener hijos les ha hecho mostrar alguna flaqueza.
Las carreras de ambos han estado siempre muy bien definidas. Ella se decantó por la política y él por la banca. En 1980, ya graduado, el nuevo 'primer marido' dejó Oxford y se embarcó en una exitosa carrera de banquero en la City. Antes, eso sí, tuvo tiempo de tontear con la política. En 1979, el año de su graduación, formó parte del club de debate de Oxford y llegó a coincidir con Richard Nixon en un encuentro en el que él acudió como presidente del Sindicato de Oxford.
Son carreras cruzadas porque Theresa May se graduó en 1977 y antes de entrar en política empezó a trabajar en el Banco de Inglaterra mientras su novio terminaba la carrera -Philip es dos años más joven que Theresa-. Y a pesar de tener muy clara su vocación política, la conservadora no dejó su puesto de consultora financiera hasta 1997.
Sus puestos de trabajo de elevado nivel les permitieron llevar una vida holgada y compartir vecindario con algunos famosos vecinos. La pareja ha vivido en las últimas décadas en Sonning-on-Thames, a las afueras de Berkshire, demarcación por la que ella era diputada. Y entre sus vecinos se encuentran, a demás de los Clooney, personajes como Uri Geller y Jimmy Page (guitarrista de Led Zeppelin).
Reino Unido ya tiene nueva primera ministra y 'primer marido'. Una noticia que seguramente ha caído en gracia al otro lado del Atlántico. Porque si se cumplen las previsiones y en Estados Unidos gana Hillary Clinton, Bill ya no estará tan solo. Siempre le quedará Londres.