El Real Alcázar de Sevilla acogió ayer la emotiva celebración de los treinta años de carrera de José Manuel Soto, allí dio uno de los conciertos más especiales de su vida. Además, como en otras muchas ocasiones, los beneficios de la gala fueron donados a la bolsa de caridad del Gran Poder.
El lugar se llenó, pues no son pocos los fans que Soto ha ido cosechando bien con su cante o bien con su simpatía a lo largo de los años. Allí estuvo, como no podía ser de otra forma, su mujer, Pilar Parejo, que ha sido la que durante toda la vida ha compartido con él éxitos y fracasos.
El Litri es otro de sus fans incondicionales y como tal no quiso perderse la celebración, a la que no pudo acudir su pareja, la diseñadora venezolana Adriana Carolina Herrera. Los que no pudieron estar junto a su padre fueron Marcos y Jaime y Rocío, sus hijos, a los que las obligaciones no permitieron estar allí.
Interpretó algunas de las canciones más famosas de su carrera, que se inició en 1986 cuando sacó a la venta Desde mi orilla. Dos años después, llegó Por ella, con la que consiguió un éxito rotundo y le dio la popularidad.
Soto, sobre este concierto, decía unos días antes: "Hago muchos conciertos benéficos. Creo que la música debe tener una función social". Así, demostró que posee además de mucho arte, un gran corazón.