Es un concurso de belleza atípico en el que se valora que las participantes parezcan naturales. Son transexuales, todas han pasado por operaciones de estética, y que no quede rastro de aquel hombre que un día fueron es fundamental. Y en este sentido, Miss Israel es perfecta. Tiene una belleza algo agresiva, con un toque masculino dentro de su ultra femineidad. Es la favorita.
La historia Miss Israel es de impacto. Tallin Abu Hanna es árabe y cristiana, además de la primera Miss Trans de Israel, una mezcla que la organización de Miss Trans celebra. Abu Hanna fue escogida en un concurso recientemente en su país que tuvo gran repercusión, señalan desde la organización, "debido a su cultura y situación político religiosa, otorgando una gran visibilidad y atención al colectivo transexual".
Pocos meses después de coronarse en su país ya es una modelo profesional que desfila para grandes marcas en grandes citas. Su último desfile fue para Desigual en la Semana de la Moda de Nueva York, donde pocos de los periodistas que la observaron sobre la pasarela se percataron de que tenían delante a un personajazo.
Para ella, estar en Barcelona, después de pasar por Manhattan, es un sueño más. "Nunca jamás podría haber soñado lo que me está sucediendo y doy gracias a dios por todo lo que he conseguido, he trabajado mucho y estoy muy orgullosa", comenta a JALEOS.
La organizadora del concurso, la conocida transexual Thara Wells, también charla con este periódico y admite la disparidad de bellezas que se presentan al certamen. También las condiciones sociales de las chicas. "Bueno, para muchas de ellas este es uno de los momentos más importantes de sus vidas", dice Wells, "casi todas han sufrido mucho hasta llegar aquí".
Los datos que ofrece son cuanto menos curiosos: el 50% de las concursantes debe dedicarse a la prostitución para sobrevivir. Lo ha hecho la propia Thara durante años y sigue haciéndolo. En cambio, otras concursantes son hijas de papá, chicas con dinero que se pueden permitir la operación o las operaciones y los viajes de aquí para allá. El resto son modelos.
Pasar un día con ellas sirve para encontrar esas diferencias de las que habla Thara y algunos de los miembros del jurado que las acompañan a ratos. Mientras Miss Israel es una mujer con aspecto de modelo profesional, bella, segura de sí misma y seductora, hay otras candidatas que ni siquiera han podido operarse bien. Nalgas desproporcionadas, caderas sin control, narices demasiado pequeñas , pieles muy hormonadas y con granos e incluso alguna barriguita cervecera... Es fácil ver a la ganadora entre las 30 candidatas.
Pero nada se puede asegurar hasta que esta tarde de sábado, el Auditorio de Cornellá las vea desfilar en sus mejores galas de noche. El resultado real, no obstante, se puede dar ya: ha ganado la libertad.