Quién le iba a decir a Julio Iglesias (73 años) cuando este viernes sople las velas de su tarta de cumpleaños rodeado de su mujer, Miranda Rijnsburger (50) y de los cinco hijos que tienen en común que casi medio siglo después de su debut musical iba a convertirse en un afable, tranquilo y estable padre de familia, algo que ni de lejos imaginaba cuando era un casanova que presumía de amantes y hasta de desarraigo familiar.
Abogado, futbolista, compositor y luego cantante
Ni siquiera iba para cantante. Pero un accidente de tráfico en 1962 truncó su carrera como portero de fútbol y le obligó a aprender a tocar la guitarra al quedar en silla de ruedas.
Quiso convertirse en abogado y limitarse a componer canciones, pero sus productores lo convencieron de que debía deleitar al mundo con su voz. Así llegó al Festival Internacional de la Canción de Benidorm en 1968 y arrasó con La vida sigue igual, un mensaje que para nada podía aplicarse al rey de los memes por excelencia.
Tras ese primer premio lo intentó con Eurovisión dos años después, donde se conformó con un cuarto puesto con Gwendolyne. Ese mismo año conoció a Isabel Preysler (65), con quien se casó y tuvo tres hijos (Chabeli, Julio José y Enrique). Pero su amor, plagado de rumores de infidelidad, duró hasta 1978.
Su "afición" por las mujeres
Su actitud ante la vida y ante el amor recordaba a la de su padre, quien aseguraba no conocer a ningún hombre que fuera fiel. El propio Julio Iglesias, considerado por la revista Maxim como el hombre con más amantes del mundo, reconocía su "afición" por las mujeres mientras confesaba que ser padre no era lo suyo y nunca se había comportado como tal.
Iglesias, hombre de alma libre y desarraigada, siguió frecuentando las primeras ciudades que le acogieron como cantante: Marbella y Benidorm. No había verano en la costa del sol durante la época dorada que no contara con el artista, que posee en la zona unas cuantas propiedades. En Benidorm, por su parte, el cantante tiene una estatua y un auditorio lleva su nombre.
Un secuestro y dos hermanos 60 años más pequeños
A principios de la década de los 80, la familia Iglesias, que siempre ha reinado en el papel couché, acaparaba titulares pero por una razón bien distinta: el padre del cantante, Julio Iglesias Puga, era secuestrado por ETA. Tras la liberación, el cantante decidió contratar seguridad para su familia, una decisión que se tornó en oportuna, pues siete años después se desbarató una trama para secuestrar a Chabeli, la primogénita de Iglesias.
No fue el único respingo familiar que vivió el cantante. Su padre, Julio Iglesias Puga, falleció en 2005 dejando viuda y dos niños pequeños que tienen en la actualidad 12 y 10 años.
Además de a estos dos hermanos, Julio Iglesias ha tenido que hacer frente a varias demandas de paternidad y denuncias por parte de ex empleados que han enturbiado su carrera musical.
Cambios físicos
El paso del tiempo ha hecho mella en Julio Iglesias, aunque él se haya empeñado en plantarle cara. Aunque durante años se especuló con una gran cantidad de intervenciones quirúrgicas para mantenerse joven, hace sólo tres años reconocía que únicamente eran dos las operaciones de cirugía estética a las que se había sometido: una en los ojos y otra en el cuello.
Reconciliación con el pasado
Esa confesión es, precisamente, uno de los principales rasgos del cambio experimentado por Iglesias durante las últimas décadas. El artista se reconciliaba con su vida y dejaba a un lado las fantasmadas del pasado para reconocer por ejemplo que no eran 3.000 las mujeres que habían pasado por su vida sino 8.
Aunque eso sí, el machismo le ha perseguido a menudo, como durante el concierto que ofreció en 2011 y cuyo gesto le valió no pocas críticas.
El otrora pretencioso Iglesias se ha convertido en un hombre pausado, que no necesita fanfarronear sobre aspectos íntimos de su vida una vez que ha logrado la plenitud y a la que ha llegado sin apenas enfermedades, salvo por las secuelas que le acarreó su accidente en el pasado y que le han hecho pasar por el quirófano en alguna que otra ocasión.
Estabilidad emocional
En ello ha tenido mucho que ver su mujer, Miranda, con la que se casó en 2010 tras dos décadas de noviazgo. Sólo los hijos y unos pocos testigos presenciaron el enlace, que se celebró en una de las propiedades que el cantante posee en Marbella. La estabilidad emocional que ha logrado, al fin, le ha permitido formar una familia numerosa y resarcirse de la mala concepción que de él mismo tenía como padre.
Abuelo de dos nietos (Chábeli tiene dos hijos), ahora Iglesias disfruta de su trabajo mientras dedica parte de su tiempo a labores humanitarias. Tal vez por esto, y por su larga trayectoria musical, Puerto Rico ha reparado en él y va a incluir su estrella en el Paseo de la Fama el próximo 29 de septiembre.