Julio Iglesias entra en campaña, y apoya a quién tú sabes. Al PP, como ya hiciera en la campaña de 1996 de José María Aznar, pero ahora en un ámbito más cercano. El cantante y rey de los memes en España dio su apoyo a la número uno de la lista de Málaga, Carolina España, con la que le une una estrecha amistad. De hecho, es el cariño lo que motiva el aval de Iglesias, ya que en la entrevista ofrecida en la cadena SER tampoco ha logrado concretar mucho mejor los motivos.
Así, el intérprete de Soy un truhán ha elogiado a España como "cariñosísima y simpática", y una mujer "muy política". Sin embargo, aunque es el padrino de su hijo, reconoce desconocer qué hobbies tiene, si se le da por cocinar ("no debe ser muy cocinera pero hacer una ensalada y freír un par de huevos y patatas, eso debe saber") o si es deportista. "Es que siempre estamos hablando de política", se justifica.
Tanto la irrupción en la campaña del mito de la canción (y la Red) como las vaguedades en la elección de su candidata han hecho sonreír a más de uno. Pero Iglesias, como gran parte de los españoles, tiene motivos para no conocer todavía a España. Es una de las únicas cuatro cabezas de lista que el PP sustituyó tras el 20-D y la única en toda Andalucía. El motivo fue un 'Juego de Tronos' para evitar que repitiera la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos.
Villalobos ya fue relegada a número dos de las listas para el 20-D por José María García Urbano, elegido por ser el alcalde más votado de España en mayo de 2015. El exregidor de Estepona hablaba bien por entonces de quien fuera la todopoderosa referencia del PP en Málaga a EL ESPAÑOL: "Mantengo con Celia una relación muy cordial, tanto dentro del partido como fuera. Ella está feliz de integrarse en la candidatura, no es tan importante el puesto". Pero fuentes del partido confesaban el malestar de Villalobos.
García Urbano fue una apuesta personal del líder del PP andaluz, Juanma Moreno, obsesionado por refrescar los rostros de sus listas. Pero la jugada salió rana. Al exalcalde de Estepona le bastaron los cuatro meses en el Congreso para renunciar a su acta de diputado y quedarse con su plaza de registrador de la propiedad. La caja de los truenos volvía a estar abierta con Celia Villalobos pugnando por volver a la primera línea.
El presidente del PP andaluz propuso al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el puesto de García Urbano. A cambio del escaño, el primer edil cedería la Alcaldía a su número dos, Elías Bendodo, también cercano a Moreno: así se aseguraría el control completo. Pero De la Torre rechazó la propuesta. La designación recayó finalmente en la número tres de la lista del 20-D: Carolina España, diputada desde 2011 y anteriormente concejal.
"La gente no quiere experimentos y el PP es el único que puede garantizar una solución a los problemas de la gente y a los grandes desafíos que tenemos por delante" - pronunció España al ser anunciada el pasado 16 de mayo como candidata. "No podemos arriesgar lo conseguido ni con experimentos ni con partidos veleta", declarón en alusión a Ciudadanos y Podemos.
Villalobos, por su parte, se tomó la segunda derrota con elegancia ante las cámaras. "Será una magnífica candidata y volverá a ser una magnífica diputada como hasta ahora lo ha sido en un área tan compleja como la de las pensiones y el empleo" - declaraba a Europa Press. "Lo ha hecho magníficamente bien, espero que dure muchísimos años y que esté como número uno todos los años que he estado yo porque se lo merece".
Villalobos reconocía sin embargo que la jugada del 20-D le había molestado. "Las cosas hay que hacerlas de otra manera, pero ahora estoy encantada de que vaya Carolina España".