Fue una de las que más sufrió tras su paso por la academia de Operación Triunfo hace tres lustros, aunque a día de hoy Rosa López (35 años) parece que sigue sin reconocer todo su potencial, a juzgar por sus confesiones de los últimos días.
Y eso a pesar de que ella misma ha reconocido recientemente que ahora se quiere "mucho" y que ha conseguido suplir alguna de las carencias de las que, en su opinión, hacía gala en los inicios de su carrera.
Pero lo cierto es que, al igual que otros compañeros de programa, López necesitó la ayuda de profesionales para sobrellevar la presión, el estrés y la fama que le otorgó su participación en el talent show de Televisión Española. El éxito desmedido que le supuso su triunfo en OT, unido a su historia de superación personal la llevaron a tener que recurrir a psicólogos para aprender a gestionar sus emociones y sus complejos, que no eran pocos. "No estaba preparada ni emocional ni psicológicamente", ha asegurado, mientras se pregunta cómo pudo ganar el concurso con tantas carencias, si bien eso le sirvió para ponerse "las pilas"
Ahora se gusta más cuando se ve en el espejo aunque le sigue afectando lo que opinen los demás. La humildad de la cantante roza el extremo y en ocasiones le cuesta reconocer que tiene una voz privilegiada, un espléndido físico logrado a base de ímprobos esfuerzos, una bondad que cautiva, un carisma que le vale el apodo de Rosa de España y hasta aires sofisticados que una década antes ni ella misma imaginaba que derrocharía.
Sus entrenamientos con la afamada Amaya Fitness dieron sus frutos. Eso unido a una estricta dieta le hicieron decir adiós a casi una treintena de kilos en un tiempo récord durante su estancia en el programa. Casi 110 pesaba cuando entró por la puerta de la academia. En estos 15 años ha dejado por el camino cerca de 40, tal y como ella misma se encargaba de confirmar este miércoles por la noche en El hormiguero. En la actualidad se mantiene en torno a los 70.
El afán de Rosa López por superar sus complejos es una ardua tarea que continúa aún hoy. El gimnasio le espera cada día y con el paso del tiempo poco a poco está logrando mejorar algunos aspectos de su físico -recogerse las patillas, por ejemplo- y de su personalidad -se ha hecho más fuerte y algo menos tímida-. Eso sí, durante largo tiempo le acompañó el sentimiento de culpabilidad por haber tenido que elegir entre su carrera y su familia.
Sus orígenes humildes afianzaron sus complejos. Procedente de un pequeño pueblo de Granada, asegura que hubo un tiempo en el que le daba miedo volver por si experimentaba una involución y volvía a sus malas costumbres, como comer mucho y hablar mal.
La suya es una historia de superación, la de una cenicienta cuya voz se escuchó en toda Europa en 2002 al ritmo de Europe's living a celebration y a la que aún hoy le cuesta verse en los vídeos de aquella época.
"Me lo han 'encasquetado' de novio"
Los casi cinco millones de espectadores que congregó la primera entrega del documental de Operación Triunfo y la enorme repercusión de las historias personales de sus protagonistas han agudizado, aún más que antes si cabe, la persecución por parte de la prensa del corazón. Así, Rosa López ha sido esta semana protagonista de las portadas del papel couché, que le han adjudicado 'un nuevo novio' que no es, ni más ni menos, que uno de sus mejores amigos.
"Cuando se está en los medios pasan estas cosas", se ha excusado la cantante, que ha lamentado la aparición de su amigo en la primera plana de la actualidad rosa.
Rosa ha llevado siempre su vida privada con la máxima discreción que le era posible. El tema amoroso es, además, otra de las cuestiones que acomplejó a la joven durante su paso por la academia. Este miércoles por la noche confesó a Pablo Motos que David Bustamante (34) llegó a besarla -"como amigo"- durante el programa.
La ganadora de OT 1 acudía a El hormiguero junto a Esther Arroyo para hablar de su participación en la nueva temporada de Tu cara me suena. Allí ha aclarado todo lo relativo al noviazgo que le han adjudicado. La cantante ha aprovechado para aclarar que en la actualidad no come ni carne ni pescado por decisión personal.