Los problemas judiciales de Borja Thyssen (36 años) no se reducen únicamente a lo ocurrido este martes, cuando se conocía que la Fiscalía ha pedido hasta dos años de cárcel por un delito fiscal cometido en 2007 por no declarar el dinero ganado con varias exclusivas a la revista ¡HOLA! en el IRPF. Sin embargo, la actitud de Thyssen es la misma que la de las otras ocasiones. Según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes cercanas al hijo de la baronesa (73), éste mantiene la prudencia y prefiere no pronunciarse al respecto de la decisión del Ministerio Fiscal. "Nunca ha hablado y esta vez no será diferente", aseguran.
Mientras Thyssen da la callada por respuesta, el juzgado investiga los contratos que éste acordó con la publicación del corazón en el mes de agosto de 2007. Una negociación que le supuso unos ingresos de 1,4 millones de euros por dos entrevistas exclusivas y varios reportajes relacionados con su boda -en octubre de 2007- y el posterior nacimiento de su primer hijo, informaciones sobre las que la revista prefiere guardar silencio ante las preguntas de este medio. Cabe recordar que por esta misma cuestión hace unos meses la Agencia Tributaria llegó a solicitar hasta tres años y cuatro meses de cárcel para Borja Thyssen.
Las finanzas del hijo de Carmen Cervera se han visto resentidas debido a las causas judiciales que se le han ido abriendo por cada ejercicio fiscal que Hacienda consideraba defraudado. Así, en 2013 la Agencia Tributaria puso el ojo no sólo en las exclusivas de ¡HOLA!, sino también en los ingresos de Thyssen que no fueron tributados en España. Y eso pese a que se acreditó, gracias a las facturas de gas y teléfono y a los gastos de sus tarjetas bancarias, que residió más de 183 días en nuestro país -tiempo máximo que establece la ley para no tributar en España-, por lo que su residencia en Andorra -paraíso fiscal en aquel momento y lugar en el que Thyssen aseguraba vivir- no le eximía de realizar la declaración de la renta de 2007. Por lo que la Agencia Tributaria estimó el fraude entonces en más de 600.000 euros. En su intento por acreditar que residía en Andorra y no en España, el hijo de Tita Cervera llegó incluso a pedir a la prensa que no le fotografiara en este último país a fin de que no hubiera pruebas gráficas que demostrasen que era en España donde vivía y no en el Principado.
Precisamente esta situación llevó a la Agencia Tributaria a acusar a Borja de no tributar en nuestro país por unos ingresos que incluían un adelanto del pacto por el que se repartió la herencia del barón Thyssen y que se cifraban en 300.000 euros.
No es el único caso. El ejercicio fiscal de 2010 también se encuentra bajo la lupa de Hacienda, que le acusa de defraudar 1,2 millones más. Ese año fue cuando el hijo de la baronesa recibió 5,3 millones del pacto anteriormente mencionado (llamado Pacto de Basilea), así como ingresos por la venta de acciones.
Con todo, Borja Thyssen optó por acogerse a la amnistía fiscal mientras su madre llegó a mostrarse muy crítica con las exigencias fiscales patrias, ante las cuales no dudó en afirmar en alguna ocasión que, de seguir así la situación, no dudaría en coger su colección de arte y marcharse a otro país en un futuro no muy lejano.
En 2016, tras descartar España y Andorra como lugar de residencia, el matrimonio Thyssen-Cuesta barajó durante los últimos meses trasladarse con sus cuatro hijos a Suiza o a Londres. Finalmente, fue la capital británica la elegida. Allí los vástagos de Borja y Blanca Cuesta (43) se han matriculado en un colegio internacional en el que continuará recibiendo el mismo tipo de educación que venían recibiendo en el colegio Americano de Pozuelo de Alarcón (Madrid).
El misterioso tren de vida de Borja Thyssen
Inmerso en los lujos prácticamente desde su nacimiento, a Borja Thyssen no se le conoce sin embargo quehacer alguno al margen de las exclusivas en las revistas del corazón y las diversas entregas que ha ido recibiendo en concepto de herencia. A menudo se ha quejado en petit comité de falta de liquidez, a la que trató incluso de poner remedio con una incursión en el Museo Thyssen a fin de coger algunas obras que consideraba de su propiedad cuando madre e hijo mantenían una relación que distaba de ser idílica.
A los ingresos por sus contratos con las revistas, se suma la asignación anual de 300.000 dólares que ha recibido de su madre en los últimos años, así como las diversas entregas de 1,5 millones (tres, concretamente) que establecía el Pacto de Basilea. Asimismo, Borja Thyssen es heredero de la colección de su madre, que Sotheby's tasó en su día en 700 millones de euros. Claro que el hijo de la baronesa aún está lejos de recibir esta cantidad.
Pero eso no es todo. El año pasado, coincidiendo con su 35 cumpleaños, Borja recibió por fin la última parte de la herencia que le dejó el barón. En concreto, cinco millones de dólares (4,5 millones de euros), la misma cantidad que cobró al cumplir los 25 y los 30 años.
En cuanto al patrimonio inmobiliario, Borja Thyssen y Blanca Cuesta reciben ingresos por el alquiler de varias de sus propiedades, como la casa que les compró Carmen Cervera en Barcelona y la casa de Suiza con la que le obsequió el barón (cuyo alquiler llegó a alcanzar los 300.000 euros). Asimismo, la venta de una de las propiedades que poseía Borja en Ibiza le permitió sufragar la compra de otra vivienda en La Finca, la urbanización de lujo situada a las afueras de Madrid. No en vano, los gastos de comunidad rondan los 4.000 euros.