La casa de Cristina, conocida como La Veneno, es ahora muy diferente a la que nos encontramos hace una semana, cuando este diario adelantaba el estado de salud de la vedette y hablaba por primera vez con su novio. Cucarachas rondando por la casa, ropa sucia por los sillones y restos de sangre por la casa. Ahora Alin (24), su novio, ha dejado una casa impoluta. La razón: se vende.
El novio de La Veneno está dispuesto a marcharse de la casa si se cumplen ciertas condiciones. Esta propiedad estaba a nombre del padre fallecido de la artista y de la propia Cristina. Ahora su familia reclama la casa, pero Alin no quiere irse de allí para quedarse en la calle a menos que le paguen algo de dinero. "Si me dan 2.000 euros yo me voy a Rumanía", declara el joven a EL ESPAÑOL.
Asegura que quiere empezar una nueva vida. Por esa casa en la que un día vivió el icono de los 90 no deja de pasar gente. Si bien el pasado lunes le acompañaba un joven que sólo quería sacar provecho de su paso por televisión, ahora hay otro supuesto amigo que se quiere empadronar en la propiedad para empezar a vivir bajo ese techo.
Cuando Alin se queda a solas, sin sus supuestos amigos, es cuando habla de verdad. No se fía de nadie y no quiere que le engañen. "Todo el mundo me quiere engañar. Ahora todo el mundo quiere venir aquí, dicen que me ayudan, pero me quitan el dinero", declara dolido.
Hasta que consiga convencer a la familia para que le pague algo de dinero, Alin está vaciando la casa de La Veneno de sus pertenencias personales. La familia fue el pasado viernes a la casa y se llevó lo necesario. A partir de ahí, lo que se quedó entre esas cuatro paredes, está siendo vendido a los seguidores de la artista por una modesta cantidad de dinero.
Desde que comenzase a hacerlo a principios de semana, se corrió la voz. Ya es vox populi que en esa casa se venden objetos y cada dos por tres se pasea por allí una pareja de fans que quiere llevarse algo. Ya no quedan vestidos, sombreros o pelucas que La Veneno se pusiese en sus actuaciones y apariciones en televisión. Ahora sólo quedan armarios vacíos donde antes había un gran museo de modelitos.
No es lo único que está vendiendo Alin para poder sacar algo de dinero y así sobrevivir. Sin pensar en la posibilidad de trabajar, está buscando inmigrantes sin papeles que quieran vivir en la casa por algo de dinero. Durante nuestra estancia, un antiguo amigo especial de Alin le llama por teléfono y le ofrece 200 euros al mes por quedarse a dormir con él. Además, por el camino puede surgir algún que otro extra. Alin lo comenta con una mueca en la cara. "Él me cuida", dice.
La televisión, su destino
La palabra "televisión" siempre está en la boca de Alin. El paseo de cámaras por aquella casa ha hecho que se obsesione con la posibilidad de cobrar una gran suma de dinero a cambio de contar sus penas en un plató. "Si me pagan 1.000 euros puedo arreglar la casa", dice, ignorante del mundo al que se enfrenta.
"Me han llamado de Antena 3 y de Telecinco. Me dicen que espera, que me ponga bien. Tengo miedo a que salga la segunda autopsia y me culpen a mí. Yo no he hecho nada, pero me quieren culpar a mí", comenta con cara de preocupación. ¿Hiciste algo, Alin?, le insistimos. "Yo no hice nada". ¿Os peleasteis? "Pero sólo de voz. Me echó de casa esa semana y después me fue a buscar", asegura.
El cuerpo, del anatómico al tanatorio
A la espera está la segunda autopsia que se le realizará a La Veneno estos días. Después de una primera que cerrara el caso como accidente doméstico, la presión de la familia hizo que un juez ordenara la paralización del entierro. La noticia saltaba el pasado viernes pero, cuatro días después, todavía no se sabe cuándo se le realizará esta segunda prueba.
De momento, el cuerpo reposa en el Tanatorio Norte de Madrid después de haber sido trasladado desde el Anatómico Forense en el que se le realizó la primera autopsia la pasada semana. Allí es donde amigos aseguran querer despedirse de La Veneno sin que su familia les haya dejado. Estos prefirieron no hacer velatorio a pesar de que en los últimos años habían tenido poca relación con la vedette.