La francesa no puede estar más feliz con la familia que ha formado. Véronique (41 años), que cuando conoció a Zidane (44) era una majorette con grandes aspiraciones en la danza clásica, lo dejó todo por ir junto a su marido allá donde fuera, "valió la pena abandonar la escuela de Cannes por él, créanme", afirmaba en una entrevista hace unos años. Y es que desde 1993 no se ha separado de su Zizou y de hecho, actualmente están más unidos que nunca ya que viven uno de sus momentos más dulces de su vida gracias a la buena racha del galo en el equipo merengue.
Véronique es una mujer de gran carácter y se dice que fue ella quién animó a la familia a fijar su residencia en Madrid cuando el francés fichó por el Real Madrid. La madre del clan tomó la iniciativa de asentarse definitivamente en la capital española porque sus raíces están muy ligadas a este país. Sus padres son almerienses y ha inculcado ese amor por nuestra cultura a sus hijos. Además, desde que éstos eran muy pequeños han pasado sus vacaciones en la costa mediterránea y se ha convertido en su lugar favorito para disfrutar de los descansos en familia.
Porque si algo ha conseguido el matrimonio Zidane Fernández es que la unión de los seis miembros sea perfecta. La matriarca ve cada día cómo sus cinco chicos salen de casa con la equipación de fútbol enfundada dispuestos a dar lo mejor en el campo. Y ella, desde las gradas o desde el salón de casa y frente al televisor, siempre está animando con los colores de sus varones.
El primogénito, Enzo (21), es centrocampista y capitán de la filial del club de su padre, del Real Madrid Castilla. Véronique vio cómo su hijo mayor recibía críticas debido a que Zinedine le dejó jugar unos minutos en el primer equipo en los partidos amistosos de la International Champions League hace unos meses. Para alejar a su hijo de los comentarios que pudieran dañarle se refugió con él en las aguas de Almería bajo el sol andaluz.
Todos sus niños militan en el equipo madrileño. Luca (20) lo hace de portero; Theo (14), en cambio, es delantero; y el pequeño Elyaz (10) también es medio centro como su hermano mayor. Los cuatro sobresalen por su talento en los distintos niveles de la disciplina, pero también han tenido que ver cómo eran acusados de "contratación ilegal" a principios de este año, por lo que sus fichajes fueron investigados por la FIFA debido al posible 'enchufismo' de los cuatro en el vestuario blanco. A todo eso se le une además el hecho de ser hijos de Zidane, considerado un astro del deporte rey, pone el listón muy alto a sus hijos y da pie a las siempre odiosas comparaciones.
Por ello, frente a la fuerte presión mediática y profesional que supone para ellos tener el apellido de su padre, se encuentra la posición de equilibrio y serenidad que potencia su madre. Véronique ejerce de madre y mujer, de esa persona que les ayuda a evadirse del fútbol y les lleva a la realidad del día a día y les recuerda quién son y que cuando llegan a casa son una familia cualquiera.
Con el nacimiento de su último hijo, en el año 2006, el patriarca del clan decidió retirarse del mundo del fútbol precisamente para dedicarse a su faceta familiar, centrarse "enteramente en su mujer" y ver crecer a sus cuatro chicos, según indicó la revista Paris Match. Sin embargo, esta 'tregua' fuera del mundo del balón solo le duró tres años ya que Florentino Pérez le fichó como Asesor de la Presidencia del Real Madrid en 2009. Aunque ese cargo le dejaba aún bastante tiempo para pasarlo con su esposa, pronto el club le fue tentando para ejercer de entrenador. Aceptó el puesto y se plantó de nuevo las botas de tacos. En ese momento, y con sus hijos más mayores, Véronique volvió a tomar las riendas de la familia y en su papel de única líder femenina del clan se hizo de nuevo con su faceta de lazo inquebrantable de los miembros.
Y es que Véronique no es una WAG - novias y mujeres de futbolistas - de las que se deje ver constantemente y presuma de su posición de 'primera dama'. Solamente se la vio en el palco de honor del Santiago Bernabéu cuando su marido se despidió del Real Madrid y cuando Enzo juega algún partido importante. Siempre ha destacado por su discreción, no le gusta hacer ostentación de su dinero y solo se permite un único capricho: las prendas de marca. La majorette ha tenido que hacerse aficionada al fútbol casi a la fuerza ya que en su casa no se habla de otra cosa, pero no hay duda de que lo hará orgullosa. Ya que, aunque no cumplió su sueño de pequeña de ser bailarina, ha visto cómo los sueños de sus cinco chicos favoritos se han hecho realidad con ella a su lado.