En la lista de fallecidos del Tanatorio de La Paz, en Alcobendas (Madrid), ni siquiera figura el nombre de Eleonora Salvatore, más conocida como Bimba Bosé. La decisión de la familia de mantener todo lo relacionado con el fallecimiento de la modelo en el más absoluto silencio ha sorprendido incluso al personal del tanatorio, pues no suele ser común que una familia decida no velar el cuerpo de su difunto durante el tiempo que permanece en las instalaciones.
Así ha ocurrido con Bimba. Este martes, los pasillos que llevaban a la sala donde reposan los restos de la sobrina de Miguel Bosé (60 años) estaban completamente desiertos. La sala, una de la más grande, tenía la llave echada. Pocos sabían que el cuerpo de Bimba se encontraba en el interior, teniendo en cuenta que en la puerta no había ningún cartel que lo señalizara. Los contados famosos que se acercaban a lo largo de la mañana, como Carmen Lomana o Edith Salazar, se encontraban la puerta cerrada a cal y canto y tenían que darse la vuelta sin poder siquiera dar un abrazo a los familiares o velar el cuerpo de Bimba.
Tan sólo el diseñador Francis Montesinos (66), que llegaba pasado el mediodía, lograba que le abrieran la puerta de la sala, aunque sólo fuera por unos minutos. Aún así, no pudo saludar a ningún miembro del clan Bosé. Decidió entonces hacer tiempo en la cafetería del tanatorio, pero tras más de una hora de espera, y teniendo en cuenta que la misa no se celebraba hasta esta tarde, desistió y abandonó las instalaciones, a las que previsiblemente regresará dentro de unas horas.
Ha sido a primera hora de la tarde cuando han comenzado a llegar más amistades y miembros de la familia Dominguín Bosé. A media tarde habrá se celebra una misa y tras la misma los restos de Bimba serán incinerados. Será el único acto que protagonizará el clan Bosé. El recuerdo y el homenaje a la modelo quedan reservados para la más estricta intimidad.