A solo once días de que vuelva a subirse a un escenario, Isabel Pantoja (60 años) prepara su gira por España y Latinoamérica desde la capital madrileña. La tonadillera ha dejado atrás la finca de Cantora, en la provincia de Cádiz, y se ha mudado a una de las zonas más prestigiosas de Madrid: el barrio de Salamanca. El cambio de residencia responde a una de las exigencias de su productora Universal, que le explicó a la cantante que debía instalarse en la capital para llevar a cabo las gestiones de la promoción de su disco.
Isabel no está sola en su nueva aventura madrileña, ya que comparte nido con su hija Chabelita (23). Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, ambas llegaron a su recién estrenada vivienda el pasado viernes tras finalizar la mudanza en los días previos. Se especuló mucho sobre la localización de su nueva residencia en Madrid y se habló de la posibilidad de que se asentara en la zona de Arturo Soria, por donde se la vio pasear en varias ocasiones. Pero no es así. La tonadillera ha preferido afincarse enfrente del parque de El Retiro, en la Avenida Menéndez Pelayo para ser más concretos.
Hace unos días los fotógrafos de El programa de Ana Rosa 'cazaron' a la folclórica comprando en una carnicería de un supermercado de la zona junto a su madre Doña Ana. Lo más curioso del suceso fue la cantidad de carne que se llevó a casa, pues en su lista de la compra no faltaban filetes de ternera, solomillo, carne picada o entrecot. Incluso el propio carnicero se sorprendió de la abundante compra de Isabel y así se lo hizo saber. Quizá la familia Pantoja se quiso dar un festín como bienvenida a la capital o celebrar la vuelta a los escenarios de la cantante, que se inicia el próximo sábado 11 de febrero en Madrid.
Isabel se encuentra en plena promoción de su gira y su asistencia al programa de El Hormiguero era la cita más esperada tanto por periodistas como por telespectadores. Mientras Antena3 se hacía líder de audiencia anoche y los twitteros no paraban de criticar la 'suavidad' de la entrevista de Pablo Motos, un coche oscuro paraba frente al portal de la casa de la tonadillera y Agustín Pantoja, desde el asiento del copiloto, e Isabel, desde la puerta trasera, salían del vehículo.
La cantante solamente sonrió a las cámaras con su ya mítico "dientes, dientes". Sin embargo, no es así como se muestra con el resto de residentes y tenderos de la zona, ya que, tal y como ocurrió en la carnicería hace unos días, Isabel se comporta como una vecina más que va hacer la compra, que responde a los anónimos que se le acercan y que da autógrafos o fotos a quien se lo pide.