No ha podido superar el momento crítico y ha fallecido. El torero Sebastián Palomo Linares ha muerto este martes en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid 72 horas después de ser intervenido de urgencia por una enfermedad del corazón.
Eso sí, ha pasado sus últimas horas de vida rodeado de sus hijos, amigos y su actual pareja, Concha Azuara. Todos han estado en el hospital mientras el torero se debatía entre la vida y la muerte sedado y con ventilación asistida. De hecho, mientras la gran mayoría de medios nacionales ya habían publicado la noticia de su muerte, sus hijos Sebastián y Miguel aseguraban visiblemente afectados a EL ESPAÑOL que "todavía" no había fallecido, aunque nos reconocían que todo parecía indicar que era "cuestión de tiempo". Y el tiempo terminó.
Minutos antes del peor desenlace, sus hijos esperaban en la Unidad de Cuidados Intensivos de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón en un corro con sus amigos y parientes más cercanos, mientras su actual pareja, Concha Azuara, lo hacía en otro con un grupo de amigas y compañeras de tertulia taurina de Palomo Linares, mostrando así el distanciamiento entre pareja e hijos del diestro. En ambos casos, no ponían reparos en atender a los medios que nos encontrábamos en las puertas del centro hospitalario.
La jornada de este lunes ha sido muy dura para sus hijos y pareja. El diestro se mantenía en vida con ayuda de procedimientos artificiales. El deseo de torero era donar sus órganos y por ello este lunes se activaba el protocolo de trasplantes para realizar las pruebas pertinentes, tras las cuales se procedería a retirar dichos procedimientos artificiales. A media tarde se anunciaba su muerte.
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La novia del diestro dijo este domingo a la prensa que "era una vergüenza" que sus hijos no hubieran hablado con su padre en los últimos años, pero este lunes todos están aquí con su padre. De hecho, su hijo Sebastián es quien se está ocupando de hacer los trámites con el hospital, según ha podido presenciar este medio.