Destrozada y aún sin terminar de creerse la muerte del que ha sido su compañero de vida en los últimos cuatro años. Así llegaba Concha Azuara (40 años) al tanatorio madrileño La Paz de Alcobendas. La enorme pérdida que ha supuesto el fallecimiento del torero Sebastián Palomo Linares no ha hecho flaquear, sin embargo, las fuerzas de la juez, que no dejaba pasar la oportunidad de poner los puntos sobre las íes en lo que respecta a la verdadera relación que existía entre la pareja y los hijos del diestro, mermada en los últimos años tras varios desencuentros familiares.
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"Yo he sido la única familia de Sebastián en los últimos años. Ya no hay tiempo de arrepentimientos. Todas las lamentaciones que vengan a partir de ahora, llegan demasiado tarde", afirmaba a las puertas del edificio en referencia al acercamiento protagonizado por Sebastián Jr. (39), Miguel (36) y Andrés (28) en las últimas horas de vida de Palomo Linares en el hospital.
Pero lo cierto es que, según Azuara, Sebastián Jr. y Andrés llevaban seis años sin hablarse con su padre, mientras que el distanciamiento con Miguel duraba ya dos. "Que quede claro que han abandonado a su padre. Es una vergüenza", comentaba este domingo a los medios congregados en el hospital. Sin embargo, el lunes y el martes la familia Palomo Danko era una piña y acudía en masa al tanatorio para despedir al torero.
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Azuara lo hacía acompañada de la presentadora y amiga Anne Igartiburu (48), que arropó a la juez en estos momentos tan duros. "Todavía no me lo creo. Se me ha ido todo. Es una pérdida muy importante. Nadie podíamos imaginar un desenlace así. Estoy destrozada. En mi conciencia queda que he estado a su lado en todo momento, no me he separado ni un minuto de él. Son momentos muy difíciles. Nos ha dejado demasiado pronto", se lamentaba este martes la novia del diestro, quien confirmaba a los medios apostados a las puertas del tanatorio que la boda era inminente. Concretamente la pareja la planeaba para esta primavera.
Iba a celebrarse por lo civil, tal y como aseguraba Azuara, porque la nulidad matrimonial de Palomo Linares y Marina Danko (62) tardaba en llegar.
Esa boda no llegará a celebrarse, algo que ha llenado de desolación a la viuda. "Era el amor de mi vida y estoy totalmente desolada, teníamos muchos planes. Estoy consternada y voy a acompañarle en estos últimos momentos. Quiero que sea recordado como era, natural, generoso, honrado, leal, legal... todos los adjetivos que le pueda decir son pocos. Era una gran persona, tenía un gran corazón y le ha fallado, pero le ha fallado de grande", se lamentaba.
La pareja de Palomo Linares destacaba, además, la valentía con la que el matador de toros se enfrentaba a la intervención quirúrgica de este viernes. "No tenía miedo a la operación, aunque era consciente de la importancia que tenía. Este toro ha sido muy grande y no ha podido con él", concluía una Concha Azuara muy afectada, que a partir de ahora continuará con su vida sin el diestro.
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