La vida sentimental del hijo de Sebastián Palomo Linares, Miguel Palomo Danko (36 años), bien podría inspirar el guión de una telenovela latinoamericana. Una de esas en las que hay mucho dinero, suegras conspiradoras, cuadras con caballos, fincas multimillonarias y socios con oscuros negocios.
El mediano de los Palomo Danko es el más afortunado de la familia, maneja hasta cinco empresas, pero los socios que se ha buscado a lo largo de los últimos años no son, precisamente, los más transparentes. Una de las sociedades a su nombre, Gremial Corporativa SL, que lleva desde el año pasado sin actividad ninguna, podría pasar desapercibida si no fuera porque la creó Ramón Cerdá Sanjuan en abril de 2012. Éste es un hombre al que la Fiscalía Anticorrupción bautizó como el "ideólogo" de las sociedades opacas donde nacieron las mayores tramas de corrupción destapadas en nuestro país, como la del caso Nóos, Viajes Marsans, Nueva Rumasa o la Gürtel.
Precisamente esta semana Sanjuan ha vuelto a saltar a los titulares. La jueza Manuela Fernández de la Audiencia Nacional ha pedido para él 13 años de prisión por delitos de fraude, asociación ilícita y falsedad documental por una trama de fraude del IVA con origen en Málaga aunque extendida por toda España.
En marzo de 2012, este empresario registró en Valencia, según ha podido saber EL ESPAÑOL, la sociedad Gremial Corporativa SL como una empresa dedicada al "cuidado diurno de niños" aunque con la contradicción de que también exportaba e importaba. Seis meses después, Sanjuan deja de ser el administrador único de la sociedad y pasa a serlo Miguel Palomo Danko, que sigue ostentando este cargo, aunque desde hace años no presentan sus cuentas al Registro Mercantil.
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SU RELACIÓN CON LA BURGUESÍA CHAVISTA
Pero este no es el único caso de corrupción en el que el nombre de Miguel Palomo Danko ha salido a la luz sin estar directamente implicado. En el año 2012 también fue el intermediario en una operación millonaria que la Fiscalía Anticorrupción investigó para esclarecer un posible delito de blanqueo en el caso de Viajes Marsans.
El hijo de Palomo Linares fue el enlace entre el expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y los compradores de su finca El Alamín, situada en el municipio toledano de Santa Cruz del Retamar. El comprador de esta finca fue Leopoldo Alejandro Betancourt López, el hermano de su exnovia venezolana Lilia Ximena Guzmán de Frutos López y uno de los empresarios mejor relacionados con el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez.
De hecho, este hombre pertenecen a los conocidos como 'bolichicos', un grupo de jóvenes empresarios de la aristocracia venezolana que, sin ninguna experiencia previa en el ámbito de la electricidad, recibieron hasta 11 contratos de obras del gobierno de Chávez por un valor de 1.300 millones de euros para "garantizar el sistema eléctrico de Caracas".
La empresa adjudicataria de estos contratos, Derwich Associates, aterrizó en España precisamente los años en los que cobraron el dinero de estos contratos y constituyeron distintas sociedades inmobiliarias. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, tanto Alejandro Betancourt como su primo Pedro José Trebbau y el amigo de ambos Alfredo José Blanco, siguen manejando distintas sociedades inmobiliarias en Madrid, como son Tenoti Inmobilien SL, Guanabana Real State SL o Eiffel Real State SL.
¿CÓMO CONOCE MIGUEL PALOMO DANKO A LOS BOLICHICOS?
El enlace entre estos ricos venezolanos y Miguel Palomo Danko fue Lilia López Fraino, la expareja de su padre Sebastián Palomo Linares. Hasta hace tres años, el hijo mediano del torero era el único que mantenía relación con su padre, según han contado estos días a EL ESPAÑOL sus amigos más cercanos. Pero desde que el diestro rompió su relación con la empresaria venezolana Lilia López Fraino, esa relación se enfrió. Esta mujer y su hija, Lilia Ximena Guzmán de Frutos López, han pasado por las revistas de papel cuché como las 'novias' venezolanas de Sebastián Palomo Linares y Miguel Palomo Danko respectivamente, pero su rol en la vida del diestro y de su hijo tienen una importancia mucho mayor de lo que pudiera parecer.
Pocos meses antes de la venta de la finca de Gerardo Díaz Ferrán a los venezolanos, Lilia López Fraino viaja a España con su hija Ximena y se encuentra "por casualidad" según ha contado en varias ocasiones, con su gran amor de la juventud, Sebastián Palomo Linares. Por aquel entonces, él estaba atravesando una difícil situación con su mujer, Marina Danko. Acaba dejándola, echándola de la finca familiar 'El Palomar' y comienza a salir con la venezolana Lilia López, aquella 'niña bien' de la que se enamoró cuando tenía poco más de 20 años en Caracas y con la que tuvo un idilio que estuvo a punto de acabar en boda pero que "no pudo ser porque Eduardo Lozano (por aquel entonces apoderado del torero y su gran amigo) lo impidió", según contó la propia Lilia al diario ABC.
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Pero el culebrón no acaba ahí. La venezolana presenta a su hija Ximena a la pareja de Miguel Palomo Danko y Marta González, hija del torero albaceteño Dámaso González. Los dos la introducen en su círculo de amigos y pocos meses después de que Marina Danko descubra que Palomo Linares está con Lilia López, Marta González también se separa de Miguel Palomo Danko porque éste se ha enamorado de Ximena.
La joven periodista tuvo que firmar un documento en el que se comprometía a no desvelar nada de su ruptura ni de los negocios de Miguel Palomo Danko con la familia de su novia, Ximena Guzmán de Frutos. De hecho, pidió a todas las revistas que no le hicieran preguntas al respecto y poco tiempo después del divorcio presentó una denuncia por amenazas en un juzgado de Albacete. Marta González tan solo confesó a la revista Hola! en 2013 que "tras la separación matrimonial de los padres de Miguel todo cambió. Las compañías cambiaron radicalmente. Empezamos a vivir en un ambiente que nada tiene que ver con mis principios y valores. Una forma de vida ostentosa. Fue el peor año de mi vida", declaró.
La relación entre Miguel Palomo Danko y Marta González todavía sigue rota. La propia Marina Danko llegó a ponerse del lado de su nuera tras el divorcio porque "su hijo y su nueva novia no le estaban poniendo las cosas nada fáciles". Ella también temió que su hijo la dejara en la calle, ya que también es el administrador de la sociedad Explotación Ganadera Hermanos Palomo SL en la que está el piso del barrio de Salamanca valorado en casi 1 millón de euros donde vive Marina Danko y su hijo pequeño, Andrés Palomo Danko (28), a los que el torero estuvo pasando una pensión hasta abril de este año según ha desvelado este diario.
Miguel Palomo Danko también gestiona la sociedad Eras de San Isidro SL y Cinegética Jabalí Oro SL, a través de la que organiza cacerías y mantiene sus contactos con la alta sociedad.