Las polémicas declaraciones de Rosa López (36) el pasado miércoles en Mi casa es la tuya destapando las razones por las que tuvo que estar apartada de la música durante un año, siguen trayendo cola. Y es que, aunque la artista se mostró dubitativa a la hora de tejer su relato y no culpó directamente a nadie de la negligencia médica, sí se puede saber quiénes estaban llevando su carrera en ese momento y, por tanto, ser los responsables de exprimir a la cantante hasta el punto de perder la consciencia en un concierto.
“Estaba en una gira impresionante, concierto tras concierto todos los días. Ese no era el problema. Mi voz estaba preparada. Pero, un día, una chavala me decía que no estaba bien y me trajo a un médico, que no sé si era médico, y me pinchó en el culo un líquido azul y blanco que no sé qué coño era”, confesó entre lágrimas. "El primer día canté fenomenal; el segundo, también, y el tercero en El Escorial, en la sexta canción, me estaba asfixiando… No podía ir ni para adelante ni para atrás. Me quedé inconsciente detrás del escenario", siguió recordando la cantante.
Resulta difícil a día de hoy, sin la voluntad de la cantante de denunciar quiénes eran esas dos personas, descubrir sus identidades. Sin embargo, sólo hay que echar un vistazo a la hemeroteca para saber quiénes eran los responsables de la carrera artística de la granadina por aquel entonces.
“La gira que la cantante Rosa, ganadora del concurso televisivo Operación Triunfo, ha sido cancelada por un problema en la garganta, informó la dirección de Academia de Artistas SA, como representante de la cantante, y Grandes Conciertos SL, como empresa promotora de su gira”, publicaba la prensa el 21 de septiembre de 2002 después de que la artista tuviera que ser atendida de urgencia durante un concierto en Valencia.
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Grandes Conciertos SL era la promotora de la gira de la joven que, según la prensa de la época, se embolsaba entre 50.000 y 66.000 euros por cada uno de los 54 conciertos programados para ese verano. Es decir, entre 2,7 y 3,5 millones de euros.
Detrás de esta sociedad se encontraba RLM, una de las empresas de 'management' más importantes de nuestro país. Propiedad de Rosa Lagarrigue, conocida como la mánager más poderosa de la industria musical. Durante años llevó la carrera artística de Miguel Bosé, Alejandro Sanz o Malú, entre otros muchos. Durante los últimos tiempos ha saltado a la palestra precisamente por las polémicas marchas de estas tres estrellas.
Por su parte, Academia de Artistas SA fue una sociedad que nació de las entrañas de Gestmusic, la productora de Operación Triunfo, y Vale Music, una de las discográficas más importantes de España por entonces y que se hizo cargo de las carreras de todos los concursantes del talent show.
Ya disuelta, la compañía tenía como consejeros a Ricardo Campoy, Eva Cebrián -hija de Juan Luis Cebrián-, Carmelo Del Río, Narcís Rebollo -el actual novio de Eugenia Martínez de Irujo-, Francisco Javier y Xavier Zapatero Gandaria y a Toni Cruz, como presidente.
Como ya contaron algunos triunfitos en el documental de OT: El Reencuentro, los contratos que firmaron durante y después de su estancia en la Academia fueron totalmente abusivos. La Academia de Artistas se aseguraba con dichos contratos todo el poder de decisión y el control más absoluto sobre las carreras de todos y cada uno de los triunfitos.
“Ninguno de ellos tenía copia de su contrato y los firmaban a ciegas, unas horas antes de empezar el concurso se encontraban con un montón de papeles y no les daban copia. Tenían 19 y 20 años y hubiesen firmado lo que fuera por entrar”, escribía Wayne Jamison en el libro ‘OT, la cara oculta’.
Algo habitual en la música
Pero, ¿por qué se forzó tanto la máquina? "Había muchos intereses creados a su alrededor. Movía mucho dinero", contó en el programa su exnovio, Pablo Muñoz Cariñanos. "Venía de muchos médicos. Uno le recetaba pastillas para la depresión porque estaba con mucha presión. Yo sabía lo que tenía desde que la ví la primera vez. Y sabía que la solución al final terminaría en una cirugía".
"El negocio es el negocio. El entorno de la música es un entorno sin escrúpulos", explica a JALEOS el compositor Alejandro Abad, quien añade que "había gente que se arrimaba a Rosa sin saber cómo funciona esto".
El productor, que ejerció de jurado en Operación Triunfo, reconoce además que es una práctica habitual en la música echar mano de corticoides si se tiene problemas. “Es algo que en ocasiones muy concretas se hace, como por ejemplo cuando estás constipado o con mocos. El problema es que se haga de forma continuada".
"De siempre artistas grandes han recurrido a estas técnicas, aunque siempre con un señor de confianza (...) En un momento dado tuve una amiga que estaba en un grupo importante que podía tener 70 bolos en 30 días y era habitual si no llegaba”, explica por su parte el locutor de Radiolé, Joaquín Hurtado. “Los corticoides a los cantantes es como los esteroides a las musculocas”, remata.
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