"Cuando nos casamos, los dos llegamos con nuestros problemas. Juntos éramos una bomba de relojería. Nuestro matrimonio estaba abocado al final desde el primer año", asegura Fran Álvarez (41 años), exmarido de Belén Esteban (43), quien ha concedido una entrevista en exclusiva a la revista Lecturas. Es la primera vez que el camarero habla abiertamente y previo pago de su relación con la 'princesa del pueblo'. Ahora está acudiendo a tratamiento psicológico para poder dejar atrás una época de su pasado plagada de adicciones y de la que se arrepiente.
La pareja dio el 'sí, quiero' en una ceremonia celebrada en junio de 2008 en la ermita de San Antonio del Palacio del Negralejo (Madrid). Entonces se iniciaron cinco años de matrimonio donde Fran tocó fondo debido a sus problemas con el alcohol. "Rocé el infiero con la bebida. Eso me llevó también a coquetear con otro tipo de sustancias. Fue mi mayor desgracia", ha comentado.
Asegura que tanto él como Belén Esteban eran conscientes de que ambos tenían problemas cuando se casaron, pero salir de ese círculo vicioso era difícil y ese matrimonio "estaba abocado al final desde el primer año".
Una adicción que no reconocía
Durante años el camarero tuvo un gran problema con la bebida que no reconoció porque, comenta, "estaba ciego. Tenía una venda en los ojos y no quería asumir lo que me pasaba".
Poco a poco se fue dando cuenta de su adicción, y no fue hasta hace unos meses cuando reconoció que estaba enfermo, ayudado por su familia y sus amigos: "Gracias a mi hermana Elvira y a varios amigos como Chema" que le abrieron los ojos y pudo comenzar "a poner solución".
Para poder luchar contra este demonio ingresó por cuenta propia en una clínica privada en Madrid e inició un tratamiento piscológico y médico que continúa hoy día. Ahora, Fran está ilusionado y quiere aprovechar al máximo los años que perdió cuando bajó a los infiernos: "Estoy luchando para conseguirlo y estoy aprendiendo a vivir día a día".
El matrimonio era una "bomba de relojería"
Aunque admite que ambos tenían problemas que afectaron a su relación, asegura que lo que más afectó al matrimonio fue el fuerte carácter de los dos, que chocaba y que llegó a hacer que se separaran en más de ocho ocasiones. Cuando esto ocurría Belén le "echaba de casa y luego me mandaba a buscar con Toño".
Fran comenta que tampoco ayudó a la pareja que él no trabajara. El camarero achaca esta decisión al deseo de Belén Esteban de mantenerlo "en esa jaula de oro para que dependiera de ella, incluso económicamente".
Todo ello le ha llevado a la conclusión de que casarse fue "un grave error" por parte de los dos ya que la pareja era una "bomba de relojería", a pesar de lo muy enamorados que estaban cuando contrajeron matrimonio. Aclara que aunque "hubo buenos momentos, muy bonitos", lo cierto es que "hubo más malos". Un error tan grande que ni siquiera ve posible que lleguen a ser amigos, y que lo mejor es "que cada uno siga con su vida y sin mirar atrás".
La mala relación no fue solo durante el matrimonio, y es que las declaraciones posteriores de Belén Esteban le molestaron bastante. Primero, no le gustó que Belén dijera que él era "uno de los responsables de lo que pasó" porque "es mentira" ya que defiende que "cada uno es responsable de lo suyo".
Tampoco le gustó que Belén "hablara de su familia" cuando, según dice, él nunca ha hablado de la suya. Por el momento no han vuelto a mantener el contacto ni tiene pensado volver a tener ningún tipo de relación con ella.