Bibiana Fernández: "Este año ha sido malo. Duele cuando a una le toca despedir"
La colaboradora de Telecinco se sincera y habla sobre como vive ella esta época de año y como ve el amor.
28 diciembre, 2017 12:34Noticias relacionadas
Demostrando que son mujeres de armas tomar, Bibiana Fernández (63 años) y Vicky Martín Berrocal (44) se atrevieron con la cocina en un showcooking de lo más divertido en el que mostraron su lado más natural. Mientras que Bibi confesó que no suele cocinar en su día a día, Vicky aseguró que desde que ha vuelto su hija Alba del extranjero le ha devuelto ese gusanillo por la cocina.
En una entrevista a Europa Press, la colaboradora de Telecinco aseguró que la Navidad no es la época del año que más le gusta y es que sin duda alguna son unas fechas para celebrar con la familia, algo que ella no puedo hacer.
Te veo divina para ponerte a cocinar.
No, me voy quitar esto para cocinar, tengo que decir que como este año estuve en Masterchef lo de cocinar lo tengo más fácil, tirando del libro de recetas y al final tengo un buen robot que me va a ayudar y se trata de simplificar. Tengo una cena muy sencilla, con dos amigos o tres, no soy amante de la Navidad, la Navidad es familia y yo no la tengo y me trae muchos recuerdos y hay muchas ausencias. Para cocinar es cuestión de quitarte los guantes, remangarte... Luego vienen invitados y a los invitados hay que recibirlos como Dios manda.
¿Qué vas a preparar?
Un menú sencillo, una ensalada de aguacate y marisco y de segundo voy a preparar un cordero.
Muchos de tus compañeros dicen que después del programa no han vuelto a cocinar.
Yo no cocino mucho, pero porque yo no como mucho en general. Tengo régimen, mantengo la línea, como cosas que son más fáciles de preparar pero lo que sí que tengo es todo el aprendizaje. Lo que sí que me salto son las especificaciones, que están muy bien pero las como en los restaurantes.
Este año ha sido complicado.
Este año ha sido muy complicado, tremendo, pero llevo muchos años tremendos. Hay demasiadas ausencias y la Navidad me trae una sensación agridulce. Prefiero pasarla un poco por encima, de puntillas, disfrutarla en la medida de lo posible, deseo que lo disfruten en las casas donde hay niños y después en fin de año, desquitarme.
Pero lo que sí que tienes son muy buenos amigos.
Siempre. Creo que la vida es agridulce, no es ni de una manera ni de otra. Tratar de reducirla a blanco o negro es complicado. Este año ha sido malo porque a pesar de las muchas cosas buenas que me han pasado, a pesar de los amigos maravillosos, a pesar de tener salud, en el momento en el que pierdes a personas que te quieren mucho, te despides de tu casa, que aunque la haya vendido es perder una referencia emocional, cuando una tiene unos años despedirse duele. Ha sido un año donde ha habido dolor y vida.
[Más información: Descubrimos los pisos embargados que aún asfixian a Bibiana Fernández]
El problema de haciendo cómo está.
Sigo otra vez, me están quitando, eso de Hacienda somos todos lo voy a cambiar por haciendo soy yo. Creo que voy a estar pagando hasta que tenga 90 años. Tampoco me quedan tantos.
¡Qué desesperante!
Ya, pero la cosa va como va, en todo caso tendré que recurrir a abogados para que miren la situación pero de momento prefiero centrarme en vivir, este año con esas pérdidas ya hay mucho dolor y quiero mirar para hacia delante. La vida es un gran banquete y hay gente que pasa hambre, yo he sido muy afortunada.
Te caracterizas por ser una mujer muy sensata y siempre sacas el lado bonito alas cosas.
El lado feo ya está. Trato de sacar el bonito porque ese hay que buscarlo, el malo viene de serie, te lo regalan sin querer.
¿Qué le pides al nuevo año?
Salud, el resto no preocuparse, lo busco yo.
Con mucho trabajo.
Tengo trabajo, seguimos con obras, hay un proyecto de televisión que no puedo adelantar porque no es inmediato, pero está ahí y bueno, proyectos profesionales tengo. Ahora falta algo personal.
¿Y el amor de Bibiana?
Me gustaría que el amor bajara a tierra. Si hay alguien que tenga alguna voluntad, que me escriba o que me llame.
¿Qué piden en un hombre?
Honestidad. Después el resto son cosas que se dan o no, como es la química, pero honestidad, ya ni si quiera pido fidelidad, la infidelidad se puede personar, la deslealtad no. La lealtad es necesaria para confiar en los demás.
¿Hay ganas de enamorarse?
Pues sí, no me vendría mal.
¿Qué falla que no llega?
No sé.
¿Eres muy exigente?
No, estoy facilona que lo tiro. Estoy que lo tiro, vamos. Es ahora o nunca. No quiero ni casting, al primero que se presente, como venga uno que se presente y tenga buena voluntad me quedo con ese, no espero al segundo por si las moscas.
Con lo que tú vales.
No es fácil, es una cuestión que puedes salir y buscar todos los días pero encontrar a alguien que te guste tiene que ver con un milagro. El amor tiene carácter accidental, es una naturaleza accidental, te atropella como lo hace un camión, incluso contra tu voluntad, aunque no te parezca oportuno, aunque te digan que no, se convierte en el ser de tu vida y es así.
Cuanto se sufre también.
No importa, pero no se debe escuchar a los amigos, en esas cosas te tienes que dejar llevar, amar... El amor duele, siempre tiene un aparte que duele.
Bueno más el desamor.
No, el amor también. Tu amas a tus hijos pero ellos se tienen que ir de casa, que suspenden, que tienen problemas... Todos esos problemas generan amor, incertidumbre, inseguridad, miedo... Todas esas cosas y entonces el amor conlleva una parte del dolor. Evidentemente tiene que haber una gran parte de alegría de satisfacción.
¿No te da por escribir?
No y me lo han pedido muchas veces. No, porque tienes que evitar nombrar a ciertas personas, luego tienes que empezar por la infancia y hablar de padres y muchas cosas, tienes que estar muy segura, no tengo ninguna necesidad de dejar una especie de herencia a la historia. Lo que sí es que si la haces tienes que hacerlo con honestidad, no puedes saltarte cosas, tienes que vomitar y cuando se vomita a veces se vomita sangre. Hay mucho dolor, mis padres se separaron cuando no se separaba nadie, tengo el término de familia desestructurada cuando el término no existía todavía y a partir de ahí podemos hablar de alcohol, de peleas y de muchas cosas.