Carmen Franco (91 años), hija del dictador consiguió gestionar hábilmente la herencia que le dejó su padre, hasta lograr amasar una gran fortuna donde abundan los inmuebles, las participaciones en sociedad e importantes cuentas corrientes.
Es difícil calcular el valor exacto del patrimonio de la familia Franco. Sin embargo, algunas estimaciones, como la que realizó el periodista y escritor Mariano Sánchez en su libro Los Franco S.A. hablan de una cifra cercana a los 500 o los 600 millones de euros. La mayor parte de esta fortuna reside en las viviendas que todavía posee en clan Franco.
Compañías con un gran patrimonio
La "hijísima" fue administradora única de dos compañías que, entre las dos, reúnen un patrimonio que supera los 38 millones de euros.
La primera de ella, Fiolasa S.L.U., fue creada en 2002 con el objetivo de adquirir, enajenar o transmitir en cualquier otra forma, disfrutar, tener, aprovechar, arrendar, ceder en arrendamiento a terceros, explotar, administrar, gestionar, comercializar. Ya desde el principio se vio que esta empresa iba a manejar una gran cantidad de patrimonio, y es que el capital social con el que comenzó fue de 9,6 millones de euros.
Esta compañía terminó el año con unos beneficios de 120.044 euros, a pesar de no haber registrado nada de facturación. De esta forma, el activo total al cierre del ejercicio pasado ascendía a 20.498.844 euros.
La segunda compañía de la que Carmen es administradora única es Sargo Consulting S.L., creada también en 2002 para la prestación de asesoramiento e información económico financiero par apersonas físicas o jurídicas. De nuevo, esta empresa se creó con un capital social de 9,6 millones de euros, una suma que en al año siguiente se amplió hasta llegar a los 11,2 millones.
Asimismo, esta compañía facturó en 2016 la misma cantidad que en 2015, 48.000 euros. Una cifra que se mantiene estable y que, unido a las pérdidas que registró ese año (35.322 euros), dan a entender que es una compañía dedicada a la gestión de su patrimonio.
Un gran número de inmuebles
Una gran parte del patrimonio de Carmen Franco reside en los inmuebles que ha poseído y que todavía mantenía. Respecto a los primeros, la hijísima vendió varias propiedades que le supusieron importantes ingresos.
En este sentido, solo la venta del Palacio del Canto del Pico, en Torrelodones, en 1998 resultó en unos ingresos de más de 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros). Asimismo, hay otras propiedades de las que se han desprendido y que les han supuesto unos ingresos considerables.
Además, poseía un gran número de propiedades de gran valor. Una de las más importantes es el edificio señorial situado en el número 8 de la calle Hermanos Bécquer, en pleno barrio Salamanca de Madrid. En este inmueble Carmen poseía sótanos, la planta baja, cinco pisos altos y áticos.
Pero no es el único inmueble que la familia posee en la capital. Los Franco tienen un gran número de pisos en alquiler, a lo que se suman muchos locales comerciales y plazas de garaje que les reportan unos beneficios anuales muy altos.
Además, en Galicia Carmen tenía su propiedad más conocida, el Pazo de Meirás, y otra casa en el barrio viejo de A Coruña, el palacio de Cornide. Este último es un edificio de 879 metros cuadrados con un valor muy superior al del pazo de Meirás, aunque haya pasado desapercibido para el público.
A todos estos inmuebles hay que añadir la gran finca del conde de Romanones, donde el general Franco disfrutaba de una de sus grandes pasiones, la caza y la pesca. A la muerte del dictador esta propiedad estaba valorada en 10.000 millones de pesetas, según el libro Franco confidencial que publicó Pilar Eyre (66). A esta cifra hay que sumar que una parte de ella, 3,3 millones de metros cuadrados, ha sido recalificada y, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria, estaba previsto construir una urbanización de lujo, con un valor incalculable.
Por último, la hijísima poseía un gran chalé en la urbanización Los Monteros de Marbella, una vivienda que recibió como regalo de boda de parte de un constructor de la Costa de Sol. Se trata de una gran propiedad donde la familia solía veranear cuando no se encontraban en el Pazo de Meirás.