Un problema menos para Kiko Rivera (34 años). A su delicado estado de salud se le suman las posibles consecuencias económicas que le supondrán los seis meses de baja que un facultativo de Castilleja de la Cuesta le ha concedido, tal y como adelantó JALEOS en primicia el pasado miércoles.
Según informan fuentes internas del Ayuntamiento de Güímar a este periódico, la productora tinerfeña OYE, encargada de contratar al DJ para las fiestas patronales de San Pedro, estaba dispuesta a interponer una demanda judicial contra el hijo de Isabel Pantoja (61) por incumplimiento de contrato si no presentaba el citado documento de baja médica antes del jueves 10 de mayo a las 9 de la mañana.
"Para romper ese expediente administrativo, para romper ese contrato, debe haber una causa justificada. En caso contrario, desde la productora se habrían tomado medidas legales contra Kiko Rivera porque esto es la administración pública y estaba dejando 'colgados' a tres organismos: el Ayuntamiento de Güimar, el gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife", detalla nuestra fuente.
El Ayuntamiento de Güímar (Tenerife) anunciaba a bombo y platillo que el artista estrella para sus fiestas patronales, El Gran Merengazo del Atlántico, no sería otro que el DJ (y ahora cantante) Kiko Rivera. Dos semanas después del anuncio y tras la firma de un contrato entre el performer y la productora OYE, el hijo de Isabel Pantoja decidía dar un paso atrás y cancelar el show. Y no solo este sino los 16 restantes que hasta la fecha tenía contraídos por agenda. "Hoy es un día duro para mí: pongo en conocimiento de los medios de comunicación que, por causa de una depresión y con el fin de evitar cualquier daño adicional, he decidido retirarme de los escenarios", informaba con sus propias palabras vía Instagram.
El pasado jueves, Kiko Rivera comunicaba públicamente estar atravesando "por una depresión", causa por la que cancelaba toda su gira de conciertos prevista desde el 18 de mayo al 22 de septiembre. Un día más tarde, a través de dos vídeos de sesenta segundos, intentaba tranquilizar a los promotores de su gira informándoles de que tendrían un documento de baja tras terminar "las pruebas médicas a las que se estaba sometiendo". El hecho de que se haya precipitado en términos como "depresión" sin haber obtenido entonces un diagnóstico oficial ha despertado incredulidad no solo en los medios de comunicación sino en quienes lo habían contratado, dispuestos a llevarlo a los tribunales si no justificaba clínicamente la cancelación de estos compromisos profesionales.
[Más información: Este es el certificado médico de Kiko Rivera: seis meses de baja y diagnóstico sin especificar]