Hace cinco días Kiko Rivera (34 años) anunciaba por sorpresa su preocupante estado de salud mediante un comunicado en Instagram. El DJ quería hacer partícipes a sus seguidores de su difícil situación y darles a conocer el parón en su vida profesional debido a una depresión. Este repentino revés en la rutina del joven ha dejado muchas preguntas en el aire y por eso Irene Rosales (27) ha querido aclarar personalmente todas dudas de un modo muy habitual en los Pantoja: a base de exclusiva.
"Lo que tiene Kiko es algo serio, no inventado", explica con rotundidad la modelo en unas palabras para la portada de la revista SEMANA. Cuando el hijo de Isabel Pantoja (61) anunció su estado anímico los medios y el público no entendió lo repentino de su diagnóstico, pero su mujer ha querido contar lo ocurrido: "Es muy sencillo. Él lleva muchos años trabajando, y encima en el mundo de la noche, que quema mucho, se puso malo con fiebre y demás, y le vino un poco de bajón, más que físico mental. Y lo vimos. Necesita hacer un parón profesional en su vida para poder estar bien".
Solo una semana antes de dar a conocer lo de su depresión, Kiko se mostraba feliz en el bautizo de su hija pequeña, y en ese mismo mes se le pudo ver pletórico en uno de sus conciertos al que incluso acudió su madre. ¿Cómo ha pasado de estar en su, aparentemente, momento más feliz y derrumbarse?: "Precisamente por eso. Como profesionalmente quiere crecer más, tiene muchos proyectos y muy buenos, pero necesita parar al cien por cien, para estar bien, sano y fuerte para afrontarlos", contesta Irene.
Intentó bajar el ritmo de su vida, pero con los hijos se le hizo muy complicado planificarse bien las cosas para que toda su agenda fuera de manera correcta y compensada: "Al final se está perdiendo etapas con sus hijos. Con Francisco, cuando viene, muchas veces no lo puede ver todo el tiempo porque tiene que trabajar. La mejor decisión es que descanse".
La familia ha sido vital en la decisión de hacer un parón en su rutina profesional: "Le hemos apoyado todos, le hemos dicho que no se agobie, que aquí no hay plazos, que vaya poco a poco". En ese proceso se encuentra ahora, visitando a doctores que le den un diagnóstico: "Bueno, él ha ido al médico y demás. Y este todavía tiene que seguir hablando con él, porque tiene una depresión, pero no es que vaya a morirse. Por suerte hemos podido cogerlo a tiempo para poder tratarse". Y la sevillana quiere dejar claro que: "Él jamás jugaría con una enfermedad".
Ante el freno que ha echado Kiko a sus bolos, la situación económica empeora: "Afrontaremos estos meses de la mejor manera posible. Lo hemos puesto en una balanza y el dinero ahora no es mi primera preocupación, sino la salud", aclara Irene.
El remedio a los problemas psicológicos está muchas veces en centrarse en el bienestar físico, y el DJ va a empezar a solucionarlos así: "De momento tiene que empezar con una rutina física. El deporte cura muchísimas cosas y te despeja la mente. Queremos hacer ejercicio juntos con un entrenador personal y para hacer actividades en pareja, que nos viene muy bien".
La familia y su entorno será en estos meses su pilar más importante en el que apoyarse, y su mujer sabe que ha de hacerle consciente de todo lo bueno que le rodea: "Le animo a disfrutar de todos los días, de sus hijas y le digo que tiene todo en la vida para poder sonreír. Tiene una familia hermosa. Está feo decirlo pero tiene una mujer que le ama con locura, los niños más bonitos del mundo y una mamá que se muere por él". Además de recibir amor, Kiko tiene que procurar alejarse de todo aquello que pueda alterarle: "Lo primero es que desconecte de todo, y más en él con la presión mediática. Por eso ha hecho un détox digital también".
Ante esta sorprendente situación del hijo de la tonadillera, algunos insinuaron temas de malos hábitos: "Nada, no es algo que me preocupe, sabiendo la familia lo que hay. Yo en el tema de adicciones no entro. No pasa nada. Que sean libres de hablar, lo llevan haciendo muchos años. Ojalá que quien esté en esa situación salga".
Y también ha querido desmentir cualquier duda que hubiera sobre si ha sido la gran pérdida peso la que le ha producido el bajón a Kiko: "Estar a dieta a todos nos pone de mal humor, pero quiero que conste que para nada es porque le haya sentado mal la banda gástrica. No se ha arrepentido de la operación, al contrario".
Esté revés no ha podido con el matrimonio y de hecho están más unidos que nunca: "No hay día en el que no me diga lo mucho que me quiere y lo feliz que es teniéndome en su vida. Todas las noches, antes de dormir, nos tenemos que decir cuánto nos queremos".