Es la noticia de la semana. Marta Ortega (34 años), heredera del imperio Zara, y Carlos Torretta (33), hijo del diseñador Roberto Torretta (68), se darán el 'sí, quiero' el próximo otoño en el pazo do Drozo, una de las piezas más personales en el patrimonio inmobiliario de Amancio Ortega (82) que ya sirvió de escenario para la primera boda de Marta junto al jinete Sergio Álvarez-Moya (33) y para la del propio Amancio con su segunda esposa, Flora Pérez Marcote (64). Según adelanta en exclusiva la revista Corazón, la petición de mano tuvo lugar el pasado mes de marzo. Un momento especial en el que Torretta regaló a Marta un anillo de oro blanco y diamantes y ella a él un impresionante reloj.
El pazo do Drozo, un lugar especial para los Ortega
A finales del siglo XVIII, todo lo que pudiera recordar a un fuerte militar era demolido y restaurado con la misma inspiración pacega que se conoce, es decir, arquitectónicamente, planta rectangular y un único piso. Este espacio de origen medieval (aunque reformado en el siglo XVIII) es uno de los lugares de evasión y descanso de la familia Ortega al completo, tal y como ha confesado el propio Amancio en varias ocasiones. Tan solo doce kilómetros separan el centro de la ciudad de La Coruña del pazo do Drozo, ubicado en el municipio coruñés de Cambre. Esta impresionante finca cuenta con una superficie de más de 42.000 metros cuadrados, un espacio verde y bucólico donde los Ortega conectan con la naturaleza y el aire puro cuando sus agendas lo permiten.
Se conoce que el pazo acoge en su jardín un espectacular huerto, una piscina donde juegan los cuatro nietos de Amancio y una estancia independiente de la casa principal donde vive el personal de servicio encargado de mantener a punto no solo la floresta sino también el ganado y las reses. El carácter 'campechano' e incluso simplista de Amancio ha hecho que este 'casoplón' mantenga su fachada histórica intacta (cubierta de una frondosa enredadera verde) sin caer en tentaciones de restauración como la planteada por el arquitecto paisajista Fernando Caruncho, que pretendía traerlo hasta el siglo XXI.
En febrero de 2012, este fastuoso pulmón gallego se convertía en escenario de la que era la boda del año en aquel momento: Marta, hija de uno de los hombres más ricos del mundo, se casaba con el joven jinete Sergio Álvarez-Moya. El pazo familiar aún conservaba lo mágico de lo sucedido tan solo once años antes, pues el propio dueño de Zara y su esposa, Flora Pérez se dieron el 'si, quiero' allí mismo en 2001. Ahora Marta mira al frente y fija su objetivo en un nuevo horizonte vital junto al hijo del diseñador hispano-argentino, Roberto Torretta, habitual de la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Existe el novio, el padrino y el pazo. A raíz de su conexión directa y familiar con la moda, es inevitable fantasear con el secreto mejor guardado: ¿Recurrirá Marta a Roberto Torretta, su suegro, para que cree su vestido de novia definitivo? ¿Confiará en las mentes pensantes del grupo Inditex o lo apostará todo a Narciso Rodríguez como ya hiciera en su primera boda? Solo el tiempo, ese gran bálsamo de curiosidad, tiene la respuesta...
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