Fue durante el mes de noviembre de 2017 cuando una ilusionada, prudente y tímida Mila Ximénez (66 años) emprendía una nueva aventura profesional lejos de los réditos de la televisión: inauguraba su propia línea de joyas elaboradas a base de piedras preciosas con la colaboración del diseñador Gustavo Marinaro, un artista argentino afincado en España.
Después de sus cremas Kisé, se atrevía a más, estaba lanzada: "Tengo una edad en la que no debo tener miedo", aseguraba. La amistad entre ella y Marinaro fue un flechazo en toda regla, verse y entender que debían trabajar juntos. Así lo hicieron, hasta hace unos meses. JALEOS ha descubierto que ese vínculo profesional se ha roto; las joyas han quedado en una entelequia. Mila ha fracasado y son muchos los indicios que apuntan a que ya no se siente tan orgullosa de su creación como para lucirla en su programa o en las redes.
Pese a que lo último que supo este medio allá por el mes de febrero es que los diseños habían tenido una aceptación tal en el mercado que se estaba estudiando la posibilidad de abrir una tienda por parte de Ximénez, la realidad es bien distinta y, desde luego, nada halagüeña. Hace un tiempo que la exmujer de Manolo Santana (79) venía asegurando que a nivel económico no estaba todo lo boyante que debiera; incluso, cuando su amiga Terelu Campos (52) lanzó su línea, ella aseguró en un Insta Stories con voz queda y un tanto triste: "Ojalá te vaya mejor que a mí".
Unas palabras que hoy cobran todo el sentido gracias a la investigación de este medio. No solamente es sospechoso el hecho de que la página web de la contertulia no esté disponible bajo el mensaje de "Mantenimiento técnico activo" -donde antes mostraba, pletórica, su colección by Mila Ximénez-, sino que en la propia web del diseñador Marinaro no queda ni rastro de la periodista, si bien algunas de sus joyas están disponibles, pero sin su sello personal.
Pero ahí no se detiene lo curioso de su caso. Mila nunca ha escatimado en usar su red social Instagram para promocionar sus estilismos en Sálvame, y desde que emprendiera su aventura en noviembre con su socio plagó, como es entendible, su cuenta con la marca y las alhajas que cada tarde se ponía. Era su gran escaparate y no dudó en sacarle rentabilidad. Vestido, de tal; los zapatos, de pascual y las joyas de@marinarojoyas. Siempre fiel a su proyecto, a su compañero, a su mano derecha. A Gustavo.
Siempre hasta que llegó el 5 de abril de este mismo año. Ese día fue el último que Mila mostró sus joyas en el plató de Telecinco. Una drástica despedida hasta hoy. Tres meses de silencio. ¿Por qué? Este medio ha ido más allá y ha rastreado la pista de los establecimientos donde la propia sevillana aseguraba vender sus joyas. Uno tras otro se informaba de que "ya no disponemos de esa línea, hace bastante tiempo que no" hasta que en la última consulta llegó la confirmación: "Hace varios meses que Mila ya no es imagen de Marinaro, ya no trabajan juntos".
Una declaración que casa con la 'desaparición' de la promoción por parte de Mila y con su notable ausencia en la web de Gustavo Marinaro. La colaboradora no ha tenido el éxito esperado y por eso, como buena amiga, le deseó a Terelu que tuviera más éxito que ella.
Siempre le quedará la televisión
Mila no es, ni mucho menos, la única televisiva que ha intentado a lo largo de los años buscar nuevas fuentes de ingresos lejos de su trabajo ante las cámaras. Ella posee su propia marca de cremas que gestiona la compañía Alexal y Malube SL y que "va muy bien, poco a poco y cuidándolo mucho", comentó la sevillana a este medio hace unos meses. La empresa fue creada en 2012 y desde entonces ha tenido un crecimiento considerable.
Se trata de "cremas emocionales", es decir, productos cosméticos que tienen un "efecto terapéutico y afectan a nuestro estado de ánimo". Además, "todas han sido elaboradas bajo control farmacéutico y testadas por el Instituto Brain House", aseguraba la página web de Mila cuando estaba en funcionamiento. Luego llegaron las joyas y, con ellas, la falta de suerte. A Mila siempre le quedará Sálvame.
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