Tiene 62 años pero aparenta 10 menos. Purificación Martín Aguilera, más conocida como Norma Duval, es una mujer que siempre ha roto moldes pero ahora prefiere una vida tranquila y plácida junto a su pareja, el alemán Matthias Kühn, junto al que ha encontrado la estabilidad sentimental, después de sendos matrimonios fallidos con Marc Ostarcevic -con el que tuvo a sus tres hijos, Marc, Christian y Yelko- y posteriormente con José Frade.
La vida le ha regalado dos hijas, aunque el motivo no es del todo alegre, ya que tras la muerte de su hermana Carla Duval debido a un cáncer, sus sobrinas Andrea y Paula se fueron a vivir con ella.
Además, la ex vedette es abuela de un niño de cinco años de su hijo mayor por lo que ha cumplido el sueño de tener a toda la familia cerca y disfrutar de un descanso más que merecido después de años de tourness y giras por España y fuera de nuestras fronteras.
El pasado miércoles Norma Duval asistió a un acto para agradecer a los cuidadores el tiempo que dedican a sus familiares enfermos bajo el lema Tu trabajo habla muy bien de ti. Durante el citado evento, la presentadora se sorprendió al ver un vídeo que le habían preparado en el que su hijo Yelko le reconoce su sacrificio y le agradece su labor en el cuidado de su madre y hermana y llegó a llorar al escuchar otro de Matthias Kühn, en el que la reconocía todo el tiempo que había dedicado al cuidado de su madre que padece Alzheimer.
Pero ella también sorprendió a todos los presentes al hacer un llamamiento a Augusto Algueró Jr, hijo de Carmen Sevilla (88), para que le deje ver a su madre, que padece la misma enfermedad y que lleva años en una residencia.
Un trabajo muy poco valorado el de los cuidadores, ¿no?
Sí... Pero pueden pedir ayuda, hay que cuidar a los que cuidan porque son los que mayor desgaste tienen y no está reconocido por la sociedad tanto como debería. Con este lema se quiere destacar el trabajo que implica esfuerzo, paciencia y lucha diaria. Un trabajo que es sinónimo de entrega. Es verdad que a veces resulta un poco cuesta arriba, os puedo asegurar que es complicado y difícil, pero implica también mucho cariño.
Lamentablemente tú has tenido que dedicar mucho tiempo a cuidar a otros...
Sí. Pero quiero aprovechar para decir una cosa. Yo tengo un gran cariño, grandísimo cariño, por una mujer que está enferma y que se llama Carmen Sevilla. Empecé a trabajar con ella a los 17 años y lo que empezó siendo un tema profesional después Carmen se convirtió en mi familia. Su hijo Augusto se ha criado en gran parte con nosotros, con mi familia, con mi hermana con la que ha crecido y hemos formado una familia muy bonita en los años en los que hemos tenido mucho contacto. Después la vida, por diferentes motivos nos ha separado un poco porque te casas, tienes hijos, te divorcias, te casas otra vez, viajas... Pero el cariño siempre ha estado ahí presente.
¿No las has visto?
Yo en el año 2015 le pedí a Augusto que me dejara ver a su madre porque yo quiero despedirme de ella y no tengo respuesta. Desde aquí le hago un llamamiento para que me deje despedirme de Carmen Sevilla. Quiero verla y abrazarla, no quiero despedirme delante de un ataúd.