Pepa Flores (70 años), conocida artísticamente como Marisol, ha hecho una de las confesiones más duras de su vida. La que fuera estrella del cine en la década de los 60 siendo tan solo una niña sufrió abusos sexuales, castigos y vejaciones por parte de la poderosa gente que aquel entonces la custodiaba como oro en paño, según publica la revista Vanity Fair.
El origen de esta historia se fundamenta en unas presuntas conversaciones de la artista malagueña con el escritor Francisco Umbral, encargado de escribir una biografía de la actriz y cantante que finalmente jamás vio la luz. Se conoce que en la fundación que lleva el nombre del literato se guardan estas polémicas conversaciones con Marisol. En ellas, Flores hacía durísimas confesiones como que "me llevaban a un chalet del Viso y allí había gente importante, gente del régimen, a verme desnuda, a mí y a otras niñas. A mi madre, cuando venía a verme, los Goyanes la ponían a comer en la cocina".
En el extenso y revelador reportaje que publica la citada revista también aparecen los nombres de Bárbara Rey (68), Joselito (75) o amigos de la cantante como José Aguilar o Chencho Ortiz. Su exmarido niega el testimonio y dice "si todo hubiera sido tan horrible como dice, ¿se habría casado conmigo? No tiene sentido".
Marisol y la polémica de Interviú
En la misma línea, Marisol mantiene que la portada de Interviú jamás fue "posada" sino "robada". Se trata de una portada tan grande e importante en la historia de Interviú que una reproducción en cartón pluma de tamaño grande (algo más de 2'5 metros de alto) presidía la entrada a su redacción. Como para que a nadie se le pasara por alto el hito, tanto social, como del millón de ejemplares vendidos. El récord de la publicación estrella del grupo Zeta.
De las fotos de César Lucas a la ex musa del franquismo ya se ha contado casi todo. No por eso dejaba de asombrar, según redactores del extinto Interviú, el hecho de entrar en la redacción de la calle O'Donnell de Madrid y a encontrarse la portada de Marisol imponía. Una fotografía con la media sonrisa de una mujer que esconde la tristeza de una niña que sufrió abusos.