Hace solo un año, los negocios de José Verdasco (59), padre de Fernando Verdasco (35 años), acaparaban titulares y no por buenas razones. El empresario se había visto obligado a cerrar uno de sus locales más emblemáticos, Rayúa Majadahonda, que fundó cuando dejó de acompañar a su hijo a los torneos. Sin embargo, y al igual que su hijo con la próxima llegada de un bebé, Verdasco padre tiene mucho que celebrar con el buen rumbo que han tomado sus negocios al inicio de este 2019.
Un vistazo en profundidad a estos negocios mostraba hace un año la realidad del entramado empresarial: números rojos, pérdidas, patrimonio en negativo, descenso en los ingresos... Aunque ellos alegaban que la decisión de cerrar el restaurante respondía a problemas de salud de José Verdasco.
Sin embargo, el padre del tenista se ha puesto las pilas. Según los datos a los que ha tenido acceso JALEOS, las empresas han experimentado una mejora (aunque ligera y todavía insuficiente) para comenzar a salir del agujero.
Regresan a los beneficios
Bajo el nombre de La Rayúa (en honor a una antepasada de Fernando), el clan Verdasco contaba con dos locales en Madrid. El de Majadahonda que clausuró el año pasado, y el restaurante de Gran Vía gestionado por la compañía Fesarana S.L. (constituida en 2015) y en la que figura el padre del tenista como administrador único.
Este local es el ejemplo perfecto de cómo ha conseguido mejorar la situación económica. Mientras el año pasado hablábamos de pérdidas, las cuentas presentadas en el Registro Mercantil en 2017 muestran una realidad muy distinta.
Por un lado, ha conseguido estabilizar el crecimiento de los ingresos por segundo año consecutivo, alcanzando ni más ni menos que 300.000 euros, aumentando un 6,7% en este periodo de tiempo.
Como consecuencia, por primera vez en tres años la empresa ha registrado beneficios, quizá el dato que mejor representa esta recuperación. En 2017 la sociedad gestionada por Verdasco registró una cifra positiva de 4.600 euros, cantidad pequeña en comparación con lo que se espera de un restaurante de este tipo, pero que supone un buen comienzo para alcanzar niveles normales.
A parte de estos dos locales, el empresario también fundó otra empresa en 1991 junto a su hermano Fernando (tío del tenista): Cañaver S.L. El negocio, dedicado al sector hotelero, también ha conseguido mejorar sus cifras aunque todavía le queda bastante más recorrido para abandonar las pérdidas.
Ha conseguido aumentar sus ingresos, con la consiguiente reducción de las pérdidas, que en el ejercicio de 2017 ascendieron a 43.000 euros en negativo. De nuevo, a pesar de que sean unas cifras negativas, es un buen signo para la compañía, que demuestra con este balance que se han arremangado y puesto manos a la obra para conseguir encauzar los negocios.
El último de los negocios de este sector de la familia Verdasco es el Café de Chinita, regentado a través de la compañía Verdasco Hermanos S.A. El local, que recibió el nombre de un famoso establecimiento en Málaga, ha conseguido cosechar un gran éxito en el tiempo que lleva abierto.
Solo en 2017 obtuvo unos ingresos de 1,24 millones de euros (cifra superior al año anterior), y unos beneficios que aumentaron un 234,10 % hasta alcanzar los 145.000 euros. Datos que no suenan extraños teniendo en cuenta que es un local con tanto reconocimiento que en sus mesas se han sentado personajes de la talla de la Familia Real española, Lady Di y Bill Clinton (72).
Nuevo miembro en el clan
Los buenos datos en los negocios no son la única buena noticia de la familia. Ana Boyer (29) y Fernando Verdasco anunciaron a principios de noviembre que están esperando un hijo. "A Fernando y a mí nos hizo muchísima ilusión. Nacerá a finales de abril, estoy ya de tres meses", explicaba en una entrevista.
Concretamente, es un niño, según desveló la feliz pareja estas navidades en una publicación en sus redes sociales en la que posaban sonrientes delante de todos los regalos que había traído Papá Noel: "¡Muy feliz Navidad a todos! ¡Contaros también que lo que tenemos en camino es un niño!".
La pareja contrajo matrimonio a finales de 2017 en una romántica ceremonia en el Caribe, hasta donde se desplazaron de sus amigos y familiares más cercanos. Ceremonia tras la cual continuaron con su periplo alrededor del mundo, ya que Ana Boyer no dudó en dejar su carrera profesión de lado y acompañar al desportista en sus torneos de tenis.
[Más información: Los Verdasco: auge social, pero fracaso en los negocios]