No hace demasiados años Isabel Pantoja (62 años) tenía una doble sombra que no se separaba de ella: su fiel escudera y mano derecha, María Navarro. Esta hacía las veces de asistenta, confidente y amiga; nunca se separaba de su 'jefa', siempre a su vera. María Navarro se convirtió para los medios de comunicación en una más del clan de los Pantoja, en alguien igual de enigmático y hermético que los protagonistas de la saga. Casi tan inaccesible; una sonrisa suya a las cámaras era un hito. En historia de la televisión se han convertido esas frías y cortantes miradas que María, cuando las preguntas a la artista no eran del todo favorables, dedicaba a los periodistas asfálticos.
Que nadie tocara a su Isabel Pantoja, la trataba de aislar del mundo y del dolor. La relación profesional entre la artista y la manager comenzó en los años en los que la amistad entre Isabel y Encarna Sánchez atravesaba su mejor momento. María trabajaba en el programa de radio de la locutora y esta quiso que alguien de su confianza fuese quien llevase los asuntos de su mejor amiga. La mejor opción era su ayudante, Navarro, que se empeñó a fondo para llevar a cabo con éxito la labor que le había encomendado su jefa: salvaguardar la carrera de la tonadillera.
Sin embargo, un día cualquiera del año 2013 algo debió acontecer para que la Navarro se borrara de la existencia de la tonadillera. De un día para otro; sin más. María dejó de ser una sombra para 'desaparecer'. La versión oficial que se esgrimió entonces fue una carga familiar importante para María: el cuidado de una de sus hijas. Y es que, Ana Dueñas sufría una larga y grave enfermedad y requería de la ayuda de su madre de forma diaria. Finalmente, pese a los ímprobos esfuerzos, ocurrió el peor desenlace, puesto que la hija de María, abogada de profesión, fallecía cuando tan solo tenía 50 años.
Un golpe que horadó para siempre el ánimo de esa María aparentemente de hierro. Tras este fallecimiento, llovieron las especulaciones; de hecho, fue uno de los aspectos por los que más se cuestionó la relación que mantenía María con Isabel Pantoja, puesto que, en un momento tan doloroso para ella, supuestamente no recibió ningún tipo de mensaje de apoyo por parte de la cantante. Por ella había sacrificado casi 20 años de su vida, y ahora así se lo pagaba. Entonces, Isabel estaba pendiente de la resolución de su condena, que la llevaría a pasar más de un año en prisión.
"María tenía un dolor muy grande con Isabel. Ni siquiera le dio el pésame por su hija Ana. Eso fue lo que a ella la destrozó. Tanto por el fallecimiento como porque en ese momento necesitaba el apoyo de todos", aseguraba, hace un tiempo, un amigo íntimo de Navarro en la revista Corazón. No era un secreto que el cordón umbilical se había roto para siempre y, desde ese importante 2013, Navarro se guareció de las cámaras y 'desapareció'. Nada más se supo.
La hija más mediática de la otrora eficiente asistenta, la actriz Lola Dueñas, ha permanecido totalmente al margen de las polémicas en las que se ha visto envuelta su madre por el tema de Isabel Pantoja. Sin embargo, con el paso del tiempo no le ha importado hablar sobre ella, para calmar tormentas, y así poder aclarar cómo se encuentra en cuanto a la salud se refiere. Su declaración más reciente fue hace unas semanas, durante los premios Goya. En sus palabras, María, desde hace un par de años, ya no vive en su domicilio.
Su hija convino que, lo mejor para ella, era una residencia donde pudiera ser atendida las 24 horas. En los premios, la actriz aseguró que "cuidaba de su madre desde la distancia", según informó Lecturas. En sus declaraciones no tuvo reparo en reconocer lo chocante que todavía es para ella el hecho de ver a sus padres cumplir años y hacerse mayores. Sus padres, y en concreto su madre, la hacen emocionarse sin retorno. Tanto, que solamente atina a decir que María "está muy bien". Sin lugar a dudas, María Navarro no ha tenido una vida demasiado fácil, pero se ha entregado en cuerpo y alma a su trabajo al lado de grandes artistas y ha disfrutado de su profesión. Ahora está rodeada de las personas que más la quieren y que la están arropando. No hay que olvidar antes de la Pantoja, María se curtió con Encarna Sánchez. La manager ha estado siempre ligada a este mundo. Ella siempre ha estado volcada con este tipo de trabajo, por lo que cuando se produjo la ruptura vivió momentos bastante complicados. Su última imagen pública data del año 2015, cuando acudió, de riguroso negro, al entierro de Ana Diosdado. Navarro se ganó varios apodos por parte de la prensa debido a sus ataques de ira cada vez que un reportero se cruzaba en su camino con el objetivo de arrancar una declaración a su representada. Ahora todo eso queda en el más absoluto y remoto de los pasados.
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