A mí me hace mucha gracia la doble vara de medir que se gasta Telecinco y, en concreto, el programa Gran Hermano DÚO. Aquí somos feministas cuando nos interesa y, cuando no, mire usted, miramos para otro lado. Como prueba, Alejandro Albalá. El tío se puede permitir ser el más machista y misógino del planeta que siempre acompañarán a sus frases lapidarias unas risas enlatadas y un bah, no es para tanto por parte de la dirección. El chaval es graciosete. Pues mira, no; a mí maldita la gracia que me hace este tema. Sobre todo cuando hemos visto desfilar a otros concursantes por causas mucho más peregrinas y de parvulario. ¿O es que no se acuerdan de Julio Ruz, que casi lo pintan como el killer más sanguinario de todas las ediciones, como el hombre del que debías huir si te lo encontrabas por la calle?
A Julio casi lo lapidan en la plaza pública por arrinconar a María Jesús Ruiz (35) contra una pared y darle un manotazo que, seamos sinceros, nunca existió y que a todos nos interesó vender como tal. Ahí, ese día, todos los compañeros, en tromba, condenaron esa actitud del empresario. El primero, Albalá. Entonces el menda se sumó a la causa, dijo que la mujer no se toca, que hay que tener un respeto, hombre. Ese, justo ese al que hoy vemos gritarle a Sofía Suescun (22), mirarle las bragas por si se le transparentan demasiado, amonestarle por unos pezones indiscretos de más y, en su posición de líder de la casa, mandarle que vaya a fregar: "Sofía, tú a fregar. Qué alegría decir eso". Así, llenándosele la boca humillando a su expareja, demostrando ese sentimiento de supremacía. Que, hombre, a la mujer hay que tratarla bien, pero de todos es sabido que el hombre es superior. (Nótese la ironía)
El caso es que esta semana Albalá está más subidito y crecidito que nunca. Su condición de inmune y líder de la casa le han hecho creer que es el capo, el mandamás y el rey de todas las decisiones de la casa. Y, claro, no hay nada peor que un tonto o un mediocre con mando: de ahí no sale nunca nada bueno. Yo he echado de menos que la dirección del programa, Telecinco o quien sea le dé un toque disciplinario, le haga ver que no todo está permitido. Al chaval le han dado más oportunidades que a nadie, que se lo digan a Antonio Tejado (32) o Julio. El tema es: ¿por qué Telecinco lo sigue manteniendo en la casa? ¿Le interesa un machismo de fondo?
Hay que decir que Alejandro no hace bien ni sus deberes. Esta semana ha estado sembrado y por ser un bocachanclas de manual los concursantes se han quedado sin comer. Os cuento cómo ha ocurrido la cosa. En la prueba semanal, los habitantes de Guadalix debían realizar un juego en monopatín con el que recolectaban bolas. Debían acumular unas 3.500. En todo esto, Alejandro jugaba un papel fundamental: como topo, debía torpedear el juego de sus compañeros robándoles bolas. Si conseguía su objetivo, ganaban todos. Eso sí, para tal misión no debía decir nada ni insinuar que él tenía trata de favor. Se imaginan lo que ha pasado, ¿no? Que se le ha ido la lengua de más y ha ido por la casa fanfarroneándose y soltando pildoritas: "Estad tranquilos que esta prueba la pasamos. Confiad en mi palabra". Claro, la dirección los ha castigado a todos sin comida. Si es que no se puede ser guapo y tener intelecto.
El despertar de Juan Miguel y la bronca de Irene y Kiko
Bueno, este domingo se ha vivido algo histórico en la casa de Guadalix. Juan Miguel -que sí, que sigue estando en la casa. Fíjense bien y lo verán; es un hombre con barba- ¡se ha despertado! Y ha enseñado la patita contra la actitud tiránica y despótica de Alejandro Albalá. Como os decía antes, el ex de Isa Pantoja (23) ha impuesto en terror a golpe de orden en la casa y Juan Miguel se ha hartado de sus formas: "Las cosas hay que decirlas mejor, no soltándolas como lo haces tú. Te has venido muy arriba y no te lo voy a permitir". La verdad es que el hombre habla poco, pero cuando lo hace, lo da todo. Esta reprimenda la ha apoyado María Jesús, su única amiga. ¡Bravo por Juan Miguel! Sigue así, hijo mío, haciéndonos ver que estás vivo.
Ojito al broncón que se han marcado este domingo Kiko Rivera (35) e Irene Rosales en la casa. Todo ha comenzado con un inocente comentario de Rosales acerca de cómo hace el tomate su marido: "Kiko fríe muy poco el tomate". Esta apreciación le ha sentado fatal al hijo de Isabel Pantoja (62), el cual se ha enfrentado en la intimidad a su mujer: "Has dicho que no hago bien el tomate y eso no está bien". Ante esto, Irene se ha defendido: "Yo no he dicho eso". En esas, Kiko ha explotado: "No me toques los cojones, que sabes mucho, Rosales. ¿No puedes admitir que te has equivocado? ¡Cállate la boquita la próxima vez!" Y todo por un tomate. Apunte: cuidado, Kiko, con las formas. Que por menos el programa ha expulsado a Alejandro Albalá. Ah, no, perdona, que es el machista mimado de la edición.
Porcentajes expulsión: 1,8 / 75,9 / 22,3
Nominados: Carolina, María Jesús y Juan Miguel
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