Decía hace unos días la gran Mercedes Milá (67 años) -sí, aunque no lo crean después del tsunami Jorge Javier Vázquez (48) estaba ella como reina tiránica de Gran Hermano- que uno vale, en lo laboral y, puede, que en esencia, lo que su última producción. Que si esta es apoteósica, eres el fin del mundo como persona; pero que, ojito, si esta no se traduce en positivo, búscate una cueva donde esconderte. Viendo Gran Hermano DÚO Límite 24 horas este miércoles no he podido por más que darle toda la razón del mundo. O no, vete a saber. Ustedes saben que Jorge Javier está dado de baja por un ictus y que así seguirá estando durante un mes. Bien, pues Jordi González (56) lo ha sustituido en este tiempo y cuál ha sido mi sorpresa cuando... ¡ningún concursante ha preguntado por él!
Oye, tú, ¡ni uno! Con la cantera de talentos que hay en Guadalix. ¿Tan mala producción ha hecho Jorge Javier? ¿No se merece el catalán ni una mísera pregunta de preocupación? En serio, ¿nada? Hay que decir que al arrancar el programa Jordi se ha dirigido a cámara con el siguiente mensaje: "Aquí falta alguien, un beso, Jorge. Muy pronto estará aquí. Ylenia Padilla (30), le podrías dedicar un tiki tiki". Juro que, hups, casi lloro. Qué bonito todo hasta ese momento, ¡incluso el Súper le manda un mensaje de ánimo! Ay, todos con Jorge. Sin embargo, mi enfado comenzaba a ir en aumento cuando veo que NINGÚN CONCURSANTE se extraña por la presencia de Jordi; ni uno solo pregunta por este cambio de rostro. Ya no solo de día -normalmente esta gala se emite el martes-, sino también de presentador.
Y mi indignación crece cuando González remacha, previamente, que a los concursantes no se les ha informado de nada, ni siquiera del cambio de día. Tanto es así que se los pilla este miércoles con el pijama puesto. Más a mi razón: ¿por qué nadie se preocupa por Jorge Javier? Mira, se habría puesto fácil aunque se hubiera soltado un ay, Jordi, no te esperaba hoy, ¿y eso? Me habría quedado yo contento. Fíjate tú con lo que uno se alegra la noche. Yo no sé vosotros cómo os lo habéis tomado, pero estoy seguro de que Jorge Javier, en el hospital viendo el programa, se habrá tenido que llevar un chasco el tío de un par de narices. Y un menda colige de aquello: te dedicas en cuerpo y alma al trabajo, te dejas la vida -ha estado a punto de ser literal- para que luego nadie sienta una mísera reseña por ti. O es muy triste la empresa esta o me ha pillado en un día tontorrón.
No sé qué deciros, pero se me ha puesto mal cuerpo después de esto. ¡Y eso que la noche iba de familia! Resulta que los familiares -algunos- han visitado Guadalix por aquello de darle un empujón al concursante en el ecuador del programa. Tanto es así, de que ya no queda nada, que Jordi González lo ha anunciado a bombo y platillo: ¡en la gala de este jueves se van a producir las últimas nominaciones! Y, por tanto, van a quedar los primeros finalistas. Esto huele a final, a guerra, a ring, pero antes me van a permitir que me dé al llanto con algunos reencuentros. Unos de emoción auténtica, y otros de pena y patetismo.
Los encuentros familiares, ¿y el trato de favor de Kiko Rivera?
Este miércoles ha sido el día de coger papel higiénico y dar rienda suelta a la emoción. ¡La familia visita a los concursantes! Para darles apoyo y consejo; dependiendo de la inteligencia del familiar, más lo primero que lo segundo. El caso es que ahí hemos tenido a un Juan Miguel que se ha emocionado enormemente con un vídeo de su hija en Cuba, celebrando su luna de miel. La joven le ha venido a decir que siga como hasta ahora -expresión que odio cada día más en materia de reality-, que está haciendo un concurso maravilloso. Y JuanMi ha llorado como una magdalena. A ver, por favor, el siguiente. Tranquilo, hombre, te llamaremos para la próxima.
Aquí viene la carnaza de la buena. Lo duro, lo mollar, lo que huele a PrimeTime, lo que nadie se puede perder. ¡María Jesús Ruiz (35) y su madre Juana! Quién da más, quién es más intensa, quién se pierde más en la subjetividad y la mentira. Dos diosas de la telerrealidad. Dos monstruos, como me dijo Julio Ruz en una entrevista. Ahí tienen a la exmiss llorando a moco tendido nada más ver a su madre, balbuceando como un bebé, perdiendo la dignidad a cada sobrecogimiento. Con eso se dice todo. "Hija, lo estás haciendo muy bien"; "No te preocupes que las que niñas están bien"; "Sigue así". Y la Ruiz superándose: "Ay, mi madre, Dios mío, lo más grande". Como leen, todo muy equilibradito.
Aquí hago un renglón aparte para hablar de Kiko Rivera (35) y su doble sorpresa familiar. Mientras que los demás concursantes han tenido una única visita, el Dj ha contado con la sorpresa de su cuñada -hermana de Irene Rosales- y de, redoble de tambores, ¡su hermana Isa Pantoja (23)! Esa que, precisamente, hace unas semanas hacía una portada beneficiándose de las adicciones que había confesado; esa que durante años no se habló con su hermano; esa que trae por el camino de la amargura a su madre, Isabel Pantoja (62). Esa, sí, pero, oye, en el reencuentro parecía que todo era maravilloso. Dos hermanos que se quieren mucho, que se apoyan, que se hablan con la mirada. Si es que los medios inventamos mucho. ¡Viva el amor en Cantora!
Salvado de la expulsión: Juan Miguel
Nominados: María Jesús y Carolina Sobe
Porcentajes: 74,3 / 20,3
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