Ya son cuatro los años sin Lina Morgan y, pese al implacable tiempo pasado, su nombre continúa sonando con fuerza en los medios de comunicación. Eso sí, lamentablemente por asuntos alejados del esfuerzo y los años de duro trabajo sobre los escenarios haciendo reír a los españoles. Lina sigue estando de actualidad por aquello de lo que tanto huyó: la radiación de su vida privada. Y es que, su vertiente más personal -su carácter y su supuesto mal genio-, así como su polémica herencia continúan desfilando por los corrillos de televisión.
Después de que hace unos días algunas compañeras de profesión, que pretextaron haberla conocido a la perfección, se sentaran en Viva la vida para hablar de sus claroscuros -y tras la reaparición mediática de sus sobrinas nietas reclamando la porción de herencia-, JALEOS ha podido confirmar el tremendo enfado de Daniel Pontes, su mano derecha hasta el final de sus días y heredero universal de todos sus bienes. Tal y como ha podido corroborar este periódico, este hombre "no va a tolerar ni una sola acusación más que atente contra el honor de Morgan". Él seguirá siendo su fiel escudero, como lo fue en vida, ya que ser heredero "implica velar por su imagen, además de por sus inmuebles".
En su determinación por hacer justicia, se desliza a este medio que Pontes "estudia demandar" a todas las personas que mancillen la imagen de Lina, tan trabajosamente labrada durante años de titánico trabajo, como recoge previamente Corazón. "En estos momentos está buscando todas las argucias legales para ir contra esas personas", se informa. Así, llevará a cabo las diligencias pertinentes para tal fin. No hay que olvidar que hace unos días Ana Valdi, exayudante personal de la artista, dibujó un perfil bastante negativo de ella. "Lina era absorbente con su gente. O estabas con ella o en su contra, no había término medio", fue tan solo una de sus furibundas palabras. Ante esto, no es de extrañar que Daniel Pontes, la persona en la sombra de la actriz, tanto en vida como en la actualidad, dé un paso al frente. Este medio se ha puesto en contacto con Pontes para conocer de primera mano cuál es su intención legal, así como su estado de ánimo ante tantas voces disidentes. Al otro lado de la línea, nada más exponerle la razón de las demandas, se muestra cortante: "Haré lo que tenga que hacer cuando llegue el momento. No voy a decir nada más".
Da la sensación de que no le interesa en exceso asomarse a los medios, pero cuando este periódico saca el tema de las sobrinas nietas de Lina, que pretenden heredar lo que, según ellas, les pertenece, Daniel no puede evitar apostillar pese a su contención: "Solo voy a decir que la herencia se abrió en su momento y que allí no había nadie de la familia". De sus palabras se entiende su desconcierto ante la aparición de esta rama familiar de Lina que, en su opinión, nunca estuvo a su lado.
La gran soledad de Lina y su vida de lujo
El 19 de agosto de 2015 la vida de Lina Morgan se fundió a negro a los 78 años después de varios meses superando una larga enfermedad. Como todo en su existencia, fue en la más estricta intimidad. Falleció la artista, el mito, la leyenda, dejando como legado años de arduo trabajo sobre las tablas, infinidad de aplausos y risas huecas y 40 millones de euros en su testamento. Entonces, sorprendió sobremanera que su última voluntad no fuera otra que legar sus bienes a Daniel Pontes, su chófer y hombre de confianza. Un hombro en el que llorar. Y es que, Lina vivió sola y murió del mismo modo. Tremendamente sola.
"Yo entiendo perfectamente que se lo dejara todo a la persona que estuvo a su lado día y noche, en las buenas y las malas. La sangre no es lo más importante a veces y la familia no lo es todo. Hay ocasiones en que alguien ajeno puede darte más cariño", aseguraba el año pasado a JALEOS la actriz Mónica Pont (47), gran amiga y compañera de reparto de Lina en la serie Hostal Royal Manzanares. Nunca olvidará todo lo que la artista hizo por ella. Pero, ya que no tuvo hijos ni padres en vida, ¿por qué no compartió su herencia con sus cuatro hermanos?, quiso conocer entonces este digital. O, incluso, con sus sobrinos.
"Yo puedo hablar únicamente de sus hermanos mayores, de José Luis y Julia. Lina depositó toda la confianza en José Luis, era su mánager además de hermano. Sin embargo, él murió y sumió a Lina en una honda tristeza. De hecho, nunca volvió a ser la misma desde que faltó José Luis. Hizo la serie del Hostal porque se la cerró su hermano, pero justo cuando la terminó, espació sus trabajos. Desgraciadamente, Julia también murió. Con ella compartió todo, hasta casa y dos preciosos perros que la acompañaban cada día al rodaje", apuntaba la modelo, esquivando de pleno la cuestión de los sobrinos de la artista. Parece que de esta cuestión nadie quiere hablar en exceso. ¿Cuál es la razón de tanto hermetismo?
Lo que está claro, según pudo conocer este periódico en su momento, es que "mandó en sí misma hasta el último momento de su vida". Inclusive, en su soledad requerida impuso Morgan los tiempos: "Nunca le gustó llamar la atención o molestar. Sabía dónde estaba su lugar en cada momento". Esa garra, esa determinación, ese carácter lo imprimió en todas sus acciones. ¿La última? Su legado en forma de 'veto' familiar: "Premió al que se lo mereció, por encima de convencionalismos". ¿Por qué ahora, cuatro años después de su muerte, la familia quiere heredar? ¿Lo conseguirá?
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