Justo cuando tan solo le quedaban horas para realizar uno de sus mayores sueños -viajar a Tailandia-, Irene Villa (40 años) ha sufrido un serio percance: se ha roto el tornillo del fémur. Así lo ha anunciado la periodista y psicóloga en su red social Instagram. Eso sí, sin derrotismos; el traspiés no le va a impedir viajar aunque sea a la "pata coja".
"Pues así me tuve que ir a Tailandia. A la pata coja porque el tornillo del fémur, después casi siete benditos años sin dar problemas, se rompió precisamente el día antes de cumplir este gran sueño de conocer ese apasionante país asiático", ha posteado en su cuenta. Como siempre afronta todo en su vida desde aquel trágico accidente, Villa no pierde el sentido del humor: "¿Que eso me iba a parar? ¡Ni en broma! Y efectivamente han sido unos días mágicos e inolvidables en un país quizás no tan 'handicap friendly' como España, pero friendly & amazing un rato".
Irene ha decidido compartir con sus seguidores este incidente acordándose de Sant Jordi y asegurando que tendrá que pasar por quirófano: "Ahora, entre avión y avión para llegar a Gotemburgo, donde paso por 'boxes' cuando el tornillo lo requiere, pensaba en este bonito día que siempre celebré firmando libros... ¡Sant Jordi!! Pues, a seguir escribiendo cada uno el libro de su vida y a no frenarse por nada. Porque a lo que te resistes... persiste. Mis hijos me han besado 'el torni' para que regrese a casa andando de una vez". En definitiva, Villa ha vuelto a demostrar que, pese a los rasgones de la vida, a ella nada ni nadie le frena. Ni siquiera una rotura de fémur.
Feliz tras su divorcio
Fue a mediados de diciembre de 2018 cuando saltaba la noticia a los medios de comunicación: Irene y Juan Pablo Lauro (36) se separaban tras siete años de matrimonio y tres hijos en común, Carlos (6), Gael (3), y Eric (2). En ese momento, JALEOS se puso en contacto con ella para conocer cómo se encontraba tras tamaña decisión: "Estamos cada día mejor. Han sido meses difíciles pero por fin tomamos la decisión, y ahora estamos genial".
Unas palabras que resumen a la perfección la filosofía de vida que siempre ha seguido Irene Villa. Ni el atentado sufrido cuando tenía 12 años a mano de ETA, ni la pérdida del que sería su cuarto hijo por tratarse de un embarazo ectópico el año pasado, ni ahora esta separación han podido cambiar la positividad con la que afronta cada etapa de su vida.
"Teníamos esperanza de superarlo, pero hemos decidido seguir con la magnífica relación que siempre tuvimos, especialmente por los niños", haciendo alusión a los tres pequeños que se han convertido en el centro del mundo de Irene y Juan Pablo, como ellos mismos han comentado en varias ocasiones. "Desde luego, no es un trance fácil. Pero ambos sabemos que nuestra relación durará siempre, y lo que más nos importa es que los niños estén bien y felices. ¡Y así es!", explicó a este periódico, a lo que añadió que decidieron "recientemente terminar con la convivencia. Algo quizá atípico pero nos sentimos mejor así".
Irene y Juan Pablo Lauro se conocieron por medio de la Fundación También hace nueve años. Fue un flechazo a primera vista que los llevó al poco a iniciar una relación que terminó en el altar en junio de 2011 en la iglesia San Francisco El Grande (Madrid). Juntos han tenido tres hijos que son el centro de su mundo, como dejan constancia ambos en sus redes sociales. Instantáneas que daban fe de una relación de amor de la que nadie se podía esperar que terminara rompiendo.
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