Jaime Bores (cumple este domingo 51 años), o el 'Brad Pitt' español de los años 90. Así le conocían las féminas de la época que forraban sus carpetas con las fotos del presentador, quien fue una de las figuras más cotizadas de la televisión en aquel entonces.
Un hombre guapo y con estilo, que desde los 14 años comenzó su carrera como modelo en una de las agencias más importantes a nivel nacional. Las cámaras le querían, y vivió una gran popularidad siendo el hombre del tiempo durante la época dorada de Telemadrid. A raíz del éxito cosechado, comenzó su carrera en solitario como presentador de Digan lo que digan, en TVE. Su fama era alta y su éxito parecía que iba 'in crescendo', pero, contra todo pronóstico, pero el comunicador decidió tomarse un descanso fuera de la televisión.
¿El motivo? un vergonzoso error en la Gala de Miss España del año 2000. Aquel día, que Bores nunca olvidará, confundió a la ganadora del certamen y leyó la lista de las finalistas del revés. Esto supuso un antes y un después para él, y tardó más de cinco años en volver a la televisión para dedicarse durante ese tiempo al mundo de la hostelería. Pero lo cierto es que su vuelta duró poco, ya que el estrés que le producía ese ritmo de vida le impidió seguir trabajando en los medios. A pesar de que confesó haber ganado muchísimo dinero, decidió comenzar una nueva vida alejado de los focos.
Jaime Bores tuvo un gesto que dijo mucho de él como persona. Pidió perdón a todo aquel al que hizo daño con sus exigencias y fuerte carácter. Fue durante el verano del año 2011 cuando se sentó en el plató de La Noria junto a Terelu Campos (53), amiga suya. Jaime reconoció que en algunos momentos se había sentido desbordado por la estresante situación de trabajar delante de las cámaras. Un Jaime más humano y mucho más calmado, que reconocía públicamente algunos de sus errores del pasado.
Sincero, sensato y con capacidad de autocrítica, llegó a pronunciar las siguientes palabras: "No creo que la televisión haya cambiado tantísimo. Yo era, en aquel momento, el Rey de la telebasura. Mi nombre llegó a estar en el Congreso de los Diputados, donde se planteaba cómo un programa como el mío estaba en la televisión pública. Y yo atónito".
Aquella entrevista tuvo una gran repercusión, tanta que el grupo de comunicación de Paolo Vasile se interesó por él, y seis meses más tarde se convirtió en una de las caras visibles de la cadena.
Hay rostros que desaparecen de la pequeña pantalla sin dejar rastro alguno y que vuelven de nuevo con el paso del tiempo. Ese no será el caso de Jaime Bores. Hace casi siete años dio por terminada su trayectoria televisiva con el programa de Telecinco, Vuélveme Loca. A día de hoy no tiene intención alguna de volver a la primera línea mediática.
Después de este momento, el vasco se ha mantenido lejos de los medios, con excepción de casos puntuales, como una entrevista que concedió en 2013, en la que aseguró que se sentía muy feliz con su 'anonimato', y "sin las presiones de tener que demostrar todo cada día".
Prefiere que no se hable, ni se sepa nada de él. De hecho, no se conoce si está casado o si tiene hijos. No tiene ninguna red social, donde se pueden apreciar los diferentes aspectos de su vida profesional y personal. Eso sí, Bores confesó en su última entrevista que dentro de sus planes se encontraba recorrer España en su caballo Guzmán, algo que muy pocos saben si realmente ha conseguido.
En los últimos años ha estado emprendiendo en el mundo de los negocios, con actividades relacionadas con el mundo de la inmobiliaria. Lo cierto es que una de las últimas imágenes que se han visto de él, pertenece al año 2015, en la que aparece en una tienda de decoración junto a una de sus trabajadoras.
Algunos dicen que el de San Sebastían es un 'juguete roto'. Otros dicen que la fama le vino grande. Él, sin embargo, no dice nada y se mantiene al margen de todo lo que se pueda decir en la actualidad sobre él.
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