Con su look a lo John Travolta en Fiebre del sábado noche y su peculiar sentido del humor logró conquistar el corazón de los espectadores en la casa más famosa de Guadalix de la Sierra. Juanjo Mateo Rocamora logró hacerse con la victoria en la sexta edición de Gran Hermano, presentado entonces por Mercedes Milá (68). El de alicante dejó su trabajo como taxista y cambio el volante para exponer su intimidad delante de millones de espectadores. Pero le salió caro.
Se hizo con el maletín de los 300.000 euros y encontró el amor en su compañera de concurso Diana Bartolomé, cuya relación duró poco más de dos meses debido a una incompatibilidad de caracteres.
Después de haber vivido un romance televisado con su compañera de concurso, conocida por todos como 'Dulcinea', no aceptó bajo ningún concepto el vender su vida sentimental en los platós de televisión. En el caso de ella, sí realizó alguna que otra entrevista en los medios de comunicación:"A Juanjo sólo le importaban las tonterías, no me fue leal y me hizo muchísimas putadas. Él me tenía que estar agradecido porque yo le avisaba de ciertos amigos con los que se juntaba, que sólo querían aprovecharse de su fama y su dinero, y así fue, pero como nunca me hizo caso...", confesó la exconcursante hace años a Kiko Hernández (42).
Su relación fue breve pero intensa, y su expareja no dudó en hablar sobre su amor fugaz con el de alicante: "No puedo decir que me fue infiel, pero me dejó sola en muchos momentos importantes en mi vida y, lo más fuerte, que después de embolsarse 300.000 euros, a mí me debe este señor 9.000 que nos gastamos en muebles cuando decidimos irnos a vivir juntos. Él no daba valor al dinero, gastaba a diestro y siniestro, y después de tres años y varias llamadas telefónicas todavía no me los ha devuelto.
Juanjo, además, ha sido uno de los concursantes más críticos con Gran Hermano. Incluso se planteó denunciar a Zeppelin por "condiciones abusivas". En una entrevista del año 2009 contó que no se sintió bien tratado ni valorado por la productora: "No me sentí bien pagado porque mi vida cambió. Mi intimidad me la pagaron a 90 euros diarios, un precio nada acorde con lo que perdí. Para ellos prima el interés económico. ¿Por qué nos hacen test psicológicos para entrar y no nos ponen un psicólogo los dos años de contrato para ayudarnos a situarnos en esa nueva vida? Yo no he sido un juguete roto como otros porque tengo una familia estupenda, y ser empresario me ha ayudado. Muchos me piden que les firme un autógrafo en el recibo o hacerse una foto conmigo. Los que creen que trabajar en el taxi tras Gran Hermano es un fracaso son minoría".
Al salir del concurso hizo sus visitas obligadas por contrato a los diferentes platós de televisión, y con la misma se volvió a su tierra natal para seguir con su adorado taxi y así aparcar su fama pasajera.
No solo decidió alejarse de la televisión, sino que también dejó de verla. Después de estar unos meses viendo y viviendo el negocio desde dentro hizo las siguientes declaraciones: "La tele es un poco basura. Vemos cómo uno cuenta y cómo el otro se pelea con otro por hablar de éste, y la verdad es que encuentro cada vez más que no vale la pena verla".
Su vida en la actualidad continúa igual que hace 11 años, justo antes de dar el salto a Gran Hermano. Así lo decidió y así lo hizo. Apartado del ruido mediático y sin ninguna red social activa, Juanjo Mateo reside en Torrellano (alicante) desde hace muchos años, y continúa haciendo sus carreras al mando del taxi.
Esta es la última imagen pública que existe del exconcursante de Telecinco. Es del año 2013, y en ella aparece junto a un fan que le reconoció y que quiso inmortalizar el momento.
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