No todos los días Isabel Pantoja (62 años) abre su corazón y muestra sus sentimientos sin ningún tipo de protección o recato. Por eso, este domingo durante el programa Supervivientes Conexión Honduras la cantante ha sorprendido a propios y extraños cuando, en una distendida charla con Mónica Hoyos (42), ha narrado con todo lujo de detalles cómo fue su historia de amor con el malogrado Paquirri.
Al borde de la lágrima desde el primer minuto, la intérprete se ha dejado llevar por el recuerdo: "Yo lo llamaba El Gordo. Fui como invitada a una corrida de toros donde él (Paquirri) toreaba. Yo no lo conocía, aunque por aquel entonces él era lo más como torero. Recuerdo que en un momento dado nos cruzamos la mirada y yo no sé lo que me entró por el cuerpo".
Ante una Mónica absorta, Pantoja continúa con su relato: "Me lo presentaron antes de irme de esa corrida, fui a la habitación. Me abrió la puerta. Estaba recién duchado. Esa cara, su moreno, esos ojos, no se podía aguantar de guapo. Al abrir la puerta me reconoció, sabía que era 'la Pantoja'. Me dijo 'es que eres muchísimo más guapa que en la tele'. Le dije que iba allí para felicitarle, y él me enseñó la foto de sus hijos, y yo le dije que ya les conocía, que habían estado merendando en mi casa".
Aunque pronto llegó la despedida formal ese día, cuenta Isabel que ambos pensaron lo mismo nada más decirse adiós: "Posteriormente me confesaría que, al cerrar la puerta, dijo que no me escaparía ni con alas. ¡Lo mismo que dije yo!". Sin que ella se diese cuenta, en ese momento comentó el cortejo, bastante insistente por parte de Francisco: "Se presentó al día siguiente en la puerta de mi representante para conocer la lista de mi galas, para presentarse en todas. Iba y me decía que venía a verme. Me veía cantar y hasta el día siguiente nada, así durante un año. Hasta un día que entró en el camerino y me dio un beso en la cabeza. Ya ahí, da igual dónde te bese".
En ese punto de la historia, con Hoyos al borde del llanto, la cantante suspira, mira al cielo y apunta: "Fue la historia de amor más bonita que puedas imaginarte. Y lo bueno dura poco. Era tal felicidad, tan perfecto todo... que todo no se puede tener. Era la felicidad completa y eso no existe. Yo la he tenido, yo la he vivido". La expareja de Carlos Lozano (56) ha querido conocer cómo fue ese momento de la muerte y cómo lo gestionó: "A mí su muerte me partió en dos. Yo le decía que no se pusiera a puerta gayola, se lo pedía por sus hijos, y él me lo prometía. Pero en esos momentos él iba a ser el mejor, y se le olvidaba. Él fue el más guapo, el más inteligente, el mejor torero, el mejor marido, el mejor padre. El más todo. Me moriré siendo su viuda. Donde está él, acabaré yo. De esa forma que le he amado a él nunca amaré a nadie. Es la persona que más he querido en mi vida, que más he amado en mi vida".
Al cierre de su confesión, Isabel ha asegurado que su madre también se vio profundamente afectada: "Mi madre nunca ha podido hablar sobre él desde su muerte, porque se llevaban muy bien, como con mis hermanos. Él le pidió la mano y le dijo que no se preocupara por nada, que se casaría conmigo cuando tuviese todos los papeles del divorcio al día y demás. Era muy romántico. Una pérdida así no se supera jamás. Yo estuve enfadada con el mundo entero muchísimos años, porque no lo entendía". Sin duda, unas confesiones reveladoras e inéditas que de seguro le habrán servido a la cantante como catarsis en esas condiciones tan extrema de Honduras.
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