260 concursantes y 18 ediciones de Gran Hermano. Son muchos los rostros que han pasado por la casa más famosa de Guadalix de la Sierra, pero pocos los que han dejado huella entre los seguidores del concurso. Una de las que sí lo hizo es Indhira Kalvani (32 años), que participó en la undécima edición cuando tan solo tenía 23 años.
La malagueña se enfrentó a la edición más larga y concurrida de la historia, de casi cinco meses de duración. A pesar de que no ganó ni estuvo en la final, tampoco vivió una expulsión como el resto de sus compañeros, ya que la organización del programa le comunicó que debía abandonar la casa de forma disciplinaria. ¿El motivo? lanzarle un vaso de agua a su compañera, Carolina Lavín, debido a los celos que esta sentía de ella y su relación con Arturo Requejo (42 años), con el que mantuvo un intenso affaire dentro de la casa.
Muchos recordarán a la perfección las escenas entre los dos concursantes. Uno de los momentos más calientes fue el que ambos protagonizaron en el jacuzzi, pero si hay uno que hizo historia fue su mítico edredoning dentro del ataúd. Los participantes tenían una prueba de vampiros y tenían que dormir en ataúdes, y acabaron por darse cariño.
Pese a los momentos de pasión, sus tres meses de convivencia generaron polémica, discusiones y grandes momentos de tensión. Tampoco lograron limar asperezas fuera del concurso, por lo que optaron por participar en GH: El reencuentro. Parecía que ambos comenzaban a entenderse, pero nada más lejos de la realidad. La expareja protagonizó una fuerte discusión que terminó, de nuevo, con la expulsión, en este caso la de Arturo Requejo, a lo que después se sumaría la marcha de Indhira.
Meses después, y sin haber olvidado del todo al conocido como "el delfín", decidió buscar el amor en televisión, y para ello recurrió al trono de Mujeres y Hombres y Viceversa, donde permaneció durante cinco meses. La andaluza llegó con ganas de buscar a su futura pareja, y se centró en Victor Enguídanos, un viejo conocido del programa.
Con él protagonizó desencuentros, momentos de pasión y de amor. Sin embargo, el joven le confesó el mismo día de su final que no se quería marchar con ella porque no quería hacer un paripé. Para la malagueña supuso un golpe muy bajo y ella consideró que la había utilizado para salir más tiempo en televisión. Finalmente, esta se marchó sola del programa de Telecinco.
Indhira acabó saturada del mundo de la televisión y se fue apartando poco a poco, sin hacer demasiado ruido. Decidió marcharse a Reino Unido para perfeccionar su inglés, mientras trabajó durante un tiempo en un KFC, franquicia de comida rápida. Pero no le bastó con la experiencia, y terminó por mudarse a Suiza, donde estuvo una temporada como azafata de una marca de bebidas.
Hace poco más de dos años, la exconcursante de realities volvió a aparecer en televisión, y como no podía ser de otra manera lo hizo de la mano de Mercedes Milá (68), con la que mantiene una buena relación. Fue en el programa de lectura Convénzeme donde habló sobre cómo estaba transcurriendo su nueva vida lejos de los focos.
Tras vivir una larga temporada a miles de kilómetros de sus seres queridos, volvió definitivamente a España y regresar a su tierra natal, Málaga, donde encontró trabajo en la tienda de joyas de Swarovski, ubicada en el aeropuerto de la ciudad andaluza. A sus 32 años y a juzgar por las imágenes que comparte en Instagram, parece estar encantada en lo con su trabajo y con el anonimato que en su día no pudo tener debido a su auge mediático.
En lo sentimental no se le conoce pareja en la actualidad. Hace unos días sorprendía en sus historias de la citada red social, con la noticia de que se ha comprado una casa, donde residirá junto a su mascota y... el resto es todo un misterio.
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