La 'enfermiza' obsesión de la ex de Rufián: se tatúa el pecho para que su historia de amor sea eterna
Mireia Varela no consigue pasar página. Tras dos años separada del portavoz de ERC en el Congreso, la madre de su único hijo sigue mandándole mensaje muy directos.
20 febrero, 2020 03:31Noticias relacionadas
Han pasado ya casi dos años desde su separación de Gabriel Rufián (38) pero Mireia Varela (35 años) no logra olvidar su vida junto al portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso. Mucho menos aún desde que se conoció que el político ha rehecho su vida junto a la responsable de prensa del Partido Nacionalista Vasco, Marta Pagola (37). Además, todo empeoró cuando a principios de este 2020 estallaron rumores sobre una posible boda entre la navarra y el catalán. Desde entonces los mensajes indirectos y directos de Mireia han sucedido de forma constante en sus redes sociales todas estas semanas atrás. Pero el último ha decidido tatuárselo directamente sobre la piel.
Todo comenzó el mismo 1 de enero con un desgarrador texto repleto de dolor y nostalgia sobre su pasada relación. Mireia era incapaz de ocultar su desolación y su drama. Días después decidió cambiar su foto de perfil y su descripción en redes sociales para añadir que se encuentra en "búsqueda activa de trabajo". Y hace una semana decidía publicar una canción que estaba claramente dedicada a la nueva novia de Rufián. En las estrofas de A ella se puede observar la rotunda intención de Mireia al hacer pública la nueva incorporación a su lista de Spotify: "Hoy quiero decirle a ella/Que si fue así conmigo/También lo será con ella", reza la frase del hit que la propia Varela quiso subrayar.
La canción de Karol G suponía todo un tsunami de sentimientos con los que Mireia se identifica al cien por cien. Unos recuerdos imborrables de su memoria de los que no ha conseguido deshacerse en más de 24 meses que lleva distanciada del padre de su hijo, Biel (9).
La imposibilidad de pasar página y los constantes recuerdos que le inundan la mente con solo ver la cara de su pequeño -que es el fiel reflejo de su padre pero en versión rubia- no ayudan para que pueda levantarse y sonreír ante la nueva vida. Por eso, una vez más, se ha dejado llevar por lo que fue y ya no es. La graduada en Literatura y Lengua Española ha decidido dejar constancia de que su historia de amor con Gabriel Rufián existió hasta el culmen, que lo vivido juntos nadie podrá cambiarlo jamás y que a pesar de que ahora estén separados siempre habrá algo -y alguien, en su caso- que les unirá de por vida.
Lo ha hecho poniendo tinta en su piel. Se ha tatuado la ecuación de Dirac, padre de la Teoría de Cuerdas. Ella misma explica el porqué: "La teoría de Dirac proclama que si dos sistemas interactúan durante un cierto período de tiempo y luego se separan, se podrá describir como sistemas separados, pero, de algún modo, guardan una estrecha relación. A pesar de la distancia, su conexión será instantánea. Es lo que se conoce como fenómeno del entrelazamiento cuántico o conexión cuántica".
En vista de sus continuos mensajes encriptados y balas directas a su ex en las redes sociales estos días, parece que la filóloga nunca duda en compartir públicamente cada paso que da en lo que respecta a su pasada relación y su forma de (no) afrontarlo en el presente. Sin embargo, mientras algunos de sus seguidores han interpretado este nuevo paso de la joven como una vuelta a su aferro inquebrantable por mantenerse de alguna manera vinculada a Rufián; otros han visto en esta teoría un punto final artístico a su historia. Y es que para algunos, la famosa ecuación de Dirac simboliza cómo el amor cambia pero nunca desaparece, al mismo tiempo que resume una forma de seguir hacia adelante con positividad y sin rencor por el pasado, sino todo lo contrario, aceptándolo y sabiendo que siempre será parte de tu vida.
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