Rafael Tarradas Bultó (43 años) pertenece a una de las familias más famosas de la burguesía catalana. Su abuelo era el legendario Paco Bultó, empresario textil que fundó las firmas moteras Montesa y Bultaco. Su tío era Álvaro Bultó, el deportista de riesgo y paracaidista que perdió la vida en 2013 mientras practicaba wingfly en los Alpes Suizos. Y su primo es el piloto de motos Sete Gibernau (47), retirado del motociclismo desde el año pasado.
Parte de las historia de la saga familiar Bultó, concretamente las experiencias de sus abuelos en plena Guerra Civil, se narran en El Heredero, el debut literario de Tarradas. Un libro que ha apasionado a su círculo de amistades. Algunas perteneciente a la jet set como la modelo Eugenia Silva (44) y la diseñadora Carolina Herrera (81).
Rafael Tarradas es un apasionado del deporte, el arte y la historia de los siglos XIX y XX. Estudió Diseño Industrial en la Universidad Autónoma de Barcelona y actualmente trabaja en el sector de la comunicación en Madrid.
En el libro tiene un gran protagonismo la masía de San Antonio. ¿Sigue siendo el punto de unión del extenso clan familiar?
Sí, es una casa que está justo en el límite de la provincia de Tarragona con la provincia de Barcelona. Es nuestro punto de unión total. Pasamos Navidad allí, muchos fines de semana vamos allí... Hay diferentes épocas del año que estamos allí. El último tramo de la vida de mis abuelos vivieron allí pero cuando fallecieron se quedó más como casa de veraneo.
Precisamente en la Masía, su abuelo construyó la primera Bultaco. Supongo que tendréis una extensa colección de motos como herencia de su abuelo Paco Bultó
Sí, piensa que somos mucha familia. Mis abuelos tuvieron diez hijos y cada uno tiene su moto. Individualmente, cada uno tiene la suya. Hay muchas motos.
¿Fue usted el ojito derecho de su abuelo?
Mi abuelo era mi padrino y yo me llevaba muy bien. Hay muchos nietos que pensamos que eramos los nietos favoritos del abuelo y eso yo creo que es un éxito por su parte. Siempre sabía a cada uno darle su momento y atención. Todos hemos tenido una relación súper especial con mi abuelo. Ya no solo con sus hijos y sus nietos, sino incluso con sus yernos. Era el embajador perfecto. Una persona muy especial.
Hay una foto muy mítica del Rey Emérito subido a una moto Bultaco. ¿Se conocieron su abuelo y Juan Carlos?
La primera moto de Bultaco siempre se le regalaba a él. Los Reyes tienen una colección buenísima de Bultacos. A nosotros nos caen muy bien los Reyes de ahora y los de antes. Ha sido una figura muy importante para cualquier producto español. Bultaco era producto español que exportaba a los cinco continentes. Vendía muchísimo fuera, más que en España. Tener sobre una Bultaco una figura como el Rey fue un orgullo tremendo y una gran ilusión.
Ser un Bultó, ¿le ha abierto caminos?
No, ni una cosa ni otra. A mi no me ha perjudicado en nada mi familia. Estoy encantado de ser de la familia que soy y si pueden ayudarme en algo estoy encantado en aceptar esa ayuda. Dicho esto, es una familia relativamente normal y sus contactos llegan hasta donde llegan.
En la novela no se habla de motociclismo. Se centra en la Guerra Civil. Si tuviera que quedarse con algunas de las historias que le contó su abuelo. ¿Con cuál se quedaría? ¿Cuál de pequeño le impactó más?
A mí las de las Guerra Civil me impactaron mucho. Por eso, el libro va sobre eso. El pasado tiene un aura especial porque es otra época. Al final todo el tema de las motos yo lo viví bastante. No lo veía tanto como una historia. Lo veía más como un presente.
Sus abuelos maternos eran republicanos. ¿Usted se decanta por algún bando?
No, no me decanto por ninguno. Durante la Guerra Civil, en mi familia lucharon en un bando y en otro. No me decanto por ninguno. Han pasado muchos años y me parece un poco absurdo estar en la política esa de nacionales y rojos cuando ha pasado tanto tiempo. Todo eso tenía que estar superado. Lo superaron nuestros abuelos, no tenemos que nosotros volver a ello.
Tampoco se incluye en el libro uno de los episodios más trágicos que ha vivido su tío abuelo, el rico empresario José María Bultó Marqués. ¿Cómo fue ese suceso?
Yo nací en el año que pasó eso. Yo me llamo Rafael Franciso José. Me llamo Rafael por mi padre, Francisco por mi abuelo y José por este señor. Él se murió el 9 de Mayo del 77 y yo nací el 11. En mi familia está la tradición de que cuando sucede un episodio así se le pone el nombre a los niños que hayan nacido ese año. Por suerte no han pasado muchas cosas como esta. Unos terroristas entraron en su casa. Le pidieron dinero y le pusieron una bomba en el pecho. Le dijeron que si no les pagaba la harían explotar. Mi tío en ningún momento iba a pagar dinero a un grupo terrorista para que usaran ese dinero para poner otra bomba a otro señor. Hicieron explotar la bomba y ahí quedó. Para nosotros es una tremenda pena pero también un orgullo que en un momento tan drástico tuviera el coraje de decir conmigo no vais a poder, habéis llamado a la puerta equivocada.
Son 18 primos, entre los que se incluye el expiloto Sete Gibernau, ¿Existe buena relación entre todos o cada uno está viviendo su vida?
Somos más de 20. Creo que no llegamos a 30. Somos un montón.
¿Y cómo se lleva con el piloto?
Sete es el número dos. Es el segundo primo más mayor. Tenemos una relación muy cercana todos los primos. Vivíamos en Barcelona prácticamente juntos. Vivíamos en casas que estaban pegadas las unas con las otras. Íbamos al mismo colegio, también íbamos a la casa de San Antonio juntos...
¿Cómo le va la vida tras su retirada del asfalto?
Él está más tranquilo. Además, acaba de tener una niña monísima. Está en modo muy familiar. Es que además los deportistas de élite tienen una trayectoria que no es hasta que son mayores. Él aguantó hasta bastante tarde. Fue buenísimo pero ahora está centrado en su vida familiar. Está más en Barcelona, en Gerona, con su familia.
¿Qué le ha parecido el libro a su familia?
Les ha gustado mucho. El 80% del libro es ficción y a partir de ahí no puedes molestarte con un personaje o otro porque es una novela. La parte real, les hace mucha ilusión. Todos leyeron el libro antes que nadie. Lo leyeron antes de que Planeta se interesase por el libro.
Volviendo a la Masía de San Antonio. Fue uno de los escenarios top secret del romance que su inolvidable tío, el aventurero Álvaro Bultó, vivió con la Infanta Cristina. ¿Cómo fue ese noviazgo? ¿Llegó a conocerla?
No sé cuánto tiempo estuvieron. Yo era bastante pequeño pero sí. Al final mi tío la llevaba a donde él iba. No sé si estuvo realmente allí porque también íbamos mucho a Gerona. Me parece encantadora, simpática, una persona totalmente normal, divertida, fácil. Me parece que tenía todas las virtudes.
Su tío fue un rompe corazones...
Mi tío era una persona muy simpática y caballero. Tuvo muchas novias y todas hablan bien de él. Era una persona muy positiva, enérgica...
¿Qué aprendió de él?
Mi tío era el penúltimo hijo de mis abuelos. Era muy joven. Al final con mis primos mayores se llevaban muy poco. No paraba en todo el día, muy deportista, divertido... No recuerdo haberlo visto en modo negativo ningún día. Era una persona muy sonriente. A todo el mundo le apetecía estar con él.
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