María Teresa Campos (78 años) no se apea de la polémica en uno de sus momentos personales y mediáticos más convulsos. Después de su ruptura sentimental con el cómico chileno Edmundo Bigote Arrocet (70), de todo el maremagnum que se formó en los medios vía exclusiva y de la mudanza que efectuó hace unos días su expareja, Teresa continúa estando día sí y día también en la picota mediática. Justo cuando la prensa insiste en una nueva ilusión sentimental en su vida, JALEOS ha conocido la existencia de una traición.
Ella misma dio pistas hace unos días hablando de su amiga Mayte: "Le he dicho que no hable de mí nunca más, porque si no dejaremos de ser amigas". Una declaración que sorprendió a propios y extraños, ya que Teresa nunca antes se había pronunciado sobre sus amigas a este respecto y, mucho menos, de traiciones en forma de filtración a los medios. Ahora, este periódico ha conocido más detalles sobre por qué se ha pronunciado Teresa de ese modo.
La presentadora se siente "dolida" con su amiga, una persona que ha estado en su vida desde hace décadas, a la que tiene un gran cariño y en la que ha confiado todas sus penas, alegrías y desvelos. Esta persona ha formado parte de su círculo de amigas más cerrado y selecto. Teresa se ha enterado de que "ha hablado más de la cuenta" en los últimos años, una deslealtad en toda regla que "ha indignado y cabreado" a Campos.
Una fuga de información de la vida personal de María Teresa que solo podía provenir de algunas personas, y María Teresa ha atado cabos. "Es una persona muy confiada, que defiende a sus amigas por encima de todo", se asegura a este medio. Pero, en esta ocasión, no ha tenido más remedio que dar la razón a aquellos que la advertían. De hecho, hace tiempo algunos compañeros de Sálvame aseguraron que la mayoría de las informaciones que se publicaban provenían directamente desde dentro de la casa de Teresa.
Lo que opinaba el servicio de Teresa sobre Bigote, cómo lo veían las amigas de María Teresa, los viajes de este fuera de España, cómo se encontraba María Teresa en determinados momentos. De todo esto se ha informado a los medios de comunicación de forma paulatina. Las hijas de María Teresa, Terelu (54) y Carmen (53), "nunca vieron con buenos ojos esa amistad" y se informa que "han advertido a su madre en más de una ocasión".
No solo en privado, también en público: en 2017 Terelu mostró su enfado con Mayte por ir a la televisión a contar relatos de su madre: "Me la pela, esas personas me dan pena". Años más tarde, ha sido la propia Teresa quien "le ha cantado las cuarenta" a la que hasta ahora ha sido su amiga, le ha transmitido su tremendo enfado y le ha hecho ver que "como siga hablando, su amistad se ha acabado para siempre". Y se remata: "Ahora mismo Teresa desea quitarse de encima a toda la gente tóxica".
Teresa, feliz tras su ruptura
Bigote ya no existe en la vida de Teresa. Forma parte de un pasado lejano. Se aclaraba hace unos días a este periódico que ahora más que nunca "no quiere ninguna posibilidad de regresar con él". Espera que su relación con Edmundo Arrocet sea ya cosa del pasado y se zanjen los comentarios sobre una posible conversación, reencuentro e incluso reconciliación entre ellos. Y es que, la presentadora, que el pasado 28 de diciembre anunciaba mediante un comunicado su ruptura tras casi seis años junto al cómico, ha confesado haber sufrido mucho, llegando a temer por la posibilidad de caer en una depresión. Sin embargo, tanto Teresa como Bigote se muestran felices y tranquilos en estos días. La actitud de María Teresa en las últimas horas contrasta, además, con la que mostraba tras conocerse la ruptura. Mientras que antes dedicaba cariñosas palabras a Edmundo y dejaba la puerta abierta a una reconciliación, ahora no quiere ni oír hablar del cómico, llegando a pedir que no le mencionen su nombre: "Al muerto no me lo nombréis más".
Tanto es así que en los últimos días ha aparecido en escena un hombre que, parece, haber devuelto la ilusión a la comunicadora. Se llama Emilio Javier, es periodista, y ambos se empeñan en que lo suyo es solo amistad, pero lo que es un hecho es que este hombre ha conseguido que la malagueña haga más vida social.
Además, a nivel profesional, Teresa intenta retomar su carrera, estancada desde su marcha forzosa de Mediaset, a la vez que continúa tratando de deshacerse de su casa, que lleva tres años a la venta sin encontrar un comprador, por lo que este 2020 ha decidido rebajar el precio y cambiar de inmobiliaria para probar suerte, renovando también las fotos con las que muestra su casa a los potenciales nuevos propietarios.
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