Carlos Sobera (59 años) se encuentra en su mejor momento televisivo. Con tres programas que le valoran al más alto nivel en la pequeña pantalla se ha convertido en uno de los presentadores más queridos por el público. Su trabajo en la tele lo compagina con su faceta como empresario en el Teatro Reina Victoria y aún así le sobra tiempo para viajar y estar con su familia, dos de sus mayores pasiones en la vida.

Está trabajando a tope, ¿cómo valora su actividad actual?

No me puedo quejar, este es un momento puntualmente álgido. Estoy con Supervivientes, Volverte a ver y la grabación de First Dates.

Y el teatro, ¿no?

No, en estos momentos no estoy haciendo ninguna función pero hay que estar encima de las obras y al tanto de cómo responde el público. Ahora estamos como inquilinos del nuevo propietario del Teatro Reina Victoria. Pagamos la renta y seguimos con la gestión.

Que va muy bien...

Sí, afortunadamente va todo muy bien. Si no fuera así tendríamos que cerrar y dejar a gente en la calle y eso es muy doloroso para todos. Vendí la propiedad del inmueble pero la gestión del negocio la seguimos llevando desde la empresa. Somos inquilinos del nuevo propietario. Allí tenemos personal muy preparado porque a mí el trabajo me supera con creces. En mi otro trabajo no tengo más remedio que estar yo, claro. Lo coordinamos bastante bien porque Supervivientes es una vez a la semana y Volverte a ver son dos días de grabación a la semana. El más complicado es First Dates porque son seis emisiones semanales. Tenemos un parón de dos semanas cada dos meses para que puedan trabajar los equipos de casting, que trabajan a toda máquina pero puede haber sorpresas. Afortunadamente todo marcha bien.

El presentador en el plató de 'Supervivientes'. Gtres

Tengo entendido que le gustaría hacer una serie de televisión...

Yo creo que se me está pasando el arroz porque llega un día en que me doy cuenta de que cada día disfruto más de mi trabajo como comunicador. Me conformaría con

hacer un personaje secundario, no necesito hacer un protagonista. 

¿De todos sus trabajos en televisión con cuál se quedaría?

Pienso que con lo último porque es lo que más me llena. Pero si nos vamos a los

históricos, ¿Quién quiere ser millnario? y ahora First Dates, que me encanta y Volverte a ver. No digo Supervivientes, que es un megaformato porque yo he llegado al programa como presentador invitado.

¿Qué problemas hubo con el teatro?

Pagué 6 millones cuatrocientos mil euros, más o menos. Había que pagar una hipoteca porque yo no tengo esa cantidad de dinero. Teniendo que pagar la hipoteca la rentabilidad del teatro baja muchísimo. Del Ayuntamiento me reclamaban

muchas mejoras en el teatro que no se habían realizado en sus cien años de historia. Es mucho más cómodo pagar una renta que es prácticamente la mitad de lo que tendría que haber pagado con la propiedad del teatro. Nosotros hemos ido mejorando año tras año y estamos muy contentos.

Con carta blanca, ¿qué tipo de obra de teatro y de programa de televisión le gustaría hacer?

¿Tipo de programa? Los que hago. Me gustaría un prime time con fórmula night time y en teatro me gustaría hacer un clásico, que no lo he hecho nunca. Hay obras como El

Tartufo, que me gusta mucho y también me gustaría hacer un Lope de Vega. Algún día lo haré porque yo creo que ese tipo de obras puede tener éxito. Una obra de este estilo que se estrenó en el Bellas Artes fue un exitazo. Los grandes clásicos siguen interesando al público.

Carlos Sobera y su mujer Patricia Santamarina durante la boda de Marta Hazas y Javier Veiga en Santander. Gtres

¿Cómo emplea el poco tiempo libre que tiene?

Viajando. Acostumbro a viajar con la familia, Patricia y mis dos hijas. La mayor de mi primer matrimonio y la pequeña, Ariadna y Natalia.

¿De verdad tiene tiempo para estar con tu familia?

Sí, cuando llego a casa soy un padre supernormal. Lo que sí te puedo decir es que a veces están poniendo un programa mío y la familia está viendo la competencia. Para Patricia y mis hijas soy su marido o su papá pero no soy presentador de la tele.

¿Le gustaría que siguieran sus pasos?

No me importaría. Las aconsejaría que se armaran bien en todos los sentidos porque es una profesión muy difícil y muy exigente.

Sus hijas, ¿no le tienen idealizado?

Yo creo que no. La pequeña yo la veo ponerse nerviosa con los ídolos de su edad, con lo que yo me pongo un poco celoso. (Risas)



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