Carlos Falcó y Fernández de Córdova, quinto marqués de Griñón y Grande de España, ha muerto este vienes 20 de marzo a la edad de 83 años en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid a causa del coronavirus. Hasta la fecha, el también séptimo marqués de Castell-Moncayo no presentaba ningún problema de salud a destacar y ha sido el virus que provoca la enfermedad COVID-19 lo que tristemente ha acabado con su vida. Carlos deja un legado imperecedero marcado por sus orígenes aristocráticos, su agitada vida sentimental y sus boyantes negocios.
Carlos, el tercero de los cuatro hijos de los duques de Montellano, nació en Sevilla en 1937. El lugar donde vino al mundo no podía tener más magia y encanto. Entre azahares y naranjos en flor, Falcó nació en el Palacio de las Dueñas, propiedad de la Casa de Alba. Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Lovaina (Bélgica) y más tarde graduado por la Universidad de California. Empresario, amante del campo, los viñedos y las mujeres.
En sus más de ocho décadas de vida, Falcó amó a varias. De entre todas, cuatro a destacar, aquellas con las que pasó por el altar y con las que se juró amor eterno. Jeannine Girod, Isabel Preysler (69), Fátima de la Cierva (61) y Esther Doña (42). Con las tres primeras tuvo cinco hijos: Manuel (55) y Xandra (51), los mayores; Tamara (38), la mediana; y Duarte (26) y Aldara (22), los dos pequeños.
Sus cuatro esposas
1. Isabel Preysler
Isabel Preysler fue su segunda esposa, aunque la primera en relevancia e interés mediático. Tras su divorcio de Jeannine Girod, a finales de los años 60, Falcó encontró el amor en Preysler, una mujer ya celebérrima y a la que conoció malherida por las incesantes infidelidades de su aún marido y padre de sus tres hijos, el cantante Julio Iglesias (76). El primer encuentro entre Carlos e Isabel tuvo lugar en una proyección privada de la película Fiebre del sábado noche. Pese a todo, el marqués de Griñón tardó apenas un mes en hincar la rodilla contra el suelo y pedir matrimonio a la filipina. Su boda tuvo lugar hace casi 40 años, el 23 de marzo de 1980, y fruto de su relación nació su única hija en común, Tamara Falcó Preysler (38).
2. Jeannine Girod
Jeannine Girod fue su primera mujer. El aristócrata contrajo matrimonio con ella en 1963 cuando él tenía 26 años y aún estudiaba en Estados Unidos. Fue en América precisamente donde nació el primer hijo de la pareja, el primogénito, Manuel (55). Tres años y medio más tarde, ya en España, nació Xandra (51).
Con la muerte de Carlos, el primer vástago del exmatrimonio formado por Falcó y Girod está llamado a ser el sexto marqués de Griñón. Manuel Falcó y Girod vive en Londres y es gestor de Citibank para 54 países en Europa, Oriente Medio y África. Está considerado por Financial Times como uno de los 10 financieros más influyentes de Europa y controla parte del área económica de la empresa familiar. Xandra era su mano derecha en la citada empresa, aunque en los últimos tiempos -desde que se casara con su última mujer- ya no lo es tanto.
3. Fátima de la Cierva
Seis años después de su divorcio con Isabel y tras haber disfrutado de la soltería, la paz y lo que más le gustaba en la vida -el campo-, el corazón de Falcó volvió a sonreír junto a una mujer. Ella era Fátima de la Cierva, 22 años menor que él y tan solo cinco años mayor que su primogénito. La edad nunca fue un impedimento para Carlos. En 1993 se daba el 'sí, quiero' con su tercera esposa y en el consulado español de Bayona.
Con ella puso rumbo a la espectacular finca de El Rincón y allí nacieron los dos hijos de la pareja. El mayor, Duarte Falcó (26), un joven conservador, emprendedor, amante de la caza, que estudió Pedagogía y que confesó padecer un Transtorno por Déficit de Atención e Hiperactividad; y la pequeña Aldara (22), la benjamina del marqués, que estudió Filosofía y Matemáticas en la Universidad de Viena. Falcó y de la Cierva se separaron en 2011 pero no fue hasta 2014 cuando se conoció públicamente su divorcio.
4. Esther Doña
En septiembre de 2015, Carlos conoció a Esther. El marqués y la que fuera su mujer hasta el último de sus días tuvieron un primer encuentro en Málaga, tierra de ella, donde se celebraba una presentación con el distribuidor de los vinos de Falcó en la zona. En la cena, él le pasó una tarjeta con su número de teléfono y otra en blanco para que ella le apuntara el suyo. Doña, por error, se quedó con las dos. Anécdotas aparte, Carlos y Esther, con 40 años de diferencia, empezaron un bonito romance y se fueron a vivir juntos enseguida. Tras tres años de convivencia, decidieron casarse en secreto en julio de 2017 y en el mes de septiembre celebraron una gran fiesta en el palacio de El Rincón, la propiedad del marqués de Griñón ubicada en Aldea del Fresno -Madrid-.
En una entrevista a EL ESPAÑOL, Carlos Falcó justificaba de la siguiente manera el hecho de haber pasado por el altar hasta en cuatro ocasiones: "Forma parte de la libertad, de esa manera liberal de entender la existencia. Respeto muchísimo a quienes llevan toda la vida con la misma persona, pero es cada vez más difícil en la sociedad actual. Fíjese: en nuestra finca de El Rincón organizamos bodas. Muchas son segundas y terceras nupcias. Yo estoy felizmente casado con Esther Doña, entre los dos llevamos cinco divorcios. En la vida he demostrado que me importa mucho la pareja y estar unido a una mujer. Soy muy feminista en varios sentidos".
Su linaje aristocrático
De linaje aristocrático y vinculado desde siempre a la Familia Real, Carlos Falcó, el marqués de Griñón, al igual que su hermano Fernando, marqués de Cubas, eran íntimos amigos del rey Juan Carlos (82) desde su más tierna infancia. Sus padres, Manuel Falcó y Escandón e Hilda Fernández de Córdova, los duques de Montellano, cedieron su imponente palacio, ubicado en el número 33 del Paseo de la Castellana, para que allí viviera y estudiara el entonces conocido como 'el príncipe don Juanito'. Fue en aquel momento cuando Juan Carlos compartió pupitre con Fernando y Carlos.
Sus negocios
Carlos Falcó era presidente de su propia empresa, Marqués de Griñón Family Estates -vinos, aceites, fincas y palacios-, presidente de Grandes Pagos de España -asociación de las mejores bodegas del país- y vicepresidente de la Real Academia de Gastronomía. De la pasión hizo su modus vivendi y del campo hizo su negocio. En 1974, introdujo en España vides de cabernet sauvignon en un camión de manzanos que llegaron desde la bodega Château Margaux para plantarlas en la Quinta Casa de Vacas, su finca de Toledo. Su abuelo, Felipe Falcó, le dejó en herencia esta imponente finca de 300 hectáreas, regada por el río Tajo y con fructíferas tierras.
Por su vocación agrónoma, Carlos se hizo empresario vinícola y puso en pie nueve famosos vinos con denominación española. Su patrimonio gira en torno a los terrenos donde los cultiva. Con la incansable ayuda de su hija Xandra ha logrado posicionar también estos caldos en el mapa internacional. La joya de la corona de los negocios del marqués de Griñón es precisamente la casa palacio anteriormente citada, pues sus viñedos conviven con campos de lavanda y siguen entregando la uva estrella de sus licores.
Otra de sus fuentes de ingresos es el palacio que posee en la carretera madrileña que va de Navalcarnero a Cadalso de los Vidrios. Se trata del palacio de El Rincón, su propiedad más conocida. Esta impresionante fortaleza ajardinada del siglo XIX ha llegado a ser escenario de grandes portadas de revista protagonizadas fundamentalmente por Esther Doña. En esta hacienda, la sociedad Viñedo del Rincón explota nueve hectáreas de viñedo.
Antes de que llegase el fuerte boom televisivo de Tamara Falcó y de que pusiera en marcha su firma de ropa -TFP-, la hija del marqués tomó las riendas del palacio y en una ágil estrategia de comunicación, sacó beneficio de él. El Rincón, con más de cien años de antigüedad, se solía arrendar para celebraciones privadas e incluso se han llegado a grabar series de televisión como Lo que escondían sus ojos.