La familia Falcó y Fernández de Córdova al completo llora en estos momentos la trágica muerte del marqués de Griñón. Pero si hay alguien, más allá de sus cinco hijos, que siente en su corazón el profundo pesar y el dolor de esta inesperada pérdida ella es su viuda, Esther Doña (42 años). La malagueña llegó a la vida de Carlos Falcó para zarandearla entera y ponerla del revés. Los cuarenta años que los separaban nunca fueron impedimento para que hicieran una vida activa y con una agenda llena de planes, eventos públicos y exóticos viajes a los confines del mundo.
Fue en septiembre del año 2015 cuando Carlos Falcó conoció a Esther. El marqués y la que fuera su mujer hasta el último de sus días tuvieron un primer encuentro en Málaga, tierra natal de ella, donde se celebraba una presentación con el distribuidor de los vinos de Falcó en la zona. En la cena, él le pasó una tarjeta con su número de teléfono y otra en blanco para que ella le apuntara el suyo. Doña, por error, se quedó con las dos. Desde que la modelo y empresaria empezase su historia de amor con el quinto marqués de Griñón, solo encontró impedimentos por parte de los hijos de él.
Su intenso pasado amoroso -a los 38 años ya se había divorciado dos veces- nunca convenció a ninguno de sus hijos. Especialmente a los tres mayores, ni a Tamara (38) fruto del matrimonio del bodeguero con Isabel Preysler (69), ni a Manuel (55) y Xandra (51), los hijos que tuvo con su primera mujer, Jeannine Girod. Tan solo Duarte (26) y Aldara (22), los vástagos que nacieron del matrimonio entre Carlos y Fátima de la Cierva, vieron con buenos ojos a priori el romance de su padre con Esther. En los últimos tiempos, su cercanía con Doña también se truncó.
Esther Doña y sus matrimonios fallidos
Igual que le sucediera al marqués de Griñón, Esther Doña tampoco tuvo demasiada suerte en el amor, y con apenas 40 años ya había contraído matrimonio tres veces. La primera vez, con un empresario español 25 años mayor que ella, con el que convivió en Madrid. Se casó en segunda nupcias en Reino Unido con otro empresario también patrio que le sacaba 18 años y con el que residió en Londres. Por último, contrajo matrimonio con Carlos Falcó.
En el pasado sentimental de Doña hay nombres que no han gustado nunca en el seno íntimo de los Falcó. Se la relacionó durante un tiempo con Julio Iglesias (76), exmarido de Isabel Preysler. Sin embargo, ella misma se apresuró en desmentirlo alegando que vínculo era sencillamente artístico, ya que participó durante un tiempo como corista en su banda. Otros varones conocidos en el arsenal amoroso de la andaluza son Bertín Osborne (65) -alegó siquiera conocerla-, el expresidente del Sevilla Fútbol Club, José María González de Caldas o el actor Máximo Valverde (75).
El amor entre Carlos y Esther
Contra todo y todos, Carlos y Esther empezaron un bonito romance y se fueron a vivir juntos enseguida. Tras tres años de convivencia, decidieron casarse en secreto en julio de 2017 y eligieron la residencia del marqués de Griñón en el Palacio El Rincón de Aldea del Fresno (Madrid) para celebrarlo. Un enlace oficiado por el alcalde popular de la localidad, Guillermo Celeiro, amigo de ambos. En cuanto firmaron los documentos, pusieron rumbo a África en lo que muchos llamaron su 'luna de miel secreta'.
Fue precisamente este espectacular viaje de ensueño y lujo disfrutando de uno de safatis más exclusivos del mundo, lo que despertó la sospecha pública de que ambos ya podían haberse convertido en marido y mujer. Dos meses más tarde, en septiembre de aquel año, celebraron una gran boda en el palacio de El Rincón. El enlace habría sido perfecto para Carlos si hubiera podido contar con el apoyo de sus cinco hijos.
Sin embargo, de todos ellos tan solo asistieron a la fiesta nupcial los dos pequeños, Duarte y Aldara. Los tres mayores no quisieron acompañar a su progenitor y su flamante esposa en esta boda fotografiada y vendida en exclusiva a la revista de cabecera de la familia Falcó y en los últimos tiempos también la de Esther. Su relación se tensaba más que nunca.
Su fuerte discusión en un hotel
En mayo del año pasado se conocía la noticia de que dos meses antes, el 24 de febrero, tras una fuerte discusión de la pareja alojada en el Hotel Eurobuilding de Madrid, la Policía se personaba en la habitación y se llevaba detenido al marqués de Griñón.
Los agentes que llevaron a Carlos Falcó hasta la comisaría de Chamartín recomendaron a Esther Doña que interpusiera una denuncia contra él por un presunto delito de malos tratos, algo a lo que ella se negó. El marqués de Griñón pasó aquella noche en el calabozo. Días después de conocerse este oscuro episodio de su matrimonio, entre rumores de crisis, la pareja emitió un comunicado donde quisieron dejar claro que aquello fue algo puntual y que todo iba a la perfección:
"Ante las diversas especulaciones aparecidas en algunos medios, nos alegra confirmar la vigencia y solidez de nuestra relación matrimonial y el pleno éxito de la extirpación del tumor óseo, afortunadamente benigno, que tanta preocupación e incertidumbre nos ha causado durante los últimos meses. Pedimos también comprensión y respeto".
Efectivamente, un mes después de atravesar este fuerte bache en su matrimonio, Esther Doña tuvo que pasar por quirófano para someterse a una artrotomía, una intervención en la que se abre una determinada articulación para tratar alguna dolencia que se ha originado en la misma. Su marido estuvo a su lado durante todo el tiempo que duró su hospitalización y posterior rehabilitación.
Pero hace apenas unos días las tornas se cambiaron. Fue Carlos quien necesitó la compañía de Esther cuando ingresó de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz tras haber contraído coronavirus. Esta inaudita pandemia global que ha azotado con fuerza a España se ha llevado, sin reparar en linaje ni apellido, hasta la fecha, a más de mil personales. Entre ellos y para dolor de todos los suyos, a Carlos Falcó y Fernández de Córdova, quinto marqués de Griñón y séptimo marqués de Castell-Moncayo.
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