La vida de Rafael Amargo (45 años) ha sido un cúmulo de casualidades y causalidades. Tenía 17 años y llegó tarde a la audición para el espectáculo Azabache de la Expo'92 que protagonizaban Rocío Jurado, Nati Mistral, Imperio Argentina, Juanita Reina y María Vidal (59). Como no le dejaron ni entrar, engañó a su madre diciendo que le habían cogido y tenía que ensayar, pero se fue a Madrid.
"Mi madre me hubiera matado si se lo hubiera dicho", confiesa a JALEOS desde el confinamiento en su casa madrileña. Así que tiró hacia Madrid. Y allí se obró el milagro. De repente, se enteró de que había un casting para Antena 3 para un programa llamado Sabor a Lolas. Amargo no sabía que lo presentarían Lola Flores y Lolita (62).
Y es en este momento cuando recuerda la primera vez que vio a La Faraona: "Cuando llegué vi a Poty y luego entró ella para ver a quiénes había seleccionado. Yo tenía el pelo largo con una coleta, era el más chiquitito y me dijeron que necesitaba una autorización e ir con un tutor. Me hicieron el contrato. En el programa había flamenco, copla, danza española… y Poty venía del Ballet Nacional de hacer lírico. Fue su primer trabajo en la tele y el mío también. Le adoro. Ya ves, no me cogieron las cinco en Sevilla y me eligió la más grande en Madrid".
¿Qué impresión le causó la primera vez que la vio?
Me transmitió una seguridad increíble. Vi a una señora grande, anfitriona, cómplice, lista, educada, maestra y referente (lo dice de retahíla, casi sin respirar). Tenía autoridad. Con sus músicos y sus artistas tenía una gran complicidad. Siempre nos preguntaba, "¿habéis comido?", porque si todos estaban contentos, ella también lo estaba. Era muy divertida cuando decía: "No me toquéis el c… que yo he venido a divertirme".
¿Desde el principio hubo buena química entre ustedes?
Me caló rápido. Me dijo: "Hijo mío, lo que tú vas a sufrir. Que sepas que eres de otra pasta. No eres el que mejor bailas, pero hijo mío, contigo se rompió el molde". ¡Qué bonito!. Y comentaba: "Para parecerse a ti ya se pueden morir y volver a nacer, pero pasará tiempo". No te lo puedo explicar cómo era. Cuando actuábamos, yo estaba siempre callaíco, me miraba y yo ya sabía lo que tenía que hacer. Era un código. "¡Ay, hijo mío, lo que me ahorras. Me ahorras mucho!". Conmigo se ahorraba muchas explicaciones.
Y trabajó con ella varias veces más…
Me llevó a la OTI dos veces, a hacer alguna gala suelta… En aquella época me hice novio de Triana, la hija de Charo Vega, que es la ahijada de Lolita y pasé a ser miembro de la familia. Lolita me cuidaba mucho porque era muy jovencito. Cuando fui al programa Tómbola ella me protegió (sonríe).
¿Recuerda alguna anécdota curiosa?
Como era el más virginal, me decía: "Tú agárrate de este lado. Que nadie me toque por aquí". (se refiere a que le cogiera del brazo derecho, el lugar dónde tenía localizado el cáncer). Yo en aquel momento no lo entendía. Y el resto, le agarraba del otro lado.
¿Era consciente de su enfermedad?
No, pero luego ya me enteré. Ella no decía nada. Solo trabajaba y trabajaba. Me dio mucha impresión porque un día fuimos a un programa con Rocío Jurado donde Lola contó que estaba muy malita. Las dos se pusieron a llorar. Fue algo increíble.
¿Recuerda la primera vez que fue al Lerele?
Fue verano y me tiré a la piscina. Un frío... Pero sentí algo muy fuerte. Había energía. Y en Nochevieja nos reímos lo más grande. Éramos muchos, había un respeto muy grande, mucha mezcla, mucho arte y cuando se salí a bailar se hacía por rangos. Había una especie de protocolo para respetar a los más grandes. ¿Y qué me dices de mi Ana? (Se refiere a Ana Villa, ex mujer de Antonio Flores y madre de su única hija, Alba). Ahí le va: "Soy de Murcia, soy murciana, la alegría de la huerta valenciana". Y ahí estábamos los tres payos, Ana, Imanol (Arias, marido de Pastora Vega) y yo.
¿Cómo era aquella casa?
Era el reino de la libertad. Siempre que venía alguien importante a España acaba en casa de Lola. Mientras Lola vivió, España tuvo dos reinas: Sofía y Lola. ¡Qué arte tenía! Como cuando empezó a pedir una peseta a cada español, 40 millones de españoles, ¡pero cómo se le ocurrió eso!
Y la pasión que sentía por su hijo Antonio. Era su ojito derecho, ¿verdad?
Quería a todos sus hijos por igual, pero Antonio tenía la parte más salvaje de ella y su sensibilidad.
También se cumplen 25 años de su fallecimiento, ¿cómo lo describiría?
No hablé mucho con él. Estando en silencio ya hablaba contigo. Era bello, educado, respetuoso, brillante… ¡Una maravilla!. Murió de pena, mucha penita, 14 días después porque amaba demasiado a su madre.
Amargo confiesa que le dejaron solo. Llegó muy joven al mundo del arte y en pocos años, se le fueron todos: Antonio 'El Bailarín', Camarón de la Isla, Lola Flores… Tras triunfar en el programa de televisión, por azar le contrataron en el teatro Calderón para hacer la ópera Carmina Burana.
Llegó el último y, nuevamente, el destino le tenía preparada otra sorpresa: le había tocado el mismo camerino que había usado en el anterior musical su querida Concha Velasco (80). Incluso tenía su mesa. Tiempo después, la actriz le dio el primer premio Max de las Artes Escénicas: "Lo sabía", me dijo. Al año siguiente, le volvió a entregar el segundo. Y hasta la fecha ya tiene cuatro.
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