Como ella misma escribió en su Instagram, Ana Obregón (65 años) está "obligada a vivir", a seguir hacia adelante aunque cueste y no haya fuerzas ni asideros tras la muerte de su hijo Álex Lequio a los 27 años a causa del cáncer. "Se apagó mi vida", posteó nada más fallecer el hombre de su vida. Ana está pasando el peor momento de su vida, pero no está sola: su familia no la deja en ningún momento y Alessandro Lequio (59) se ha convertido en su mayor apoyo en estos momentos tan cruentos y dolorosos. Los dos han reforzado su relación y son una piña.
Según ha podido conocer JALEOS, la actriz se encuentra abatida, sin ánimo para nada, solo se refugia en el recuerdo de su hijo, lo único que le da aliento. Es precisamente su hijo el que la motiva a seguir hacia adelante y, como ha podido confirmar este periódico, García Obregón no quiere saber nada de proyectos como actriz o presentadora. Eso parece formar parte de un pasado muy remoto. Ya no hay focos ni platós. Solo queda la madre.
No ha hecho falta ni que diga que no a la obra de teatro que tenía programada, Falso Directo; sus compañeros han entendido que se cancela hasta nuevo aviso. No hay intención de retomarla con otra actriz. Ese papel estaba escrito para Ana exclusivamente. Se baja el telón sine die. Pero en la mente de Obregón no está nada de eso. Ella no encuentra sentido a lo que antes la llenaba tanto, lo único que "le da fuerzas es hacer algo por su hijo, por la memoria de él y por todo lo que él ha luchado".
Tiene claro que seguirá con la estela de solidaridad que forjó Aless, como lo conocen en la intimidad. Por eso, cuando se recupere y reponga -aunque sea mínimamente-, creará una fundación en memoria de su hijo, tal y como avanza La Razón. Un proyecto solidario de ayuda, de apoyo, de financiación. Ese será el único proyecto a partir de ahora. Su entorno no duda en que "se volcará de lleno en esas causas" y pocos confían en volver a verla sobre un escenario o en un set de rodaje. Su familia entiende que regresar a quien ella fue sería el mejor bálsamo, recuperar esa actividad, pero "de momento no es nada viable".
Se desliza a este medio que las hermanas de Ana Obregón estarían intentando convencerla para desplazarse a Palma de Mallorca en cuanto se pueda abandonar Madrid. La familia dispone allí de una magnífica casa en La costa de los pinos, donde veranea cada verano. Y este cambio de casa y de aires le vendría bien a la intérprete. Allí se juntará toda la familia alrededor de Ana y de los padres de esta, Ana María y Antonio, quienes se encuentran muy apenados por la muerte de Álex y algo aquejados de salud. Se informa a este medio que "Alessandro también pasará en verano unos días con Ana".
La desgarradora carta de Ana
El pasado 31 de mayo, diecisiete días después de que Álex Lequio falleciera en el Hospital Quironsalud de Barcelona, su madre se abría en canal en sus redes sociales y publicaba una desgarradora carta en la que ha homenajeado la figura de su hijo y dejado patente cuánto lo echa de menos. La actriz compartía una instantánea en blanco y negro en la que ambos aparecen de espaldas, mirando hacia la cámara y con una gran sonrisa en el rostro.
"Mi querido hijo, sé que nunca te ha gustado que hable de ti públicamente, perdóname, me lo pide el corazón y ahora que tengo un poquito de fuerzas tenía que agradecer los cientos de miles de mensajes de cariño y admiración hacia ti", comenzaba escribiendo la intérprete en sus redes sociales. "Tus primeras palabras fueron: 'Yo solito', antes que papá y mamá. Y tú solito has querido vivir una vida discreta, sin protagonismos a pesar de tus padres famosos. Te has ganado a pulso el cariño de todos los que te conocieron; primero en el colegio, luego en la universidad con la beca que conseguiste para estudiar en Estados Unidos, y que culminaste en tu regreso a España creando una empresa de éxito con 24 años", añadía Obregón.
"Hasta que un día apareció la palabra 'cáncer' en nuestras vidas. Has luchado valientemente dos años contra esa maldita enfermedad con una sonrisa, colaborando con fundaciones, ayudando y animando con tu sentido del humor a todos los que también la padecían. Te convertiste en su ejemplo. Demasiado noble, generoso, solidario, único y grande para caber en este mundo", se deshacía en halagos García Obregón para continuar: "Mi guerrero de la eterna sonrisa a pesar de los dolores, meses de hospitalización, y sufrimiento. Para mí ha sido un honor estar a tu lado de la mano en esta batalla sin descanso, pero también viéndote sufrir sin una queja ha sido la lección de vida más cruel que una madre puede soportar".
"¿Qué puedo decirte, hijo? Que eras/eres mi vida y ahora ya no hay nada. Que perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir. Y tú querías vivir, casarte algún día y tener cinco hijos. Muchas noches en el hospital pedimos juntos a Dios que te curara y no nos hizo ni caso. Ahora solamente le pido que pueda volver a abrazarte muy pronto porque te echo insoportablemente de menos", posteaba para concluir: "Mi Aless, ha sido y es un verdadero privilegio ser tu madre. Te quiero desde siempre y para siempre. Eternamente. Mamá".
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