No cabe duda de que Ana Soria (21 años), la nueva pareja sentimental del torero Enrique Ponce (48), es el personaje mediático del momento. Una de las personas más buscadas por los medios de comunicación y los paparazzi desde que el propio diestro, tras su separación de Paloma Cuevas (47) y la polvareda mediática que conllevó, hablase alto y claro y reconociese que sí, que está ilusionado y enamorado de esta joven almeriense de 21 años. En ese momento, la vida de esta andaluza cambió para siempre, dio un vuelco de 180 grados que, de entrada, comenzó a notarse en su cuenta de Instagram.
Pasó de 500 seguidores a rozar en la actualidad casi los 40.000. El fenómeno Ana Soria está en alza y no hay más que ver el despliegue informativo que hay en Almería capital para corroborarlo. Cada día aparece una información nueva sobre esta joven y su familia. Las cámaras ya han captado imágenes de sus padres entrando y saliendo de su hogar, han hablado con la tía y los abuelos de Ana, e incluso con exparejas suyas y amigos que dicen serlo. Sin embargo, Ana Soria sigue en 'paradero desconocido', encerrada, atrincherada. Sin querer ser fotografiada. Ni una sola imagen post-escándalo hay de ella.
Ahora, JALEOS ha conocido nuevas informaciones sobre la joven y su incursión en el mundo del corazón. Sin pretenderlo y, puede, que ni queriéndolo, Ana Soria ya ejerce indirectamente como estrella mediática, emergente. Según la información que se desliza a este medio, algunos representantes de este mundo de la farándula se han interesado en ella y están intentando ponerse en contacto con la almeriense para ofrecerle su cobertura. En estos momentos, sus palabras y su imagen pública tiene un caché elevado y los profesionales de la imagen no están dispuestos a desaprovechar el momento. No solo eso, se informa a este periódico que, de momento, una importante marca publicitaria se ha puesto en contacto con Ana, interesada en su perfil. Eso sí, hasta la fecha Ana Soria se ha mantenido en su línea, coherente con su decisión de no querer participar en los medios de comunicación y seguir en su liga estudiantil. Ha declinado todo ofrecimiento. No quiere saber nada de este mundo. De hecho, está 'desaparecida' en combate.
Este medio ha podido conocer que la estudiante ha pasado unos días en la casa que sus padres poseen en la playa de San José (Almería). Allí decidió escaparse para reflexionar, pensar con calma, alejada de lo mediático, sobre su presente y futuro. Han sido días durísimos para una familia que no está acostumbrada a los medios de comunicación y a tamaña presión. A su lado, como se apunta, ha estado unos días Enrique Ponce, al que también le ha venido bien la desconexión. La intención de la flamante pareja es disfrutar y disfrutarse mucho en el verano, pero "evitar a toda costa a los fotógrafos". Quieren vivir su historia lo más discretamente posible y Ana Soria ha pedido silencio a su entorno. No quiere que hable nadie más.
Septiembre incierto para la pareja
Hace unos días, este periódico pudo conocer que los planes, por separado, de la pareja tras el verano podrían trastocar el carácter idílico de su amor. Septiembre es decisivo. Y es que, Enrique y Ana cuentan con proyectos tan importantes como irremediablemente distanciados en el tiempo y el espacio. El nuevo curso se impone, y las obligaciones también. Por un lado, la joven almeriense, estudiante de Derecho en la universidad de Granada, está muy ilusionada con realizar su programa de Erasmus 2020-2021.
Tal y como reza el documento al que se ha tenido acceso, Ana Soria Moreno está incluida en el listado definitivo de los estudiantes seleccionados, dentro de la Facultad de Derecho, para disfrutar de su aventura Erasmus. Si nada cambia tras el verano, la joven tiene pensado vivir durante nueve meses en Toruń, Polonia. Este medio ha podido saber que la joven -que tiene una nota de expediente más que notable- no ha cancelado sus planes, que siguen en pie de momento y que esta aventura le hace una gran ilusión. Teniendo en cuenta los convulsos y magnos acontecimientos que han agitado su vida en los últimos días, habrá que ver si sigue adelante con este proyecto.
Su familia la anima a que así sea y su entorno le hace ver que es una oportunidad única para vivir experiencias, coger bagaje, madurar y, de paso, aprender un nuevo idioma. El primero que la empuja a lanzarse es Enrique Ponce. Por su parte, Enrique también cuenta con otra gran ilusión, en este caso profesional. Vuelve a los ruedos, a su medio, a su vida. Cuenta un buen amigo suyo que está pletórico, excelso, en su mejor momento. Se ve en perfecta forma y con el corazón contento. Tiene una temporada muy boyante a nivel taurino y una gira por Latinoamérica que lo hace chispear de ganas. Habrá que ver si la pareja continúa con sus planes para el nuevo curso o si, por el contrario, una de las partes -o ambos- deciden seguir disfrutando de su amor.
[Más información: Enrique Ponce y Ana Soria, ¿obligados a separarse en septiembre? Los proyectos que afectarían a su relación]