Además de para frenar el avance de la pandemia, el confinamiento también ha servido para que muchas personas saquen lo mejor de sí mismos. Las fuertes restricciones de movilidad han inducido a que la creatividad, muchas veces ahogada en el estrés de la vida laboral y los problemas diarios, aflore más que de costumbre. Un fenómeno que ha experimentado Fabiola Martínez (47 años), que al temor por la propagación del virus, se le sumaba la preocupación por las circunstancias especiales con las que vive su hijo Kike (13). La vida de Bertín Osborne (64) y Fabiola gira en torno a la discapacidad del joven desde su nacimiento, asunto del que la venezolana se ha convertido en toda una experta y en todo un ejemplo para muchas personas que pasan por situaciones similares a la suya.
Fabiola, que dirige la Fundación Bertín Osborne, ha concedido una entrevista a JALEOS en la que cuenta cómo ha vivido todo este tiempo el encierro en su finca de Sevilla. Lugar desde el cual ha desarrollado un importante proyecto que ha sido impulsado a través de las redes sociales. Una sección denominada Cuéntame desde casa, en la que la esposa del cantante trata temas de interés junto a profesionales expertos en el cuidado de personas con discapacidad. Vídeos hechos desde la experiencia terapéutica que han resultado ser toda una fuente de conocimientos para las familias que conviven con personas que tienen limitación de facultades.
¿Cómo han afrontado el confinamiento respecto a las terapias a las que se somete Kike?
La verdad es que hemos hecho parón absoluto, como todo el mundo. Por una parte nos vino bien. Parar mentalmente y darnos un descanso, pero en el caso de Kike descansar significa, en muchos aspectos, retroceder. Mis padres nos ayudan mucho, mi padre es muy constante además, y hemos hecho cositas, pero prácticamente nada. Como estamos en Sevilla, donde pasamos normalmente tiempo de recreo, no contábamos con nada ni nadie profesional que le diera terapia. Ahora lo hemos retomado, pero llevamos muy poco. No siempre los padres podemos hacer de terapeutas. Si el niño es pequeño sí que es posible hacerlo, pero con un niño como Kike que mide 1,70 y pesa 50 kilos, no es nada fácil. No se mueve solo, hay que cogerlo en peso... no es fácil hacerlo nosotros sin ayuda de un profesional.
¿Cómo viven en el entorno familiar el hecho de que Kike se haga mayor?
Hay muchas cosas que nos resultan graciosas y lo pasamos bien, pese a que nosotros también infantilizamos sin querer. Cuando ve a una chica que le gusta se le nota un montón, se pone rojo, más tímido, se tapa la cara... y claro, si lo vemos en Carlos nunca se lo diríamos delante de la persona porque le dejaríamos en evidencia, pero en el caso de Kike a veces fallamos en eso. En realidad aprendemos con él. Kike ya fisiológicamente va sintiendo cosas y se va explorando, así que nos tenemos que ir adaptando a esta nueva etapa. Intentamos preservar un espacio que es su intimidad, un momento que es suyo y no es de nadie. Mentalizarse de esto es muy importante.
En el caso de Carlos, su hermano pequeño, ¿lleva bien la situación?
Pues ahora se va a Canarias con su padre, que graban programa, y está ilusionadísimo porque no conoce la isla (dice Fabiola despidiendo a su hijo antes de volar a Canarias). Esto es algo que no es una cosa que se aprende y ya está. Carlos crece y va entendiendo, bajo su conocimiento de la edad, que está evolucionando. Él, al principio, no veía en su hermano la discapacidad, veía a su hermano. Ahora sí que lo ve y ejerce de compañero y a veces también de terapeuta. Le corrige la postura cuando juegan, colabora a que haga las cosas bien... Ahora tiene 11 años, pero puede que cuando tenga 16, este es uno de los temas que tratamos en los talleres de la fundación, la cosa cambie. Hay diferentes fases, las fases de celos, e inclusive puede que llegue a sentir vergüenza de su hermano, pero es natural. La adolescencia es muy complicada y todos queremos formar parte de un grupo, no ser diferentes y dar las menos explicaciones posibles. Pero todo depende en cómo se educa. También creo que al ser nosotros personajes públicos vamos a ahorrarle muchas explicaciones.
¿Qué problemas pueden surgir en una pareja al enfrentarse a la situación de tener un hijo con discapacidad?
Es uno de los talleres que hacemos desde la fundación, pero voy a comentar una anécdota para comprender la situación. Cuando anunciamos el taller a los padres de la asociación se apuntaron tres. El taller se llamaba 'Comunicación en pareja' y no era lógico que no hubiera interés porque sabemos que hay problemas. Le cambiamos el nombre, ahora se llama 'Comunicación afectiva efectiva', y se empezaron a apuntar. Es algo importante pero nadie quiere abrir ese melón. Hay matrimonios que llevan su mochila y su peso y aguantan, pero hay otros que les resulta tan pesado que finalmente la pareja se rompe. Hay muchos casos que cuando el niño nace así, uno de los progenitores se vuelca tanto que abandona su faceta como pareja, normalmente pasa a la mujeres, pero hay de todo. Hay un trabajo muy grande que hacer en ese aspecto.
¿Y cómo lo han vivido Bertín y usted?
En 13 años hay muchos momentos, pero en líneas generales nos ha fortalecido. Yo después de pasar por todo esto he descubierto que tengo una fortaleza que no pensé que tenía, y Bertín ha aprendido a valorar eso y viceversa. Yo de lo que doy gracias es de haber creado la fundación, además de ayudar a otros me ha ayudado muchísimo. En muchas ocasiones yo le hablo a Bertín sobre temas que hemos tratado y demás, y es como si hubiéramos 'profesionalizado' la pareja. Algo que no quita para que continúen ahí los sentimientos. Tiene que haber una buena base y pautas en la pareja. Bertín y yo llevamos muchos años, Kike tiene 13, pero entre novios y casados llevamos 18 años. Ha llovido mucho, hemos pasado por muchas discusiones, pero si de verdad hay un sentimiento de respeto y admiración... el amor evoluciona con el tiempo y cambia, pero tiene que existir. A nosotros nos ha sumado, pero aún nos queda mucho que aprender.
¿Qué es lo que más temen unos padres cuando conocen que su hijo nace con una discapacidad?
La propia discapacidad en sí, llamemos discapacidad cualquier problema que tenga al nacer o que se descubra posteriormente. Un padre o una madre crea unas expectativas de su hijo desde antes de que nazca. Entonces cambiar el chip cuando nace y que te digan que nada de lo que ha imaginado va a ser... es complicado. Además los médicos, en un gran porcentaje, nos dan las peores noticias posibles sin saber. Una cosa es decir lo que le pasa al niño, pero hacer de vidente no ayuda en absoluto. A nosotros nos dijeron que Kike tenía una esperanza de vida de dos años, al acercarse a esa edad fue terrorífico, cada vez que tosía pensábamos que se iba a morir, y ahora tiene 13 años. Es lo peor y lo que más cuesta, una vez que lo asimilas pasas al siguiente nivel, que es tirar hacia delante.
¿Tienen este año algún plan para este verano?
No hay muchos planes para verano. Las grabaciones de Mi casa es la tuya ya han empezado, hay cuatro programas grabados. No sé cuándo se emitirán porque eso lo tiene que anunciar Telecinco. Además estamos expectantes porque la temporada de conciertos es ahora, pero con el asunto de la pandemia se ha anulado todo. Si cuando termine de grabar no hay nada, nos iremos a hacer turismo por España, por salir del campo unos días.
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