Hacía mucho tiempo que la familia Campos no se encontraba en la picota mediática de una forma tan intensa como está en la actualidad. Las aguas, en general, parecía que bajaban mansas para María Teresa Campos (79 años) y sus hijas, hasta que la veterana presentadora participó en el especial Hormigas Blancas dedicado a Rocío Jurado. Allí, entre otros aspectos, habló de Rocío Flores (23), la hija de Rocío Carrasco (43) y Antonio David Flores (44). Tan solo dijo que no la conocía, por no querer hablar demasiado, y el efecto fue el contrario a su intención: abrió la caja de los truenos.
El padre de la joven, Antonio David, respondió desde Sálvame. Y Terelu Campos y su hermana Carmen Borrego (53) hicieron lo propio desde su programa Viva la vida. Mensajes, pullas de ida y vuelta. Sin embargo, fue la exclusiva de Borrego en una publicación hablando de que Carrasco nunca perdonará a su hija lo que terminó por hacer estallar al ex Guardia Civil, quien, ciego de ira, descargó el chaparrón: "Que hable (Carmen) de por qué le dieron la custodia de sus hijos a su exmarido cuando se separó y que hable de su hermano de Málaga". Todo lo demás, sabido es: hermano anónimo, que no secreto, y una supuesta sentencia desfavorable en su divorcio de la que se está especulando en televisión.
JALEOS conoce que esta última cuestión, la dimensión pública de la sentencia de su separación del padre de sus hijos, Francisco Almoguera, es la que tiene a Borrego "muy preocupada". No están siendo buenos días para la benjamina de las Campos, que ve cómo su pasado pugna por convertirse en presente. Aquel divorcio, aquel 1996 no fue un año fácil. Demasiado dolor para que vuelva 24 años después. Este periódico ha podido conocer la angustia de Carmen, las malas mañanas y peores tardes que está pasando. Sufre, no ya por ella, que también, sino por sus hijos y, sobre todo, por su madre. Está desesperada, hace llamadas a su entorno, "no sabe cómo parar esto". Cree que el límite se ha traspasado con creces en televisión y "no descarta", según conoce este medio, emprender "algún tipo de acción legal". Contra ella, todo, pero a su familia que nadie la toque, es su máxima. Es un tema delicado el tomar medidas legales, ya que no desea enemistarse con una productora, una cadena y una revista con las que mantiene una relación cordial. Sus hijos, se cuenta, están con ella y le muestran todo su apoyo. "Nunca han dejado de estar a su lado", se apostilla con contundencia.
Ella no quiere que nadie hable, y dentro de ese nadie está su exmarido. Cree que es la única forma de que todo pase: el silencio. Este periódico ha podido conocer que el padre de los hijos de Borrego "nunca hablará, no lo ha hecho hasta ahora y no lo hará". Es una persona "discretísima" y muy celoso de su vida privada. Casi tan hermético como el hermano que se ha 'descubierto' que tienen las Campos hijas. Cuenta una buena amiga de la familia que "ese tema empezó siendo absurdo, hasta de risa, pero está tomando un camino difícil". En el programa Sálvame se ha hablado de una "sentencia en firme", y muy delicada, de este hermano fechada en el año 2005.
Nadie quiere ahondar, sobre todo teniendo en cuenta que esta persona es anónima y así quiere seguir siendo. "Le ampara la ley", advertía Terelu hace unos días en Viva la vida. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Se desliza que esta persona, molesta por la exposición mediática, se habría puesto en contacto en estos días con las Campos para pedir algún tipo de amparo. Málaga está sitiada por los fotógrafos. Quien bien conoce a la familia solo asegura a este periódico que el televisivo clan ha sido "infinitamente generoso". Ahí se queda el informante.
Por si todos estos frentes fueran pocos, Carmen suma otra gran preocupación: su guerra abierta con Antonio David, lo que ha contado y, sobre todo, lo que podría tener guardado en la chistera. Le preocupa por los suyos, pero tiene claro que no va a callarse. Eso sí, se desmiente de pleno que lo vaya a hacer por la misma vía que hasta ahora: Carmen no va a dar réplica en ninguna revista. Se tomarán "otras medidas" en el caso de que se tengan que tomar. Insiste Carmen, y reitera su entorno, que ella "solo ha dado la opinión que tiene todo el mundo", que "se ha agigantado todo para hacer audiencia". Ahora, de sus palabras en Lecturas a lo que está contando Flores padre, "hay un trecho gordo". Es duro, le costará, pero Carmen "no va a hablar", al menos donde no debe.
La historia de Carmen y su exmarido
Borrego y Francisco se casaron "muy jóvenes" en 1989 y se divorciaron en 1996. Siete años de convulso amor. Desde entonces, la figura de él se desdibujó en el tiempo y quedó desterrada en un discreto y cómodo segundo plano. En 2017, Almoguera dejó la subdirección de la Información de RTVE.es y comenzó a ser director de Programas y Nuevos Proyectos del canal 24 horas. Le apasiona tanto su trabajo como viajar.
Almoguera lleva varios años de feliz unión con la mujer que ha conseguido que el subdirector vuelva a creer en el amor. Sin embargo, su relación con Borrego no fue tan pausada y sosegada. En una de las pocas veces que ha hablado la hija de la Campos ha confesado que el mayor error de su vida vino de la precipitación: "Me casé muy joven, pero me dio dos hijos y no me arrepiento de nada".
El verdadero infierno para Carmen vino en 1996, cuando Almoguera interpuso una demanda, el juez le dio la razón y Carmen -pese a contar con el asesoramiento de la abogada Cristina Almeida- perdió la custodia de sus dos hijos. Para ganar la custodia, Francisco presentó una serie de documentos que comprometían el papel de Borrego como madre.
La decisión judicial, favorable para él, hizo que durante años Francisco tuviese la custodia de los dos hijos, José María y Carmen Rosa. Desde el divorcio de ambos en 1996, la relación entre ellos ha sido nula. Fue el peor golpe que la vida le asestó. Tardó varios años en recomponerse y poder presentar un recurso. Gracias a un abogado matrimonialista Carmen recuperó la sonrisa y la custodia de José María y Carmen.
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