Este viernes Carmen Sevilla cumple 90 años. Tal día como hoy, 16 de octubre, pero de 1930, nacía una de las artistas más importantes e inolvidables de España. Sin duda, Carmen de España, como reza una de sus emblemáticas canciones, ha hecho Historia en la memoria colectiva de los españoles, aunque desde 2015 se encuentre ingresada en la residencia Orpea de Aravaca (Madrid), aquejada de alzheimer. No obstante, parece que el tiempo no ha pasado, porque el cariño de su público sigue inalterable. Sevilla sigue viva, en el amplio sentido de la palabra, y este viernes sopla las velas por su cumpleaños, con fecha redonda incluida.
Según ha podido confirmar JALEOS, será todo un acontecimiento, como cada año, en la residencia donde hace vida. Al menos, para los que la visitan, tratan y quieren, que son muchos. Porque Carmen Sevilla es muy querida en este centro. Un festejo especial. Eso sí, con sabor íntimo y de recogimiento. Su gran amigo Moncho Ferrer estará con ella "todo el día, desde la mañana hasta bien entrada la tarde". Todos los años la visita, y este no iba a ser menos. A Sevilla siempre le gustaron las rosas rojas, y Ferrer se las llevará. Las colocarán en la habitación, para que ella las vea y se impregne de su aroma, cargado de reminiscencia.
También le llevará Moncho su pastel preferido de merengue, dulce que le encanta a Sevilla, como escribió hace un tiempo el periodista José de Santiago. Las costumbres son muy importantes en el caso de Carmen Sevilla. Su hijo Augusto Algueró, como no podía ser de otro modo, también arropará a su madre en algún momento del día. Sabe que estará bien cuidada por su amigo Ferrer, con quien mantiene "un contacto muy fluido, casi semanal". Ambos son los únicos que visitan a la artista española, por expreso deseo de su propio vástago. En su estado, conviene llevar una rutina marcada y medida, tanto de tareas como de visitas. Por su único bien. Así se está respetando. Hace unos días, en las redes sociales se publicó la falsa muerte de Carmen, algo que preocupó a su entorno, y molestó y enfadó a su hijo, quien, según se desliza a este periódico, llamó hasta en dos ocasiones a la residencia para cerciorarse del estado de salud de su madre. Todo está bien, todo está en orden. Como siempre, nada ha cambiado en la salud de Carmen Sevilla. Resulta inevitable en días tan señalados como su cumpleaños acordarse de aquellos festejos generosos y multitudinarios que celebraba en el restaurante Zalacaín, donde eran bienvenidos todos: desde familiares y amigos, hasta periodistas y reporteros.
Siempre atenta y siempre servicial, nada faltaba de comida y bebida en esas fastuosas fiestas. Hoy todo tiene un carácter más íntimo y cerrado, pero igual de emotivo. Cuenta un buen amigo de Moncho que "a él le basta únicamente con visitarla, sentarse a su lado, en el ventanal mirando a La casa de campo". Como buen amigo, no requiere de nada más. Ver a su Carmen bien vestida y peinada, es suficiente. Solo sabe dar gracias por que la vida le haya dado esta oportunidad de agarrarle la mano a Carmen, de devolverle todo el cariño y toda la amistad brindada.
Carmen y la Covid-19
Hace unos días, este medio se hacía eco de cómo se había vivido en la residencia de Carmen Sevilla la pandemia del coronavirus. Su amigo Moncho despejaba dudas y tranquilizaba al respecto: no le ha afectado absolutamente en nada. Ella está y sigue bien, como siempre, en una suerte de burbuja favorecedora. "Está fenomenal. Todo sigue bien. A ella el coronavirus no le ha afectado para nada. Está en un estado pasivo, pero muy bien", aseguró. Carmen está aislada y bien cuidada. Ella no es consciente de lo que se vive extramuros.
La Covid no existe para ella. Las personas que la tratan diariamente, las enfermeras, están muy protegidas. Es cierto que en la residencia, como en todas las de España, se han tomado medidas in extremis con respecto al virus, pero más allá de esto a la presentadora nada le ha salpicado. Su vida sigue igual. No ha cambiado nada como consecuencia de la Covid. Ella es una mujer de una gran fortaleza y, aunque no es consciente, sigue siendo igual de coqueta que siempre. Tal y como relató Ferrer hace unos meses a este medio, "la levantan, la peinan, la acicalan y la atienden estupendamente".
Todo un ritual que la pone contenta. Un espejismo de lo que fue. Sostuvo entonces Ferrer que aunque Sevilla no tiene lucidez y su memoria "está dañada", físicamente sigue siendo la de siempre. Esa mujer que nunca salía a la calle sin pasar por peluquería y sin ponerse sus joyas y sus buenas ropas. Así fue siempre ella y así sigue siendo. En esta residencia de Aravaca, pese a los graves problemas de crisis sanitaria que se están viviendo, la vida para Carmen sigue igual que siempre. En el mismo punto. La visitan, eso sí, como es menester: con todas las medidas de seguridad, prevención e higiene. El cuidado que se le dispensa es inmejorable. Además, Carmen cuenta con cámaras de vigilancia las 24 horas del día y servicio de atención en todo momento.
[Más información: Así vive Carmen Sevilla la Covid-19 en la residencia donde está ingresada, a punto de cumplir 90 años]