La estrella de Bárbara Rey (70 años) sigue brillando, aunque menos fulgente que en otros años dorados a nivel televisivo. Hace tiempo que la artista se apartó de la televisión y del mundanal ruido mediático. El motivo de su silencioso adiós nunca se aclaró del todo, y la protagonista ha sabido, a lo largo de los años, alimentar y tejer un halo de conspiración y misterio al respecto. Tan pronto pretextaba que no la llamaban, como que no le interesaba lo que se le ofrecía o, directamente, que la "vetaron en todas las televisiones" por su escándalo pasado con Juan Carlos I (82), como sostuvo en JALEOS en 2018.
Realidad o interpretación aparte, lo que es un hecho es que Bárbara se retiró y en los últimos años ha vivido lejos del foco, afincada en Totana (Murcia), volviendo a esa vida corriente y anónima de la que un día huyó para triunfar por los circos de España. La Rey se lo ha hecho todo en televisión y cine; hablar de ella es hacerlo de la historia. En los últimos años solo se ha asomado a los medios de forma fugaz, como invitada en programas o saliendo al paso de alguna ráfaga de actualidad. Pero, ¿cómo es su vida actual? ¿A qué se dedica Bárbara?
Desde hace días su nombre suena con fuerza entre las quinielas de famosos que se esconden tras las máscaras del exitoso espacio de Antena 3, Mask Singer. Nada se ha confirmado, ni desmentido, hasta el momento. Habrá que ver si, finalmente, la vedette se descubre por sorpresa. De momento, este periódico ha podido confirmar que el presente de la madre de Sofía Cristo (37) pasa por Madrid. En la capital de España está viviendo de nuevo, arropada por sus hijos. Su día a día es "tranquilo, casero", haciendo quehaceres y disfrutando de la poca vida social que la Covid-19 le permite. Su gran pasión, el bingo.
Una persona de su entorno confía a este medio que Bárbara "se lo pasa bomba" ejerciendo de influencer gastronómica en Instagram. Desde que se abrió su cuenta oficial, suma en la actualidad 45.200 seguidores. La Rey no pasa un día sin que no pase por la red, para comentar algo, responder a algún seguidor, "o cocinar un plato rico de los que le salen a ella, como las lentejas o el potaje". Bárbara es muy activa, e interactúa siempre que puede. En otro orden, se explica que ella "se siente más viva" en Madrid; es una mujer activa y "bulliciosa", y lo que peor llevaba de vivir en Totana era estar alejada de sus hijos, a los que está muy unida.
Cocina, lee, expone sus recetas en redes, queda con amigas -aunque sale poco de casa-, y va al bingo, al teatro o al cine con su hija, aunque no todo lo que le gustaría. Pero, ¿y de trabajo qué hay?, interpela este medio. "Cosas no le han faltado estos años, a Bárbara le han ofrecido bastante, pero nada ha salido", informa alguien cercano a la artista. En estos años ha habido varias intentonas profesionales, al menos públicas: Gran Hermano VIP y Supervivientes. Nada surtió efecto, ni siquiera aquella primera edición de MasterChef Celebrity, que estuvo a punto, pero no. Rey habló de vetos.
"No tengo ganas de hablar, estoy atravesando por una depresión. No sé cómo decirlo, necesito trabajar y me han vetado en la televisión, en todas las cadenas. Ya no sé qué hacer", aseguraba en 2018, cuando este medio la contactaba para conocer su opinión sobre las cintas de Corinna (56) y el rey emérito Juan Carlos. Se mostraba apática, sin ganas de nada.
Al otro lado del teléfono, volviendo al presente, se mantiene la esperanza: "Hay programas que le gustan y baraja". Está en otro punto de su vida: que nadie espere a esa Bárbara de ¿Dónde estás, corazón?, por ejemplo. Hay que decir, en honor a la verdad, que Rey ha guardado silencio estoico durante décadas sobre muchos escándalos mediáticos, no solo en lo tocante a Juan Carlos. También, se hace constar, podría hablar largo y tendido sobre el tema del momento, Pantoja-Rivera, "pero tampoco quiere meterse en fregados". Opinión y conocimiento le sobran, pero se insiste: "Bárbara vive feliz sin meterse con nadie". Su silencio sigue siendo millonario.
El escándalo del CNI
El nombre de Bárbara volvió, de nuevo, a la primera plana de los periódicos después de que se confirmara a principios de 2017 lo que era un secreto a voces desde hacía décadas: que el CNI pagó su silencio a cambio de tres millones de euros procedentes de fondos reservados, partida que no es necesario justificar.
La propia vedette negó entonces tal información, algo que sorprende teniendo en cuenta que ya en los años 90 denunció presiones, amenazas y hasta un robo de cintas en su domicilio. Fue en algunos platós de televisión donde no tuvo reparo en hablar de la citada sustracción y de sus relaciones con importantes personalidades del país, hasta el punto de atribuir a una "mano negra" el hecho de que sus trabajos en televisión se redujeran de forma drástica.
Una vida de película
En febrero Rey cumplió 70 años. Siete décadas de vida de una de las figuras televisivas más destacadas de nuestro país. María García García, que así se llama realmente esta perspicaz murciana, conoció la fama desde muy joven, hacia finales de los 60, y aún hoy sigue atrayendo el foco mediático. No todo han sido momentos de gloria y alegrías en la vida de la artista. Bárbara ha tenido que lidiar con más de un episodio oscuro a lo largo de su carrera, especialmente durante su relación con el domador Ángel Cristo, quien se vio envuelto y consumido por las drogas; quizás la peor parte de todo aquello se la llevó su hija, Sofía Cristo, quien también cayó en ese vicioso círculo de malas influencias y consumo desmedido. Se puso delante de la cámara, por primera vez, en la película de 1969 La vida sigue igual, protagonizada por Julio Iglesias (76). Un papel secundario que dio paso a más y más llamadas de directores y productores hasta convertirse en una habitual del cine de los 70 y 80, participando en más de 40 películas.
Una fama creciente que le llevó a ser una de las musas del destape, protagonizando películas como Las delicias de los verdes años, con María José Cantudo (68), o Me siento extraña, junto a Rocío Dúrcal, y participando en clásico de nuestro cine como La escopeta nacional. Gracias a su versatilidad, la artista compaginaba, en aquellos años, su faceta de actriz en la gran pantalla con sus espectáculos teatrales y de variedades. La vedette, que copaba portadas de revistas, tenía el mundo a sus pies y, sin embargo, decidió dejarlo todo por amor y dedicarse al circo junto a su marido Ángel Cristo, con el que tuvo dos hijos, Sofía y Ángel.
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